Redacción Farmacosalud.com
Después de un año y medio de la puesta en marcha en el Hospital Quirónsalud Barcelona de la Elastografía de Transición (FibroScan® CAP®), más de 700 pacientes han sido atendidos, realizándose más de 850 estudios diferentes, siendo la gran mayoría, hasta un 72,5%, a pacientes que presentaban una esteatosis hepática o hígado graso no alcohólico. Gracias a estos exámenes, en los que a través de ondas de ultrasonidos y de una forma no invasiva e indolora se cuantifica la elasticidad del hígado y su porcentaje de grasa, ha sido posible determinar el grado de las diferentes enfermedades hepáticas que se estaban estudiando, ayudando a un tratamiento precoz o más intenso que evite que puedan derivar en patologías más graves o en complicaciones.
Así, hasta casi en un 12% de los pacientes que presentaban la enfermedad del hígado graso no alcohólico se ha podido determinar que presentaban una fibrosis hepática significativa. “Este porcentaje fue similar al que se informa en pacientes con algún factor de riesgo, como puede ser la diabetes, la obesidad o el síndrome metabólico”, explica el Dr. José Altamirano, hepatólogo y facultativo del Servicio de Medicina Interna del Hospital Quirónsalud Barcelona.
Cambios en el seguimiento
La importancia de haber podido descubrir de forma precoz estos pacientes que presentan fibrosis hepática significativa radica en la posibilidad de empezar con medidas que ayuden a evitar la progresión de la patología y, sobre todo, intensificar su seguimiento. “No se puede obviar que estos pacientes que empiezan a fibrosar o presentar progresión de su enfermedad tienen más de riesgo de poder desarrollar eventos cardiovasculares y más riesgo de desarrollar complicaciones a largo plazo, como el desarrollo de cirrosis hepática y hepatocarcinoma, por lo que es necesario tenerlos mucho más vigilados”, añade Altamirano.
Entre la población general, la prevalencia de fibrosis significativa está en torno al 4%, lo que significa que los pacientes con hígado graso no alcohólico tienen hasta un 10% más de posibilidades de desarrollar la patología. “Estas pruebas nos están ayudando a encontrar patologías ocultas que nos están sorprendiendo, porque no esperábamos encontrar en nuestro medio hospitalario tantos pacientes que empezaran a tener un grado de fibrosis”, explica el Dr. Altamirano, quien agrega que a la fecha el primer tratamiento supone la necesidad de llevar a cabo cambios significativos en el estilo de vida del paciente (ej. pérdida de peso).
Otro de los datos que también resalta el Dr. es que hasta casi un 15% de los pacientes que fueron sometidos a la prueba fue debido a alguna alteración de las enzimas hepáticas a nivel analítico sin diagnóstico. “Gracias al FibroScan® y en concreto a la realización simultánea del CAP®, hemos podido diagnosticar que hasta un 47% de estas alteraciones analíticas eran debidas a un hígado graso no alcohólico y que en un 31% de estos casos se trataba de una esteatosis de grado 3, cuando ya hay una gran acumulación de grasa en el hígado”, comenta. Altamirano señala también que en estos pacientes la tasa de fibrosis hepática significativa fue del 13%, similar a la de la cohorte con hígado graso no alcohólico conocido.
Una parte de los pacientes con hígado graso no alcohólico desarrollan cirrosis
El hígado graso no alcohólico es una enfermedad asociada a trastornos metabólicos, como la obesidad o la diabetes de tipo 2. Asimismo, hasta un 20% de pacientes con diabetes tipo 2 y pruebas de función hepática normales pueden presentar lesiones histológicas de esteatohepatitis. Sin embargo, solo una pequeña parte de los pacientes con hígado graso no alcohólico desarrollan cirrosis, y el principal factor predictivo es la fibrosis hepática. Además, la fibrosis hepática en esta población es un factor de riesgo para eventos cardiovasculares posteriores.
Para poder mejorar el diagnóstico de estas enfermedades del hígado y evitar que puedan derivar en enfermedades más graves, el Servicio de Medicina Interna del Hospital Quirónsalud Barcelona realiza la prueba del FibroScan® a pacientes con factores de riesgo como la obesidad o la diabetes mellitus, ya que, como comenta el Dr. Altamirano, “se estima que aproximadamente ocho de cada diez personas con obesidad y de seis a siete de cada diez diabéticos desarrollarán hígado graso a lo largo de su vida, con complicaciones asociadas para el hígado y el sistema cardiovascular. El problema con que nos encontramos es que actualmente se está detectando esta patología demasiado tarde, pero con la incorporación de esta técnica en el hospital disponemos de todas las herramientas para realizar un cribaje en pacientes de riesgo y detectar antes estas enfermedades, con la intención de realizar el mejor tratamiento posible para que no desarrollen patologías más graves en el futuro”.
Con esta técnica, además de evitarle al paciente una biopsia hepática y los múltiples efectos secundarios que puede conllevar, el especialista podrá determinar el daño que tiene el paciente en el hígado y tomar la decisión sobre si iniciar o no un determinado tratamiento y, sobre todo, evaluar el seguimiento y la respuesta que se está teniendo en el tratamiento.