Redacción Farmacosalud.com
La terapia de alto flujo es una técnica en auge, menos invasiva que la ventilación mecánica, para tratar la insuficiencia respiratoria sin hipercapnia, especialmente en fase aguda, e incluso con publicaciones recientes podría ser utilizado en pacientes con hipercapnia leve. Sucesivas mejoras en el dispositivo para poder aplicarla han favorecido que esta técnica, antes muy empleada por los intensivistas y los neonatólogos, tenga cada vez un mayor número de indicaciones y que cada vez la apliquen más neumólogos. Para cubrir sus necesidades de formación respecto a esta técnica se celebró el Taller de Terapia de Alto Flujo, coordinado por el Dr. Salvador Díaz Lobato y en el marco de la 27 Reunión de Invierno Conjunta de las Áreas SEPAR.
La terapia de alto flujo se aplica con un dispositivo que genera un flujo de aire asociado a una mezcla de oxígeno. Está indicada en personas que precisan de una proporción de oxígeno más alta de lo habitual, especialmente en casos de insuficiencia respiratoria hipoxémica (con falta de oxígeno) sin hipercapnia (es decir, cuando no hay un aumento de la presión parcial de dióxido de carbono en sangre) y en situaciones agudas o con edema agudo.
Patología intersticial, distrés, EPOC sin hipercapnia…
Asimismo, está indicada en pacientes con patología intersticial, distrés respiratorio, y agudizaciones de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) sin hipercapnia. Otra indicación cada vez más en auge es en la desconexión progresiva de pacientes con intubación o que precisan ventilación mecánica no invasiva. En cambio, está contraindicada en fallo respiratorio con hipercapnia moderada-grave. La técnica reservada para los pacientes con insuficiencia respiratoria con hipercapnia es la ventilación mecánica. No obstante, se ha hecho algún estudio en agudizaciones de EPOC con acidosis e hipercapnia que ha encontrado que se podría utilizar al inicio del tratamiento.
La terapia de alto flujo se llevaba a cabo en unidades de cuidados intensivos y en neonatología. El de uso hospitalario -no domiciliario-, se ha extendido tras haberse mejorado los dispositivos y simplificado los insumos de las aplicaciones aguda y cardiológica y cada vez hay más neumólogos que la utilizan en las distintas indicaciones mencionadas.
El oxígeno se suministra a través de unas gafas nasales más grandes
Las mejoras que se han introducido en ella en los últimos años han hecho que esta técnica sea más confortable, frente a la ventilación mecánica. El oxígeno se suministra a través de unas ‘gafas’ nasales más grandes, con calor y agua húmeda, a concentraciones que pueden llegar hasta el 95% de oxígeno puro y, por lo tanto, es útil para los pacientes que necesitan altas concentraciones de oxígeno. Una de las principales ventajas es la comodidad y confortabilidad que genera en el paciente, pero además ha demostrado en numerosos estudios que puede evitar la ventilación mecánica, así como la intubación en pacientes con fallo respiratorio agudo e importante trabajo respiratorio.
Otra de las ventajas de este dispositivo es que permite hablar y comer al usuario mientras recibe altas concentraciones de oxígeno, “algo que la ventilación mecánica no permite”, precisa el Dr. Pedro Landete, neumólogo, vocal del Área de Sueño y Ventilación de SEPAR y profesor del Taller de Terapia de Alto Flujo. “En la clínica, la terapia de alto flujo tiene resultados positivos para el paciente, ya que el dispositivo disminuye el trabajo respiratorio, mejora la insuficiencia respiratoria”, genera una presión positiva y también “tiene efectos sobre el aclaramiento de las secreciones, aunque en menor medida”, explica Landete.