Redacción Farmacosalud.com
Las visitas periódicas que hacen los usuarios con trastorno mental a las consultas de psiquiatría son muy importantes para el seguimiento y la toma de decisiones compartidas, porque en ellas se obtiene información sobre aspectos como los síntomas, la efectividad de la medicación o el día a día de los usuarios que luego resultan fundamentales para la toma de decisiones respecto al tratamiento. En los programas de psicoeducación organizados por el Centro de Rehabilitación Psicosocial de Cáceres, perteneciente a la Línea de Rehabilitación Psicosocial de Hermanas Hospitalarias (LRHP), los profesionales comprobaron que la información que los usuarios facilitaban a los psiquiatras durante las consultas ‘era insuficiente’ por su poco contenido y por la escasez de información relevante.
Al observar esta limitación, al equipo del centro se le ocurrió una propuesta: la elaboración de una sencilla guía de planificación para consultas de Salud Mental, que consta de 14 ítems divididos en cuatro apartados (síntomas, medicación, ocupación y aspectos sociofamiliares) que engloban temas básicos para tratar en la consulta de salud mental. La idea es que, gracias a esa guía, los usuarios puedan planificar y preparar la visita a la consulta con el objetivo de que ésta se convierta en una herramienta de apoyo para mejorar la comunicación entre paciente y psiquiatra.
Medición de seis variables
Para analizar la efectividad del manual, el equipo de investigación del CRPS Cáceres, dirigido por Santiago Mañero, monitor ocupacional en el Programa de Apoyo Sostenido, utilizó una muestra de 45 usuarios, el 73% de ellos con más de cinco años de evolución de la enfermedad mental, que dividieron en dos grupos experimentales y uno de control. Los usuarios de los dos grupos experimentales participaron en un programa psicoeducativo de dos sesiones en el que se les explicó qué es una consulta de salud mental, para qué sirve y se les comentó con detalle todos los ítems de la guía. El grupo experimental 2 pudo hacer uso del documento durante seis meses, mientras que el grupo experimental 1, además de contar con este texto, preparó las consultas con la ayuda de un psicólogo de referencia.
Durante la investigación, que se prolongó durante nueve meses, los autores midieron seis variables (comunicación, insight o conciencia de enfermedad, actitud hacia la medicación, efectos secundarios sobre la medicación, bienestar subjetivo y funcionamiento global) antes del programa psicoeducativo, tras la celebración del mismo y a los seis meses de uso de la guía. El cambio más importante y significativo que se apreció en los dos grupos experimentales tras el medio año de utilización del manual fue a nivel de insight. Para Santiago Mañero, esto se debe a que el uso de una guía de planificación para consultas de Salud Mental facilita que los usuarios “tengan mucha más conciencia de su enfermedad, sean más conscientes de los síntomas, de las consecuencias de éstos y de la importancia de la medicación”.
Esa toma de conciencia favorecida por el uso de la nueva herramienta, concluye Mañero, puede llegar a traducirse en múltiples beneficios para las personas con enfermedad mental, ya que en su opinión una buena comunicación de los usuarios con los psiquiatras podría derivar “en mejores ajustes de medicación, menos posibilidades de recaída, menos ingresos hospitalarios y mayor sensación de control sobre el tratamiento por parte de los usuarios”.