Dra. Blanca Hernández Cruz / Redacción Farmacosalud.com
La osteoporosis (hueso poroso) es una enfermedad caracterizada por la pérdida de masa ósea, con lo que el hueso se vuelve más frágil, de manera que resiste peor los golpes y se rompe con facilidad. La osteoporosis (OP) afecta predominantemente a mujeres y su frecuencia aumenta con la edad. España es un país en el que la frecuencia de esta dolencia es media, a diferencia de los países nórdicos o de Estados Unidos, donde la incidencia es elevada, y de los países tropicales, donde es baja. La frecuencia de fractura de cadera osteoporótica en población española es de 301 a 897 por cada 100.000 habitantes de más de 65 años. Se estima que 4-5 de cada 10 mujeres postmenopáusicas y 1-2 de cada 10 varones tendrán una fractura por fragilidad ósea, y que una de cada 6 mujeres y uno de cada 12 varones adultos tendrán una fractura vertebral por osteoporosis.
Existen unas variables de riesgo claras y bien identificadas para establecer un perfil de persona susceptible de padecer osteoporosis:
• edad mayor de 65 años
• haber tenido una fractura osteoporótica con anterioridad
• que un familiar de primer grado (madre, padre o hermanas o hermanos) la hayan tenido
“Luego hay otras variables de menor relevancia, como haber tenido la menopausia antes de los 45 años, el empleo de medicación que causa osteoporosis -principalmente corticoides y omeprazol- y padecer alguna enfermedad reumática inflamatoria, la inmovilización prolongada, etc.”, precisa la Dra. Blanca Hernández Cruz, reumatóloga del Hospital Universitario Virgen Macarena (Sevilla) y miembro del Grupo de Trabajo OSTEORESSER de la Sociedad Española de Reumatología (SER).
Para prevenir la OP hay un amplio catálogo de medidas. “La prevención primaria, que es muy relevante, se basa en una dieta con una adecuada ingesta de calcio y vitamina D, practicar ejercicio regular y ponerse al sol, y, por supuesto, evitar medicación que cause osteoporosis”, indica la Dra. Hernández Cruz.
Dos clases de tratamientos: los que forman masa ósea y los que refuerzan el hueso
Cuando la enfermedad osteoporótica ya ha aparecido, existen dos grupos de tratamientos:
a) los que forman hueso: en España hasta hace poco sólo se disponía de teriparatida (o teriparatide), cuyo nombre comercial es Forsteo®. Este medicamento, que es el fragmento de una hormona llamada paratohormona, forma hueso a las dosis empleadas
b) los que ‘congelan’ o hacen el hueso fuerte reforzando los ‘agujeros’ que tiene el hueso. En este grupo se encuentra los análogos de estrógenos, los bifosfonatos (alendronato, risedronato y zoledronato) y un biológico llamado denosumab, que bloquea una sustancia que hace que los osteoclastos, las células que se comen el hueso y lo hacen osteoporótico, se aquieten y dejen de comérselo.
“La elección del tipo de fármaco se hace en función de las características clínicas del paciente y sus preferencias. Sin embargo, sea cual sea el que se elija, siempre se deberá favorecer la ingesta de 500 a 1.000 mg diarios de calcio, bien en la dieta, bien como suplemento, y asegurándose de que los niveles de vitamina D en sangre sean los adecuados”, apunta la experta del Grupo de Trabajo OSTEORESSER de la Sociedad Española de Reumatología (SER).
“Biosimilares para osteoporosis: perfil de eficacia y seguridad igual al del medicamento original”
Un biosimilar (o medicamento biológico similar) es un medicamento biológico equivalente en calidad, eficacia y seguridad a un medicamento biológico original, llamado producto de referencia. La posología y vía de administración del biosimilar deben ser las mismas; el biosimilar se autoriza para todas o bien para algunas de las indicaciones aprobadas para el biológico de referencia.
“La historia de los biosimilares en España es amplia para el tratamiento de diversas enfermedades inmunomediadas; se han realizado investigaciones en pacientes con esas enfermedades desde 2013 y los empleamos en práctica clínica desde 2017, sin encontrar diferencias entre el fármaco original y el biosimilar. En osteoporosis disponemos del biosimilar de Forsteo® desde 2019. Hay resultados de ensayos clínicos donde los biosimilares tienen un perfil de eficacia y seguridad igual al del medicamento original. Mi experiencia en práctica clínica con los biosimilares de teriparatide, Movymia® y Terrosa®, por ahora es de sólo unos meses y tienen similitud con Forsteo®, con el que mi experiencia es amplia”, destaca la Dra. Hernández Cruz. “Hay evidencia en un par de ensayos clínicos de que los biosimilares son igual de efectivos en osteoporosis y los datos de práctica clínica parecen confirmarlo, como sucede con otros biológicos en el tratamiento de enfermedades inmunomediadas”, remarca.
Según la reumatóloga, “teriparatide (Forsteo, Movimia o Terrosa) es un fármaco que se emplea a dosis de 20 mg en inyección subcutánea diaria durante 24 meses. No está indicado para cualquier tipo de osteoporosis: su indicación es el tratamiento de osteoporosis postmenopáusica severa y en osteoporosis del varón en donde ya ha habido fracturas por fragilidad, o donde el riesgo de fractura es inapropiadamente elevado. No solemos emplearlo en osteoporosis en donde nunca ha habido fracturas. Su eficacia es elevada, con una disminución del riesgo de fracturas de entre el 50% y el 75%. Es muy seguro; no obstante, su prescripción debe ser siempre bajo vigilancia de un médico familiarizado con el fármaco”.
Biológicos de doble acción que permiten formar y endurecer el hueso
Una de las ventajas de los biosimilares radica en el hecho de que un mayor número de pacientes pueden acceder a tratamientos biológicos porque los biosimilares cuestan menos dinero que el medicamento de referencia. “Por supuesto -afirma Hernández Cruz-, disponer de un fármaco muy eficaz y seguro a menor precio hará que podamos tratar mejor a un mayor número de pacientes. El futuro pasa por extender su uso en pacientes que tengan la indicación, ya que la aparición de los biosimilares garantiza un menor coste para el sistema de salud”.
En cuanto a los avances terapéuticos que se aproximan para la OP, la especialista hace especial hincapié en el hecho de que “están por aparecer fármacos biológicos de doble acción que permitan formar y endurecer el hueso”.
Bibliografía
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