Redacción Farmacosalud.com
El Comité de Ética de la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que “en las circunstancias particulares de este brote” de ébola, “y siempre que se cumplan ciertas condiciones, es ético ofrecer intervenciones no probadas con eficacia y con efectos adversos aún desconocidos, como posible tratamiento o prevención” para esta enfermedad infecciosa, cuya tasa de mortalidad alcanza el 90% de casos.
“Los criterios éticos deben guiar la prestación de este tipo de intervenciones. Éstos incluyen la transparencia sobre todos los aspectos de la atención, el consentimiento informado, la libertad de elección, la confidencialidad, el respeto a la persona, la preservación de la dignidad y la participación de la comunidad. Con el fin de entender la seguridad y la eficacia de estas intervenciones, el grupo de ética informa de que, siempre y cuando se apliquen para tratar a los pacientes, hay una obligación moral de recoger y compartir todos los datos generados, incluyendo los tratamientos previstos de 'uso compasivo' (acceso a una droga no aprobada fuera de un ensayo clínico)”, se recoge en un comunicado de la OMS.
Más de un millar de muertos
El último brote de ébola, declarado en África Occidental, ya ha causado más de un millar de muertos, entre ellos el religioso español Miguel Pajares, quien se ha convertido en el primer español y europeo que fallece por esta afección. Pajares, hospitalizado en el centro Carlos III de Madrid, había sido repatriado desde Liberia y estaba siendo tratado con el suero experimental ZMapp, que hasta el momento ha dado buenos resultados en dos cooperantes norteamericanos infectados con el virus del ébola. La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (OHSJD), a la cual pertenecía el religioso español, “agradece todas las muestra de apoyo que ha recibido desde las administraciones públicas de la sociedad en general y particularmente el buen hacer de los profesionales del hospital que han atendiendo al Hno. Pajares”.
Pajares sufría una patología coronaria que se ha sumado a las complicaciones derivadas del propio ébola. Su cadáver ha sido incinerado pocas horas después de la defunción a la vista de la peligrosidad de contagio que entrañan los fluidos corporales en el caso concreto de la infección por ébola.