Redacción Farmacosalud.com
El 45% de la población ha sufrido dolor de cuello o cervicalgia en los últimos seis meses, según datos epidemiológicos analizados en la I Jornada de la Sociedad Aragonesa de Medicina Física y Rehabilitación (SMAR) sobre dolor cervical, un encuentro que se ha celebrado en el Hospital MAZ de Zaragoza con la colaboración de la compañía biomédica Pfizer, ha informado Pfizer. Especialistas en Medicina Física y Rehabilitación, Neurocirugía, Traumatología, Reumatología o Medicina del Trabajo se han dado cita en esta jornada con el objetivo de abordar el manejo del dolor cervical, actualizar novedades científicas y consensuar líneas de actuación. "La incidencia del dolor cervical ha aumentado en las últimas décadas, especialmente en los países desarrollados", explica Ana Coarasa, presidenta de SMAR. Según datos epidemiológicos internacionales, hasta un 70% de la población confirma haber padecido cervicalgia al menos una vez en su vida. "Es además un motivo de consulta muy frecuente", continúa la doctora.
En referencia a las causas de este incremento, los especialistas apuntan a nuestro estilo de vida: “La tendencia se produce en relación con hábitos posturales y cambios en las prácticas laborales”, explica José María Climent, Jefe del Servicio de Rehabilitación del Hospital General de Alicante, que señala además como causas del incremento de casos los accidentes de tráfico y el envejecimiento poblacional.
El dolor cervical puede prevenirse
La relación entre esta tendencia y el estilo de vida confirma que el dolor cervical puede prevenirse. “Un ambiente laboral preventivo, evitando movimientos repetitivos y posturas forzadas mantenidas, y un control postural en actividades como el estudio o el manejo de ordenadores son buenos puntos de inicio”, detalla el doctor Climent. "La educación desde la escuela y la promoción del ejercicio físico diario son claves”, añade la doctora Coarasa, quien destaca además la importancia de los estudios ergonómicos en el puesto de trabajo para evitar este problema.
Cuando falla la prevención y el dolor aparece, llega la hora de acudir a la consulta. "Las dificultades habituales en el diagnóstico radican en que no hay una relación clara entre los hallazgos de las pruebas radiológicas y los síntomas que relata el paciente", explican desde SMAR. El tratamiento también presenta obstáculos: "Es muy frecuente la proliferación de tratamientos no comprobados científicamente y la utilización de otros que han demostrado no ser efectivos, lo que crea falsas expectativas y un gran desembolso económico", asegura la doctora Coarasa.
Avances en el uso de sistemas instrumentales biomecánicos
En este sentido, la actualización de conocimientos por parte de los profesionales en jornadas como la celebrada en Zaragoza constituye una estrategia necesaria. "Lo más importante es el abordaje médico multidisciplinar consensuado creando circuitos asistenciales racionales", afirma Roque González, médico rehabilitador del Hospital MAZ. Así, durante la jornada en este centro se analizaron los últimos avances destinados a facilitar el diagnóstico -nuevas técnicas biomecánicas y signos de alarma-, así como novedades en problemáticas específicas, como las provocadas por accidentes de tráfico. "La utilización de los sistemas instrumentales biomecánicos ha supuesto un importante avance para descubrir incongruencias", asegura el doctor González, también secretario de SMAR.
La medicina rehabilitadora sigue desempeñando un papel protagonista en esta área: "Es la base del tratamiento, incluyendo nuevos fármacos, técnicas intervencionistas como infiltraciones locales y bloqueos con nuevos fármacos, además de ejercicio terapéutico o terapias ortopédicas", enumera. "Dentro de las medidas que se han mostrado más efectivas se encuentra el ejercicio físico asociado a técnicas ortopédicas", concluye el especialista.
Gran impacto económico y psicosocial
El dolor cervical es una de las causas más frecuentes de baja o incapacidad laboral. “Los costes son altos para el sistema sanitario”, asegura Javier García Campayo, psiquiatra del Hospital Universitario Miguel Servet, en Zaragoza. Y es que esta patología que afecta a todo tipo de trabajadores ocupa el segundo lugar después del dolor lumbar como causa de gastos anuales de compensación. Las consecuencias no son sólo económicas. Los riesgos psicosociales del dolor cuando éste se convierte en crónico son importantes. “Casi sistemáticamente se asocia a depresión, porque las vías neurofisiológicas de dolor y depresión son las mismas. Esta depresión aumenta el dolor, la incapacidad laboral y para las actividades de la vida diaria y se asocia a un peor pronóstico y un mayor consumo de analgésicos”, asegura el doctor García Campayo. “A la depresión se suele asociar además -explica el doctor- ansiedad, lo que facilita que se produzcan contracturas musculares, insomnio y fatiga”.