Redacción Farmacosalud.com
A veces el humo del tabaco, sobre todo el de un puro, se nota a más de dos metros de distancia. Es por ello que puede haber personas que, estando por ejemplo en una terraza de un bar, perciban que les llega esa exhalación y ello les haga temer que el fumador pueda estar contagiándoles el coronavirus -en caso de que dicho fumador pueda estar infectado y todavía no lo sepa-, ya que el humo puede transportar el SRAS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19. El problema se presenta cuando ambas personas se encuentran a menos de dos metros de distancia o a dos metros y el sujeto ‘receptor’ del humo no lleva mascarilla, dado que esa separación es insuficiente para evitar un posible contagio. Más allá de los dos metros, por ahora se desconoce a ciencia cierta si se puede producir la transmisión del coronavirus a través del humo del tabaco.
Las gotitas de Pflügge o Flügge (diminutas secreciones >5 micras originadas al hablar, toser o estornudar) pueden transmitir el patógeno a través del aire. Según el Dr. Carlos A. Jiménez Ruiz, neumólogo y presidente de SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica), “la exhalación del humo después de haber dado una pipada a un cigarrillo puede contener gotitas de Flügge. Si la persona que consume tabaco está infectada por el SRAS-CoV-2, esas gotitas pueden estar cargadas de virus”.
Por razones preventivas, se aconseja protegerse con una mascarilla en caso de que se esté en un lugar público en el que la distancia entre individuos no supere los 2 metros. “Un mecanismo probado de trasmisión del virus es a través de las gotitas de Flügge, que llegan hasta los 2 metros de distancia de las personas que las expulsan y se mantienen en el ambiente durante un período de varios minutos. Por estas razones se recomienda llevar mascarilla”, sostiene el presidente de SEPAR. Obviamente, el fumador que dé una calada deberá desajustarse su mascarilla, por lo que quien esté a dos metros -o menos- de él debería llevar la suya puesta continuamente con el fin de extremar las precauciones. Ahora bien, ¿el humo del cigarrillo + las gotitas de Flügge pueden contagiar el coronavirus más allá de los dos metros de distancia (por si el humo fuera un posible conductor-transportador de las gotitas más consistente que el propio aire)? “No hay datos concluyentes” acerca de esa posibilidad, asevera el Dr. Jiménez Ruiz en declaraciones a www.farmacosalud.com.
Sea como fuere, desde SEPAR se recomienda no fumar en las terrazas y lugares públicos durante el período de desescalada porque se considera que son espacios en los que el riesgo de contagio aumenta tanto para los fumadores como para las personas del entorno. “Al fumar y exhalar el humo, ya sea tabaco convencional o dispositivos electrónicos, se expulsan diminutas gotitas respiratorias que pueden contener carga viral y ser altamente contagiosas, pero además al fumar es inevitable llevarse la mano a la boca, nariz o cara, lo cual facilita la entrada del virus en el aparato respiratorio”, explica el Dr. Jiménez-Ruiz mediante un comunicado.
“Y aún añadimos un nuevo factor de riesgo, ya que con el uso obligatorio de mascarillas que rige en el momento actual, el sujeto que realiza el acto de fumar debe quitársela y ponérsela, lo cual aumenta el riesgo de manipulación de la mascarilla y, en consecuencia, el riesgo de contagiarla,” añade.
Las gotitas respiratorias o de Flügge son partículas diminutas, invisibles al ojo humano, expelidas al hablar, toser, estornudar o respirar, que pueden transportar gérmenes infecciosos de un individuo a otro. Estas partículas pueden permanecer hasta 30 minutos en el aire en suspensión y alcanzan hasta los dos metros de distancia, lo que les permite ingresar en las vías respiratorias de las personas del entorno y contaminar superficies, donde pueden permanecer durante horas en función del tipo de material que las acoge. “La evidencia científica ya nos ha demostrado que el coronavirus se transfiere entre personas a través de las gotitas de Flügge y por vías de contacto con superficies, por lo que nuestra recomendación -ahora más que nunca- es no fumar”, remarca el Dr. Jaime Signes-Costa, coordinador del Área de Tabaquismo de SEPAR.
Fumar aumenta el riesgo de gravedad de la infección por COVID-19
En el documento de posicionamiento ‘Fumar en tiempos del COVID-19’, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, junto a la Asociación Latinoamericana de Tórax (ALAT), la Unión Internacional contra la Tuberculosis y Enfermedades Respiratorias (La Unión) y otras sociedades científicas latinoamericanas, advierten que las sustancias tóxicas del humo del tabaco disminuyen las defensas de los pulmones. Ello facilita que los virus y las bacterias puedan infectar el aparato pulmonar de un sujeto fumador con mayor frecuencia que el de uno que no consume tabaco. Además, las células pulmonares de los fumadores, tanto los de cigarrillos manufacturados como electrónicos, son especialmente susceptibles a ser infectadas por el SARS-CoV-2. Estas razones explican que el COVID-19 sea una enfermedad mucho más grave en los fumadores que en los no fumadores.
Así pues, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica quiere recordar que:
1. Fumar o vapear en tiempos de la pandemia por COVID-19 conlleva un mayor riesgo de padecer una forma grave y de peor pronóstico de la afección
2. Durante el período de desescalada es muy recomendable mantener todos los ambientes, tanto cerrados como al aire libre, 100% libres de humo de tabaco
3. Además de no consumir tabaco, es necesario cumplir con las principales medidas higiénicas para combatir el SARS-CoV-2: lavado frecuente de manos, mantenimiento de distancia de seguridad a más de 2 metros y utilización de mascarillas
Nueva técnica para identificar cambios en el tejido pulmonar
La exposición al humo del tabaco se asocia con una variedad de efectos sobre el tejido funcional del pulmón que conducen al desarrollo de diversas patologías pulmonares. Algunas de estas enfermedades, como la fibrosis pulmonar idiopática, presentan una alta mortalidad y los tratamientos disponibles para abordarlas retrasan, pero no revierten, la afección. Por ello, detectar los cambios tempranos en el tejido pulmonar antes de que progrese la enfermedad es un reto clave. Investigadores del CIBER de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN) han dado un paso adelante en este camino al proponer un nuevo método de análisis de datos que permite detectar con gran precisión anomalías sutiles en el tejido funcional del pulmón, llamado parénquima pulmonar, a partir de un TAC.
Este nuevo método de Inteligencia Artificial, basado en el aprendizaje profundo (deep learning) aplicado al análisis de imágenes de TAC, permite identificar y clasificar cambios radiográficos que preceden al desarrollo de la enfermedad pulmonar con mucha más precisión que otros métodos anteriores. También ha demostrado su capacidad de generalización para aplicarse a grandes cohortes de pacientes a fin de diagnosticar las dolencias pulmonares intersticiales en una fase temprana del proceso. El rendimiento de este método incluye una sensibilidad promedio superior al 91% y una especificidad promedio del 98%. “Esto implica que este es un método potencialmente viable para identificar patrones radiográficos que anticipan la enfermedad intersticial pulmonar, y para aplicarse al diagnóstico automático de grandes grupos de pacientes”, destaca David Bermejo-Peláez, investigador del CIBER-BBN y primer firmante del trabajo1.
Referencias
1. Bermejo-Peláez D, Ash SY, Washko GR, San José Estépar R, Ledesma-Carbayo MJ. Classification of Interstitial Lung Abnormality Patterns with an Ensemble of Deep Convolutional Neural Networks. Sci Rep. 2020; 10: 338.