Redacción Farmacosalud.com
Un grupo de investigadores andaluces han desarrollado, tras seis años de investigación, la primera súper bacteria ‘buena’ capaz de reforzar el sistema inmunitario eliminando el estrés inflamatorio que produce nuestro organismo para intoxicar al patógeno intruso y sin dañar los tejidos. Además, es capaz de retrasar el envejecimiento del sistema inmunitario, deficiencia caracterizada por la pérdida de la capacidad de generar respuestas de defensa adaptativas frente a patógenos no conocidos con anterioridad por nuestro organismo, el fenómeno conocido como inmunosenescencia. Su nombre científico es DMG 017 CECT 9459, aunque gracias a la colaboración con la empresa andaluza Dazamart Inversiones S.L., llega al mercado con la denominación de Probimel, www.probimel.com. El proyecto ha necesitado una inversión cercana al millón de euros.
Se trata de un probiótico que, tomado en las dosis adecuadas, consigue llegar vivo hasta nuestro intestino regenerando nuestra microbiota intestinal, lo que a la luz de numerosos estudios clínicos es fundamental para mantener en plena forma nuestro sistema inmunitario. Esta cepa de última generación está adaptada a la respiración aeróbica y anaeróbica que, a través de las distintas etapas mutativas de su elaboración, es capaz de ejercer como director de orquesta en los distintos terrenos fermentando hexosas y pentosas con o sin producción de CO2, convirtiéndolos en azúcares simples pero degradando también proteínas y grasas en aminoácidos y ácidos grasos de cadena corta respectivamente.
Por este motivo, han explicado los investigadores, ejerce “un efecto directo sobre la absorción de glucosa en sangre, colesterol y otros metabolitos como ácido úrico y oxalatos”. También produce vitaminas B y K, “siendo la producción de estas vitaminas B uno de los factores que contribuyen a fortalecer el sistema inmunológico”. Así, Probimel aporta 1.000 millones de lactobacilos vivos, adaptativos, activos y estables al medio ambiente, lo que le confiere una actividad, efecto más rápido y eficiente respecto a otros probióticos liofilizados o revivificados.
Produce compuestos antimicrobianos: ácido láctico Dextrógiro L+ y Dl-neutro
“Imaginemos un ser vivo capaz de superar temperaturas desde -30º hasta los 80º, de soportar la acidez de nuestros jugos gástricos, incluido su componente más corrosivo el ácido clorhídrico, de vivir fuera de nuestra atmosfera, ya que no necesita del oxígeno, y que, además, trabaja por nuestra salud en lucha permanente contra los patógenos que nos atacan”, han subrayado. Este probiótico conceptuado como único y diferente, produce a través de sus fermentaciones compuestos antimicrobianos tales como ácido láctico Dextrógiro L+ y Dl-neutro, ácido acético que provocan un efecto estabilizador del PH, “resultando prácticamente imposible el desarrollo de gérmenes en el tracto intestinal, además de segregar sustancias antibióticas como las bacteriocinas, que son proteínas con acción bactericida frente a bacterias hongos y levaduras”.
Sus creadores han querido que Probimel llegue al mercado sin añadidos químicos o saborizantes, por lo que conserva el característico olor y sabor de los alimentos fermentados, aconsejándose tomarlo añadido a un café, batido o zumos, aunque también puede tomarse sólo.
Dazamart y varios laboratorios independientes han colaborado en un ensayo para comparar la eficacia de un simple yogurt enriquecido con Probimel con la marca de yogurt con probióticos líder en el mercado. “El resultado no dejaba lugar a dudas. La carga microbiana del yogurt normal enriquecido con Probimel no sólo era mayor en el momento inicial del ensayo, sino que, transcurridas 48 horas, mientras el yogurt de marca había perdido toda su carga, el enriquecido con Probimel no sólo la mantenía sin que la aumentaba”, han detallado.
Los investigadores andaluces, que han colaborado con otros expertos del resto del país, han indicado que “la pandemia generada por el Covid-19 nos ha descubierto conceptos hasta ahora desconocidos para la gran mayoría de nosotros como, por ejemplo, el de inmunosenescencia”. Según ha detallado el Dr. Francisco Guarner, investigador del Instituto Vall D´Hebron, se trata de “un fenómeno progresivo asociado al envejecimiento que se caracteriza por la pérdida de la capacidad de generar respuestas inmunitarias adaptativas frente a patógenos no conocidos con anterioridad por nuestro organismo”. Así, la inmunidad adaptativa propiciada es específica para eliminar selectivamente al patógeno con mínimo estrés inflamatorio y ésta súper bacteria ayuda a ello, ha añadido.
Como ejemplo de inmunidad adaptativa se puede citar la inducida por vacunas que confieren protección específica sin apenas componente inflamatorio. Al no poder recurrir a respuestas inmunitarias específicas frente a nuevos patógenos, la defensa en la inmunosenescencia consiste principalmente en “desencadenar una cascada inflamatoria para intoxicar al patógeno intruso”, pero se paga el precio de que la inflamación daña los tejidos propios con resultados a veces desastrosos.
La inmunosenescencia, vinculada a pérdida de diversidad de la microbiota intestinal
Un estudio publicado en ‘Nature’ en 2012 observó que la activación crónica de citoquinas inflamatorias propia de la inmunosenescencia está vinculada a pérdida de diversidad de la microbiota intestinal, por lo que a edades avanzadas es fundamental regenerar su calidad y complejidad. En general, la pérdida de diversidad de microbiota intestinal podría atribuirse al patrón dietético y también al abuso frecuente que hacemos del uso de antibióticos.
Además, han subrayado los investigadores, se ha asociado a este déficit de nuestro organismo a enfermedades relacionadas con trastornos digestivos, de la piel, el sistema nervioso, dolores articulares o cambios de humor injustificados. “Es por ello que el equipo científico de Probimel, que trabaja con instituciones tan conocidas como el Instituto Maimonides de Investigación Biomédica y con la propia Universidad de Córdoba, tiene abiertas diferentes líneas de investigación en el campo de los trastornos digestivos relacionadas con la intolerancia a la lactosa o la celiaquía en adultos o el temido cólico lactante en los más pequeños. Paralelamente se está analizando la capacidad de ésta ‘súper bacteria buena’ de enfrentar procesos relacionados con la calcificación vascular o la diabetes.
Sus creadores han querido que Probimel llegue al mercado sin añadidos químicos o saborizantes, por lo que conserva el característico olor y sabor de los alimentos fermentados. Así, es aconsejable tomarlo añadido a un café, batido o zumos, aunque también puede tomarse sólo. “Probimel no sólo ofrece la libertad de poder elegir cómo tomarlo, sino que además garantiza la calidad, seguridad y eficacia de su acción ya que es el propio usuario el que enriquece cualquier alimento, infusiones, yogures, batidos…simplemente añadiéndolo”, han concluido.