Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son un conjunto de trastornos del corazón y de los vasos sanguíneos. Son la principal causa de defunción en todo el mundo. Las enfermedades cardiovasculares afectan en mucha mayor medida a los países de ingresos bajos y medianos: más del 80% de las defunciones por esta causa se producen en esos países1. Se calcula que en 2015 murieron por esta causa 17,7 millones de personas, lo cual representa un 31% de todas las muertes registradas en el mundo2. El grupo de enfermedades del sistema circulatorio es la primera causa de muerte en España, con el 28,3% del total (y una tasa de 258,6 fallecidos por cada 100.000 habitantes)3.
La enfermedad tromboembólica venosa es la tercera causa de enfermedad cardiovascular tras el infarto de miocardio y el accidente cerebrovascular4. En general, el conocimiento que tiene la sociedad española sobre las enfermedades vasculares -en términos de prevención y detección- es muy mejorable. Gran parte de la población general desconoce la influencia que tiene la falta de ejercicio, el tabaquismo, el mal control de la hipertensión, o de la diabetes o la hipercolesterolemia sobre el riesgo de infarto o ictus. Y mucho menos se conocen los factores de riesgo de la embolia pulmonar, y qué hacer para evitarla. La embolia pulmonar es una de las tres principales causas de muerte vascular en España.
El infarto de miocardio y la enfermedad vascular cerebral son complicaciones de la arteriosclerosis, una enfermedad crónica, generalizada y progresiva que afecta sobre todo a las arterias de mediano tamaño y que se gesta a lo largo de años. Clínicamente, la arteriosclerosis se manifiesta como cardiopatía isquémica, enfermedad cerebrovascular o enfermedad arterial periférica (EAP)5. A la vista de todo ello, es importante la detección temprana de las personas con factores de riesgo, en paralelo a la modificación de sus hábitos de vida no saludables y el riguroso control de la hipertensión, diabetes e hipercolesterolemia.
Ahora bien, esa es una ardua tarea que se enfrenta a numerosos obstáculos. Por ejemplo, cuando una persona es fumadora o no le gusta hacer ejercicio físico, o tiene hipertensión o diabetes, puede entender que tiene un mayor riesgo de sufrir un infarto o un ictus… otra cosa es que lo sienta como un motivo suficiente para cambiar radicalmente sus hábitos de vida diarios. Dejar de fumar, vigilar la dieta o acudir al médico periódicamente cuando uno se encuentra bien es difícil. Y hacerlo solamente por el riesgo de sufrir un infarto años después precisa de una disciplina y un autoconvencimiento que no son habituales. Uno siempre encuentra una excusa para cambiar de hábitos… más adelante.
ASEMEVE cubre un ‘vacío’ difícil de explicar
La opinión pública puede y debe concienciarse adecuadamente acerca de las enfermedades vasculares. Y proporcionar una mejor información es una de las vías para conseguirlo. Información que debemos trasmitir todos los que trabajamos en la salud: médicos, enfermeras, farmacéuticos, gestores, políticos y también profesionales de la información. Y para ello debemos utilizar todos los medios a nuestro alcance. Incluyendo, claro está, las páginas web y las redes sociales.
De ahí la importancia del reciente nacimiento de ASEMEVE (Asociación para el Estudio de la Medicina Vascular en España) como herramienta de innovación y divulgación científicas. Hasta su creación, España era el único país europeo sin una Sociedad Científica centrada específicamente en el estudio de las afecciones vasculares en su conjunto. Es difícil encontrar una explicación a tal ‘vacío’, sobre todo teniendo en cuenta que las enfermedades cardiovasculares son -como se apuntaba al principio- la principal causa de muerte en todo el mundo. Quizá influya la manera de ser de la gente española: más individualista y con menos espíritu de equipo que en otros países europeos.
ASEMEVE, que agrupa a los especialistas (Hematólogos, Angiólogos, Internistas, Neumólogos, Vasculares, Neurólogos, Cardiólogos) que se ocupan de las enfermedades vasculares (arteriales, venosas, linfáticas y microcirculatorias), busca volcarse en la prevención, diagnóstico, terapia, rehabilitación, educación y formación, en beneficio de los pacientes y de la población en general6. Esa multidisciplinariedad facultativa tampoco explica la inexistencia hasta hace poco en España de una organización dedicada a las patologías vasculares (alguien puede pensar que la heterogeneidad dificulta el logro de consensos). De hecho, siempre que nos reunimos médicos que tratamos las mismas enfermedades -pero desde distintas especialidades- encontramos puntos de interés en los que discutir y ponernos de acuerdo. Porque cada uno mira la enfermedad desde una parte, y necesitamos hacerlo más globalmente.
Impulso a RIETE
Entre los proyectos de arranque de ASEMEVE destaca el estudio de la enfermedad tromboembólica venosa (prevención, diagnóstico precoz y tratamiento), además del seguimiento y tratamiento de los pacientes con arteriopatía periférica y el control de los factores de riesgo de las distintas enfermedades vasculares.
La enfermedad tromboembólica venosa (ETEV), una enfermedad común y prevenible, tiene dos formas de presentación clínica: la trombosis venosa profunda [TVP] y el embolismo pulmonar [EP]7 El Registro Informatizado de Enfermedad Tromboembólica (RIETE) es un registro multicéntrico, internacional y prospectivo iniciado en marzo de 2001 que persigue la obtención de un registro de datos de una serie amplia de pacientes consecutivos con ETEV7.
El objetivo fundamental de RIETE es proporcionar información en Internet que ayude a los médicos a conocer mejor la historia natural de la enfermedad tromboembólica, y muy especialmente de los subgrupos de pacientes que raramente entran en los ensayos clínicos (mujeres embarazadas, pacientes muy ancianos, neoplasias diseminadas, insuficiencia renal grave, pacientes con contraindicaciones a la anticoagulación, pesos extremos, etcétera), con la finalidad de lograr disminuir la mortalidad, y disminuir la frecuencia de recidivas tromboembólicas y también las complicaciones hemorrágicas y eventos arteriales. Como objetivo adicional, se pretende también crear escalas predictivas que nos ayuden a identificar mejor a los pacientes con alto riesgo de alguna de estas complicaciones8.
Más de 200 médicos de distintas especialidades han participado en el Registro RIETE, cuya existencia nos ha puesto en el mapa y ha facilitado que la Sociedad Europea de Medicina Vascular contactara con nosotros y nos pidiera que rellenáramos el hueco de la Medicina Vascular en España.
Asimismo, muchos de nosotros tratamos a personas con arteriopatía periférica (en las piernas) y esperamos avanzar también en el tratamiento y el seguimiento de estos pacientes.
Referencias
1. Organización Mundial de la Salud (OMS). Enfermedades cardiovasculares. Prevención y control de las enfermedades cardiovasculares. [Internet]. https://www.who.int/cardiovascular_diseases/es/
2. Organización Mundial de la Salud (OMS). Enfermedades cardiovasculares. Datos y cifras. 2017. [Internet]. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/cardiovascular-diseases-(cvds)
3. Instituto Nacional de Estadística (INE). Defunciones según la Causa de Muerte. 2018. [Internet]. https://www.ine.es/prensa/edcm_2018.pdf
4. Mendoza Alcántara J. Actualización terapéutica en fármacos anticoagulantes orales. 2013. ISBN 9781291503746
5. Lahoz C, Mostaza JM. La aterosclerosis como enfermedad sistémica. Rev Esp Cardiol. 2007;60(2):184-95
6. Asociación para el Estudio de la Medicina Vascular en España (ASEMEVE). Qué hacemos. [Internet]. https://asemeve.org/que-hacemos/
7. Pedrajasa JM, Garmendia C, Portillo J, Gabriel F, Maineze C, Yeraf C, Monreal M. Enfermedad tromboembólica venosa idiopática versus secundaria. Hallazgos del registro RIETE. Rev Clin Esp. 2014; 214(7):357-364
8. Centro Coordinador Registro RIETE. Información sobre el Registro. [Internet]. https://www.riete.org/info/general/index.php