Redacción Farmacosalud.com
“Aunque la evidencia científica nos dice reiteradamente que la respuesta a la 'insosteniblidad' del sistema sanitario está en la prevención y la promoción de estilos de vida saludables, el sistema sanitario sigue invirtiendo casi todos nuestros impuestos en el tratamiento. Es más coste-efectivo prevenir que curar”, advierte el Dr. Rafael Manuel Ortí Lucas, nuevo presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH). La nueva Junta Directiva de esta organización se ha marcado como objetivo crear redes de especialistas que den respuestas rápidas a problemas sanitarios, como por ejemplo “el reciente brote de listeriosis en Andalucía o de aspergilosis en unos quirófanos en Vigo, y todas esas noticias que nunca nos gustaría tener que leer. Ante una emergencia como esta, se requiere estar preparado”, remarca Ortí.
El nuevo presidente de la SEMPSPH también se ha pronunciado sobre el resurgimiento en varias zonas del mundo del sarampión, una enfermedad que casi estuvo erradicada en el año 2000: “Se está produciendo un aumento importante de casos de sarampión debido a la falta de cobertura vacunal de la población. La causa no está en políticas insuficientes de vacunación. Se han producido fallos en la cadena del frío, en la efectividad de las vacunas, y con frecuencia se plantea el rechazo de los padres a vacunar a sus hijos, motivos que podrían hacer aumentar los problemas asociados a esta patología".
-A su juicio, el concepto de sanidad centrado en la asistencia clásica no favorece la sostenibilidad del sistema sanitario. ¿Más vale prevenir que curar?
Así es. Este concepto no es nuevo. Los resultados del estudio epidemiológico realizado por Marc Lalonde, ministro de Sanidad de Canadá en 1974, siguen totalmente en vigor. Demostró que los estilos de vida son más determinantes de la salud de las personas y de las grandes causas de enfermedad, que aquel tratamiento médico-quirúrgico que supone un gasto sanitario poco eficiente. Fue uno de los hitos importantes dentro de la Salud Pública, comparable con las más recientes iniciativas de apoyo a la Seguridad del paciente promovidas por la OMS (Organización Mundial de la Salud).
Aunque la evidencia científica nos dice reiteradamente que la respuesta a la 'insosteniblidad' del sistema sanitario está en la prevención y la promoción de estilos de vida saludables, el sistema sanitario sigue invirtiendo casi todos nuestros impuestos en el tratamiento. Es más coste-efectivo prevenir que curar, pero no es tan espectacular ni genera tantos titulares, solo cuando falla la prevención ante brotes y alertas sanitarias. No hay que llegar a eso.
-En su opinión, es necesario invertir en Medicina y Enfermería Preventiva y aprovechar de forma eficaz y eficiente los recursos que actualmente se destinan a atender complicaciones derivadas de eventos adversos que se pueden evitar. ¿Qué complicaciones son, pues, evitables?
Hay muchas que señalar: a) las enfermedades que son potencialmente evitables por las vacunaciones. Todos conocemos casos de poliomielitis, brotes de sarampión, etc. Las vacunas son unos de los hitos más importantes en salud pública b) las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria que suponen un gasto elevadísimo en estancias, antimicrobianos y morbimortalidad, a veces por sí mismas o por complicaciones en enfermos graves, y que pueden evitarse con medidas, a veces tan simples, como lavarse las manos con soluciones hidroalcohólicas c) los brotes de legionella o aspergilosis que pueden producirse en nuestros centros sanitarios por descuidos en la bioseguridad ambiental d) la patología y daños derivados de la cirugía que pueden evitarse aplicando prácticas seguras. Por ello, desde la SEMPSPH iniciamos y potenciamos proyectos como IQZ (Infección Quirúrgica Zero).
Y así una gran cantidad de daños o eventos adversos que se evitan por la labor silenciosa de los especialistas en Medicina Preventiva desde hace más de 40 años, desde que se creó nuestra especialidad.
-La nueva Junta Directiva ha presentado un plan estratégico que marcará un cambio en la forma de trabajar de la SEMPSPH. Entre los objetivos planteados se encuentra el de crear redes de especialistas que den respuestas rápidas a problemas sanitarios que planteen tanto los profesionales sanitarios como todas aquellas personas que deseen mejorar su salud desde el punto de vista de la Medicina Preventiva y la Salud Pública. ¿Podría poner un ejemplo clarificador de un problema sanitario que podría tener una respuesta rápida?
Pues sin ir más lejos el reciente brote de Listeriosis en Andalucía o de aspergilosis en unos quirófanos en Vigo, y todas esas noticias que nunca nos gustaría tener que leer. Ante una emergencia como esta, se requiere estar preparado. Si bien nuestro objetivo, lógicamente, no es sustituir a la Administración sanitaria, la existencia de un grupo de especialistas de M. Preventiva y Salud Pública, procedentes de varias áreas del país y con información actualizada, podría ayudar a informar a la población y recordar la aplicación de las medidas preventivas. Nos gustaría contar con estas redes antes de final de año. A nivel hospitalario, es importante la evaluación de tecnologías, equipamiento y productos como los desinfectantes. La red dedicada a antisépticos y desinfectantes podría revisar la evidencia científica para recomendar la aplicación de los mejores productos.
-El XX Congreso Nacional y IX Internacional de la SEMPSPH, celebrado en Madrid, ha sido el marco en el que se ha elegido la nueva Junta Directiva de la organización médica que usted encabeza. ¿Cuáles han sido las conclusiones más importantes que se pueden extraer de la reunión?
La transición de la anterior Junta a la actual se ha hecho de acuerdo a los Estatutos y con toda normalidad. Los socios solicitaban un nuevo impulso y la renovación de las líneas y grupos de trabajo debido al constante dinamismo de nuestra especialidad. Además de la creación de redes, la nueva Junta pretende motivar a nuestros asociados, dar visibilidad a la Sociedad y mejorar la comunicación interna y externa. Debemos convertir la web de la SEMPSPH en una herramienta de consulta y formación para profesionales y ciudadanos. Hay cada vez más interés por conocer la opinión de los preventivistas, por lo que debemos responder a esa inquietud. Por ello queremos incorporar información epidemiológica y webinarios sobre las medidas preventivas recomendadas.
-¿Cuál es la medida de medicina preventiva, salud pública e higiene que debería llevarse a cabo con urgencia por parte de la Administración pública española?
Sin lugar a dudas, dotar a los servicios de medicina preventiva y salud pública de los recursos humanos y materiales necesarios para ejercer sus funciones. Hay hospitales de 1.000 camas y de 150 camas, ambos con dos preventivistas. Al menos, deberían regularse unos estándares sobre número de especialistas y Enfermería que permitieran atender los mínimos de seguridad en los hospitales españoles. Nuestra cartera de servicios es muy amplia, somos profesionales formados en Gestión Sanitaria y llevamos el concepto de eficiencia en nuestros genes. Buscamos siempre el interés de nuestros pacientes, profesionales y gestores, basando nuestras actuaciones en la mejor evidencia científica.
-Según se ha puesto de manifiesto en el 33 Congreso de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP), celebrado en Toledo, el sarampión -una enfermedad que casi estuvo erradicada en el año 2000- ha vuelto a resurgir en Europa debido a las políticas de vacunación insuficientes y el auge de los movimientos antivacunas. ¿Qué soluciones contempla para frenar el resurgimiento de esta afección?
Efectivamente, en algunos países de Europa, así como en otras zonas del mundo, se está produciendo un aumento importante de casos de sarampión debido a la falta de cobertura vacunal de la población. La causa no está en políticas insuficientes de vacunación. Se han producido fallos en la cadena del frío, en la efectividad de las vacunas, y con frecuencia se plantea el rechazo de los padres a vacunar a sus hijos, motivos que podrían hacer aumentar los problemas asociados a esta patología.
Tal y como recomiendan los servicios de salud pública, se debe vacunar frente al sarampión con vacuna triple vírica a las personas nacidas a partir de 1970 que no hayan pasado la enfermedad y no estén vacunadas con 2 dosis de triple vírica (si hubieran recibido previamente una dosis, se administrará una 2ª dosis).
-¿Hasta qué punto le preocupan las ‘fake news’ o bulos relativos a la medicina preventiva?
Son muy perjudiciales, sobre todo para las personas con poca formación y escasos conocimientos, puesto que al evitar la aplicación de medidas preventivas potencian la aparición de enfermedades. Afortunadamente, cada vez se hace menos caso a los bulos y más a los profesionales adecuadamente formados.
-Con respecto a la lucha contra las bacterias multirresistentes a los antibióticos: ¿en qué punto nos encontramos?
Como todos sabemos, es un grave problema de salud pública. Hay un incremento de gérmenes multirresistentes, las llamadas Superbacterias, o gérmenes que no se pueden tratar con la mayoría de los antibióticos disponibles. El abuso de antibióticos tanto en el ámbito médico como ambiental-veterinario y el aumento de tratamientos cada vez más sofisticados en pacientes con disminución de las defensas son factores que hacen a la población más vulnerable a contraer una infección por microorganismos multirresistentes.
En muchos casos el tratamiento no es efectivo, por lo que la única opción es la prevención. De ahí la importancia de invertir en salud pública. Se estima que una gran parte de estas infecciones pueden ser evitables en entre un 30 y 50% de los casos, por lo que es un reto abordar su prevención desde todos los ámbitos posibles. El problema es que las enfermedades infecciosas están adquiriendo grandes dimensiones y son cada vez más difíciles de tratar. Invertimos mucho dinero y recursos cuando ya se han producido (ingente consumo de antimicrobianos de nueva generación con elevadísimos costes), pero invertimos muy poco en su prevención, que es lo más económico, lo más sencillo y sobre todo lo que evita la enfermedad infecciosa y sus consecuencias.
En nuestro medio no debemos olvidar que más de 1,4 millones de personas en el mundo contraen infecciones en el hospital y cada vez más personas fuera de él. Además, los pacientes van y vuelven al hospital y son trasladados entre diferentes centros sanitarios, lo que hace que las infecciones y colonizaciones por gérmenes de todo tipo se hagan cada vez más frecuentes.