Redacción Farmacosalud.com
La Dra. Rosa Fernández Olmo, miembro de la Fundación Española del Corazón (FEC) y vocal del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, lo tiene muy claro: en las fiestas navideñas se producen más problemas coronarios o ataques cerebrovasculares, o bien hay más riesgo de sufrirlos, por culpa de los ‘excesos’ con la comida y la bebida: “La primera semana de enero es mortal en la planta de Cardiología, porque se nota que hay muchos más excesos, y además son días de emociones… yo creo que se forma el cóctel apropiado para tener un evento cardiovascular si no tenemos cuidado. De hecho, cuando vemos la analítica de los pacientes en enero, los niveles de colesterol y tensión arterial están mucho más alterados que en otros meses del año”.
Desde un punto de vista meramente psicológico, la Navidad puede alegrar los corazones (reencuentro con seres queridos, celebración de ágapes selectos, regalos, etc) o bien puede degradarlos (ausencia de seres queridos, soledad, posibles discusiones en reuniones familiares, etc). “Es cierto que para la mayoría de la gente las fiestas navideñas son motivo de alegría, pero para otros no es así. Y todo eso, junto con lo señalado anteriormente, hace que haya más incidencias de enfermedad cardiovascular. Ya que podemos reunirnos con nuestros familiares, yo creo que estas fechas deben ser un momento bonito en nuestras vidas… hay que celebrar la Navidad con cabeza y con corazón”, afirma la Dra.
Consejos para evitar sustos
En este sentido, el Dr. José Luis Palma, vicepresidente de la FEC, recomienda “mesura y control, en especial a aquellas personas que padecen una enfermedad cardiovascular o que tienen factores de riesgo como hipertensión, obesidad, diabetes o colesterol elevado”. Entre las recomendaciones para cuidar del corazón en estas fechas, la FEC destaca:
• Antes de acudir a la comida o cena es aconsejable tomar algo de fruta. Además de ser saludable, la fruta ayuda a saciar el apetito y de esta forma no se llega a la cita con tanta hambre. Entre las frutas más ricas en fibra y, por tanto, con mayor efecto saciante, destacan las manzanas, los plátanos, los melocotones, las peras o las mandarinas, entre otras.
• Una vez en la cena, hay que prestar especial atención a los entrantes. En muchas ocasiones, entre ellos se encuentran algunos fritos, rebozados o empanados de los que es mejor huir. Es el caso, por ejemplo, de croquetas, empanadillas o calamares que previamente estaban congelados.
• Respecto al plato principal, lo preferible es elegir pescado. Si se escoge carne, lo mejor es optar por carnes blancas como el pollo, el pavo o el conejo. En todo caso, hay que evitar las salsas. Y como guarnición, lo más saludable es decantarse por la verdura.
• Para el momento del postre deben evitarse las tartas, dulces y helados por su alto contenido en azúcar y grasas. Las frutas son siempre una mejor opción. Y si la persona es de las que toma café, mejor sin azúcar.
• En el caso de las bebidas, lo más sano es acompañar la comida o la cena con agua. Hay que huir de las bebidas azucaradas y, respecto al alcohol, no hay ninguna cantidad sana o exenta de peligro. En todo caso, la FEC recomienda siempre moderación.
• Es importante dejar pasar un par de horas antes de acostarse después de una comida o cena copiosas. Esto es fundamental para poder hacer la digestión correctamente.
El vicepresidente de la FEC desaconseja “encadenar las comidas y cenas navideñas en días consecutivos” y, si finalmente se acaban cometiendo excesos, “es más importante que nunca realizar ejercicio físico para compensarlos”.
Un solo cigarrillo puede ‘enganchar’ a un no fumador y reenganchar a un exfumador
Y es que las fiestas están a la vuelta de la esquina: primero, cenas y comidas de empresa con amigos y compañeros de trabajo, y después, con el paso de los días, celebraciones con familiares y allegados… Son muchos los que aprovechan estas reuniones sociales para fumar unos cuantos cigarrillos bajo la idea errónea de que se trata de un acto social relajado, eventual e inofensivo. Por eso, desde la FEC se advierte que, en el caso del tabaco, no existe un consumo seguro y que fumar un solo cigarrillo al día tiene un riesgo mucho mayor de lo esperado de desarrollar afección coronaria y accidente cerebrovascular. En concreto, la mitad del riesgo de fumar 20 cigarros por día, según un estudio[1] publicado en ‘The British Medical Journal’.
“Es cierto que, a mayor dosis, el riesgo coronario y cerebrovascular es mayor -remarca Fernández Olmo-. Pero simplemente, con un cigarrillo, es suficiente para tener el riesgo apuntado en el estudio. Y no solamente se trata del cigarrillo que nos estamos fumando, sino que también hay que tener en cuenta el humo de segunda mano, es decir, el cigarrillo que están fumando a nuestro lado, que también hace que aumente nuestro riesgo cardiovascular. Cuando fumamos un cigarrillo, aunque sea de vez en cuando, estamos inhalando sus sustancias tóxicas, y, por lo tanto, esas sustancias están llegando a nuestro organismo y están provocando un daño, con lo cual no se puede fumar nada… incluso no se puede permitir que fumen a tu lado”.
¿’Por una sola vez no pasa nada’?
Palma asegura, por su parte, que “un solo cigarrillo puede generar adicción”, y recuerda que “los fumadores tienen un riesgo tres veces mayor de padecer enfermedades cardiovasculares que las personas que no fuman”. La Dra. Fernández Olmo advierte a los sujetos que nunca han fumado que lo de ‘por una sola vez no pasa nada’ puede ser una vía de entrada al hábito tabáquico, porque, al final, entre evento y evento, se empieza por un cigarrillo y después viene uno detrás de otro, lo que puede provocar “adicción al tabaco”.
Y luego están los riesgos de reenganche al tabaco debido a la misma frase, la tan manida ‘por una sola vez no pasa nada’, que también pueden llegar a formular los exfumadores. Según la experta, “la persona que ha sido fumadora no puede volver a probar el tabaco porque fumar no deja de ser una adicción, y además una adicción fuerte. Entonces, en el momento en el que esa persona fuma un cigarrillo porque ‘no pasa nada’, viene otro cigarrillo porque ‘no pasa nada’… y al final se recae en el hábito. Tenemos que ser muy conscientes de todo ello y no dejarse confundir por la alegría del momento… estamos en fechas claves de recaídas”.
Cuando se habla de tabaquismo y de sus repercusiones en la salud, todo el mundo piensa en problemas pulmonares o neumológicos o en la posibilidad de desarrollar enfermedades oncológicas. Pero cuidado, porque también hay una vertiente cardiovascular. A pesar de las campañas de concienciación que llevan a cabo los cardiólogos, la opinión pública parece no estar tan interesada en la relación que hay entre el consumo de tabaco y los daños que este hábito puede causar al corazón, admite Fernández Olmo. Los avances terapéuticos en el ámbito cardiovascular podrían explicar esa tendencia, pero, sea como fuere, la patología cardiovascular “es un drama porque es una de las principales causas de muerte, y el tabaco es una de las principales causas de enfermedad cardiovascular”, recuerda la vocal del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo.
Referencias
1. Hackshaw A, Morris JK, Boniface S, Tang JL, Milenković D. Low cigarette consumption and risk of coronary heart disease and stroke: meta-analysis of 141 cohort studies in 55 study reports. BMJ 2018; 360 doi: https://doi.org/10.1136/bmj.j5855 Cite this as: BMJ 2018;360:j5855 https://www.bmj.com/content/360/bmj.j5855