Redacción Farmacosalud.com
Actualmente, el principal problema del trasplante hepático es la escasez de donantes en proporción al número de receptores, han indicado desde la Sociedad Española de Trasplante (SET). En este sentido, el doctor Fernando Pardo, presidente de la Sociedad Española de Trasplante Hepático, apunta que “en los últimos años se han desarrollado formas de aumentar el número de donantes” y explica que “no sólo debido a la utilización de donantes con criterios expandidos, que han demostrado que son válidos para trasplante, sino también gracias a la obtención de órganos a partir de donantes en asistolia (a corazón parado)”. En España aún no está muy desarrollada la denominada partición de injertos para receptores adultos y niños, por lo que se está tratando de mejorar el programa de partición de injertos para poder utilizar un hígado para dos trasplantes, adulto y pediátrico.
“De la misma forma, es necesario facilitar el acceso de los receptores a la posibilidad de recibir un injerto de donante vivo, como ha ocurrido con el riñón de manera muy exitosa”, señala el experto.
Apuesta por la donación en asistolia, o a corazón parado
Aproximadamente el 25% de los trasplantes que se realizan en España son de hígado. “El perfil del paciente que necesita un trasplante es aquel que padece una enfermedad hepática terminal, con una probabilidad de supervivencia inferior al año si no recibe el injerto”, comenta el doctor. Las causas más comunes de trasplante hepático son las cirrosis hepatocelulares, que representan más del 60% de indicaciones tanto de causa viral (post-hepatitis C especialmente) como de origen enólico; los hepatocarcinomas desarrollados sobre hígados patológicos y en una proporción mucho menor están las hepatopatías colestásicas, las metabólicas y las hepatitis fulminantes. “En el caso de los niños la causa más frecuente difiere de la de los adultos ya que son las malformaciones congénitas (atresia biliar) y las enfermedades metabólicas las patologías que necesitan de trasplante”, especifica Pardo.
Por otro lado, la donación de personas fallecidas por muerte encefálica ha sido la principal fuente de obtención de órganos en España durante años, pero el descenso en la siniestralidad en carretera, el mejor control de los factores de riesgo cardiovascular y las mejoras en el tratamiento del paciente neurocrítico han llevado a un progresivo descenso de este tipo de donantes. Por ello, la Organización Nacional de Trasplante (ONT) ha apostado firmemente por la donación en asistolia, también llamada a corazón parado, como una de las mejores vías de expansión. Así lo ha afirmado la doctora Beatriz Domínguez-Gil, especialista en nefrología de la ONT. La principal ventaja de este tipo de donación es que “permite ofrecer la opción de ser donante a todas las personas que fallecen, independientemente de las circunstancias de su fallecimiento”, comenta Domínguez-Gil.
De acuerdo con un documento de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, “el donante en asistolia es una persona que sufre una parada cardiorrespiratoria irreversible en la vía pública, en su lugar de trabajo o en su domicilio y en la que fracasan todas las maniobras de reanimación, a pesar de los esfuerzos del personal sanitario para conseguir el restablecimiento de sus funciones vitales. La certificación de su muerte, por tanto, se produce a su llegada al hospital”. “La generosidad y solidaridad de las familias de los donantes ha resultado, como siempre, digna de reconocimiento, admiración y agradecimiento infinito”, agregan las mismas fuentes.
España reafirma su posición como potencia en donación en asistolia
Para Beatriz Domínguez-Gil, esta modalidad de transferencia de órganos se enfrenta a varios retos: “La necesidad de aumentar la efectividad de los programas existentes, pues la mayor parte de ellos se focalizan exclusivamente en la donación renal, pero no en la hepática, pulmonar o incluso pancreática, y la mejora de los resultados postrasplante, lo que requiere de una investigación coordinada en red por parte de todos los programas con experiencia en donación en asistolia y en el trasplante de estos órganos”.
Según la experta de la ONT, España es, después del Reino Unido, el país de la Unión Europea con mayor número de donantes en asistolia. Así, el año pasado hubo 159 donaciones a corazón parado en España, lo que representa el 10% del total de la actividad. “Este año la tendencia es ascendente, con un aumento del 36% con respecto a la actividad registrada en el mismo periodo de tiempo del año anterior. El trasplante renal es la estrella, pero el hepático y el pulmonar realizados con órganos de este tipo de donantes crecen de manera prometedora”, resume la doctora. En un cortísimo periodo de tiempo, España ha pasado de tres programas de donación a corazón parado a 31 hospitales con este tipo de actividad distribuidos en 11 comunidades autónomas.
La ONT considera que las técnicas de preservación, como mayor novedad técnica en este campo, van a ser fundamentales para potenciar esta actividad.