Redacción Farmacosalud.com
El pasado 2 de julio se celebró el simposio virtual ‘Investigación clínica COVID-19: retos e innovación’, en el que el Dr. Jordi Martínez Roldán, director de Innovación y Transformación Digital del Hospital del Mar (Barcelona), dijo en su condición de moderador de la sesión que la irrupción del coronavirus causante del COVID-19 ha acelerado “muchísimo” la necesidad de trabajar con elementos tecnológicos avanzados como la Inteligencia Artificial, el Big Data, etc.
“La historia clínica no va a ser la única fuente de información”
Según el Dr. Martínez Roldán, “la historia clínica no va a ser la única fuente de información, sino que tendremos diferentes fuentes de información, una mayor capacidad de computación para analizar estos datos”, y además “todo lo que serían los flujos de trabajo cada vez serán más coordinados incluso más digitales”. Esos datos transformados podrán ser consumidos de diferentes maneras, de tal modo que se crearán nuevos modelos de atención al paciente. “Tenemos datos estructurados, pero hay un montón de datos no estructurados” que si se utilizan de una manera adecuada podrán enriquecer el dataset, lo que a su vez posibilitará tomar las decisiones “correctas”, argumentó el moderador del webinar.
“A veces se puede morir de éxito”
El Dr. Roberto Güerri, jefe de Sección de Infecciosos y responsable de Hospitalización COVID-19 del Hospital del Mar, advirtió sobre los riesgos inherentes al exceso de datos, ya que con tanta información “a veces se puede morir de éxito”. De ahí la importancia de “hacer el manejo adecuado de esos datos”.
La llegada del COVID-19 puso de manifiesto la relevancia de disponer de datos clínicos reales “porque estábamos ante una infección nueva de la que no conocíamos absolutamente nada, y los ensayos clínicos randomizados que tenían que venir iban a tardar en venir”, destacó el facultativo. El Dr. Güerri pasó entonces a exponer los pormenores de un proyecto de base de datos centrado en esta enfermedad y basado en el entorno RedCap, que es un registro electrónico de datos clínicos. La nueva base de datos ya va tomando forma y ahora "el siguiente paso" que hay que dar es la automatización de la obtención de toda esta información, remarcó Güerri, quien añadió que también habrá que llevar a cabo un “análisis adecuado” y la consiguiente interpretación de los datos recogidos, que “es la parte realmente importante de lo que vamos a hacer”.
“Folksonomía es extraer datos a partir de lo que escribimos”
La Dra. Laia Sans, facultativa del Servicio de Nefrología del Hospital del Mar, dio detalles sobre su experiencia en la aplicación de la conocida como folksonomía, para el análisis de informes de alta de pacientes de COVID-19. Folksonomía es “extraer datos a partir de lo que escribimos”, describió la Dra. Sans. Esta avanzada herramienta tecnológica permite obtener información sin tener que crear una base de datos ni alimentarla posteriormente, y seleccionar o identificar de manera rápida pacientes con determinadas características (por ejemplo, determinar cuántos pacientes que han ingresado con COVID son hipertensos) a partir del informe de alta.
Asimismo, permite evaluar distintas variables de manera paralela y en tiempo real, y evaluar nuevas variables hasta entonces consideradas carentes de interés. Otra de las ventajas de la folksonomía -agregó Sans- es que “permite detectar errores o realizar un control de calidad en nuestra asistencia médica”. Por ejemplo, la nueva herramienta puede hacer saltar una alarma si en el informe de un alta hospitalaria no figura un determinado tratamiento que necesita el paciente para la etapa que empezará fuera del hospital. “Mucha de la información que generamos está desestructurada”, y la folksonomía lo que hace es “ordenar lo desordenado”, certificó la Dra. Sans.
Para conocer en su totalidad la intervención de la experta, acceder al siguiente video: