Redacción Farmacosalud.com
Sin lugar a dudas, actualmente el virus del ébola es, desde un punto de vista sanitario, el enemigo público número 1 del mundo. Dado que la epidemia de esta enfermedad infecciosa en África está lejos de remitir y en Occidente ya se han producido contagios, y ante el hecho de que por ahora no exista ningún tratamiento específico ni vacuna disponible, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha autorizado la investigación de ocho tratamientos experimentales y dos vacunas. Además, en las últimas horas se ha conocido que en Estados Unidos se ha descubierto una nueva diana terapéutica que podría ayudar a combatir el ébola, tanto para las cepas del virus ya conocidas como para las que puedan aparecer en el futuro.
Entre los fármacos experimentales, el más conocido es ZMapp, por ser el primero que se administró a los enfermos de ébola. También se investiga con el fármaco antiviral brincidofovir, mientras que desde Japón llega Favipiravir y también se habla de TKM-Ébola, de origen canadiense. Otros tratamientos en investigación remiten a BCX4430, MB-003 y ZMAb. Como opción terapéutica también existe la administración de un suero elaborado a partir de la sangre de personas que han superado el ébola, el conocido como suero de convaleciente. En ese plasma, que ya se prueba en los afectados por la infección, hay anticuerpos que el sistema inmunológico del paciente ha creado para luchar contra el virus. En cuanto a las vacunas, se prevé que a principios de 2015 ya pueda probarse alguna, según han manifestado varias fuentes científicas. Se estudia la efectividad de los preparados ChAd-EBO y VSV-EBOV.
Una nueva diana terapéutica a partir de un péptido mimético
En paralelo, bioquímicos de la Universidad de Utah han informado en un comunicado de un hallazgo potencialmente útil contra el ébola. De acuerdo con un estudio publicado en ‘Protein Science’, han descubierto una molécula, en concreto un péptido mimético, que muestra una región funcionalmente crítica del virus que se conserva en todas las especies de ébola. Así pues, esta nueva herramienta podría ser utilizada para descubrir agentes eficaces contra todas las cepas conocidas y posibles cepas futuras de dicho virus.
Sin embargo, todos esos procedimientos están en investigación -algunos de ellos se han probado en los enfermos como última opción ante la inexistencia de fármacos específicos- y por ahora sólo cabe la prevención como método más seguro para luchar contra la enfermedad. Según un documento de la agencia Planner Media, el ébola se contrae por contacto directo con sangre, secreciones (heces, orina…), fluidos corporales (saliva, semen…) u órganos de personas o animales infectados, vivos o muertos. El virus no se transmite por el aire, el agua o la comida. El contagio puede producirse desde el momento en que una persona infectada empieza a manifestar síntomas. Los portadores asintomáticos del virus no trasmiten la enfermedad. Los portadores del virus del ébola no tienen capacidad de contagiar durante el periodo de incubación (8-10 días tras contraer la infección).
Síntomas de sospecha
Los primeros signos suelen aparecer con mayor frecuencia a los 8-10 días de haber estado en contacto con el virus, aunque también puede ocurrir entre dos y 21 días tras la exposición. Los síntomas más frecuentes son (figura de la izquierda síntomas iniciales, figura de la derecha síntomas avanzados):
Para eludir el contagio, se debe evitar el contacto directo con la persona que puede estar infectada y también evitar el contacto con sus pertenencias.