Redacción Farmacosalud.com
Los síntomas de la dermatitis atópica, un problema dermatológico muy frecuente, son básicamente cuatro: la piel seca, que es el pilar fundamental de la piel atópica, lo que se conoce como xerosis; la tendencia a rascar, “porque son niños que tienen una sensibilidad muy llamativa al picor (pequeños roces desencadenan el rascado)”, explica el doctor Vicente García-Patos, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Vall d’Hebron (Barcelona); la inflamación, lo que conocemos como eccema (piel roja, descamada, vesiculitas, costras…), si bien aparecen en “un estadio posterior a la sequedad cutánea y al picor, y todo ello favorece que la piel se sobreinfecte” con más facilidad que la población en general, destaca el facultativo, quien también es catedrático de Dermatología de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y vicepresidente de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
Aunque no existe un tratamiento 100% curativo, se pueden reducir los síntomas y signos de la dermatitis atópica cuando el niño sufre picor. “Lo que pasa es que esto es ir por detrás de la enfermedad, es lo que se conoce como tratamiento reactivo… las tendencias actuales van más hacia un tratamiento preventivo para disminuir la frecuencia de los brotes y sobre todo para intentar modificar el curso de la enfermedad y que los brotes no sean tan intensos: para esto es fundamental el tratamiento adyuvante, de ayuda”, argumenta el doctor. Se trata, en definitiva, de seguir unas normas de higiene y no olvidar la aplicación de hidratantes -ante la sequedad, hay que aportar la hidratación que no tiene la piel natural-. Por último, hay que tener en cuenta que la piel del niño con dermatitis atópica tiene tendencia a irritarse con mucha facilidad por la presencia de varios estímulos: cambio de temperatura, ropa de algodón, pelo de mascotas, etc.
Tratamiento integral de la dermatitis atópica
Para García-Patos, “es fundamental que los niños se impliquen en el cuidado de su piel”. “Si se es cuidadoso a la hora de hacer la higiene e hidratación diaria se evitará la frecuencia e intensidad de los brotes. A mi me gusta explicar a los papás y a los niños que han de mimar su piel como los artistas, que han de dedicar entre 10-20 minutos al cuidado diario de su cuerpo. En los tiempos que corren es difícil -todos vamos muy deprisa-, pero evitará la necesidad de utilizar otros tratamientos más potentes por culpa de los brotes más graves y frecuentes”, relata el dermatólogo.
En cuanto al tratamiento integral de la dermatitis atópica, el pilar básico es la higiene diaria: son niños que han de mantener una higiene diaria, preferiblemente con baño o ducha que no sean muy largos (10-15 minutos, los baños muy largos favorecen la sequedad en la piel), que el agua no sea muy caliente (el agua más caliente elimina la poca hidratación natural que se tiene), baño preferiblemente antes de ir a dormir (por motivos de relajación), y en caso de que haya heridas por rascado, cubrirlas previamente con vaselina; asimismo, es preferible usar jabones poco espumosos (Syndet), baños coloidales o aceites mejor que jabón espumoso, y es mejor lavarse con la mano (las esponjas van deshidratando esa piel ya dañada), y también se aconseja “hacer un secado suave (mejor envolver al pequeño en un albornoz o toalla que hacer un frotado enérgico)”, señala.
Fundamental prevenir el picor
Si la piel es seca, debe aportarse el hidratante que falta, ya sea a base de emolientes (proporcionan una película de grasa, lo que evita que el agua de la piel natural se evapore), como los aceites y las cremas de Karité, o ya sea con humectantes (tienen capacidad de retener agua, ocurre con muchos productos de avena). Los hidratantes no sólo están en forma de cremas o de lociones, los propios baños ya pueden tener un efecto hidratante con avenas coloidales o aceites de baño; en paralelo, existen cremas hidratantes con ácido láctico, ceramidas o vaselina, pensadas para reponer esa película grasa que falta en los niños con piel atópica.
En el tratamiento integral es fundamental prevenir el picor, puesto que “son niños con piel excitable, lo que fácilmente desencadena el rascado”, explica el doctor, quien añade que “muchos papás dicen que el problema más importante de los niños con dermatitis atópica es el insomnio que ocasiona” esta enfermedad cutánea. Entre las medidas indicadas: usar sustancias para aliviar el picor, tener cuidado con la ropa (las ropas sintéticas o de algodón desencadenan ese picor), por lo que deben usarse ropas ligeras (el calor desencadena ese tipo de molestias), eliminar las etiquetas (es muy frecuente que causen eccema en los niños atópicos), usar calzado transpirable y en algunos casos poner guantes de algodón para dormir con el fin de evitar el rascado.
La importancia de la hidratación
Como antipruriginosos, o sustancias para el picor, hay preparados tópicos (los propios baños y los antihistamínicos orales, estos últimos los más utilizados a pesar de que no siempre son útiles). En lo que concierne al tratamiento de la inflamación, “ya estamos en un niño con brote de eccema atópico, ya estamos siendo reactivos y no preventivos; para esto hay dos sustancias: cremas con cortisonas y otras moléculas más modernas que no tienen los efectos de la cortisona pero que, con menor eficacia, nos dan más seguridad a largo plazo… sirven para controlar los brotes leves y, de alguna manera, cuando empiezan los síntomas, evitan que éstos vayan a más”, explica García-Patos.
Para tratar la piel seca, la xerosis, uno de los problemas de la dermatitis atópica, hay que procurar hidratarse con cremas indicadas para ello. “Se recomienda hacerlo después del contacto con el agua, después del baño, porque de esta manera hacemos una película favoreciendo la retención de ese agua que ha penetrado en la piel”, asegura el doctor. “Es muy importante insistir a los papás de que hay que hacerlo incluso cuando el niño esté asintomático”, ya que “lo que conseguimos con una buena hidratación mantenida en los niños con esa piel atópica es alargar los períodos de remisión, los períodos en que uno está bien, evitando las recaídas”, argumenta. En algunos pacientes incluso se aconseja aplicarse ese tipo de hidratación no sólo después del baño, puesto que si el baño se lleva a cabo por la tarde o por la tarde-noche, debería “utilizarse incluso por las mañanas en aquellas zonas de más sequedad, sobre todo en las extremidades y en la cara”, concluye el experto.
Medidas para lavar el cuero cabelludo
Las sobreinfecciones son procesos en que los microbios, sobre todo bacterias, hongos e incluso virus, afectan con más frecuencia a niños con piel atópica que a niños sin piel atópica. “Cada vez más se está intentando que en las cremas de cuidado diario se añadan sustancias antisépticas (no antibióticos, ya que pueden crear resistencias) para controlar esa colonización de la piel por parte de microbios. La plata micronizada -usada desde hace muchos años- tiene esa peculiaridad, y ahora se está incorporando a algunas cremas hidratantes con esa finalidad: aparte de la hidratación, controlar a esas bacterias”, expone el dermatólogo.
Según el doctor, en los ‘peques’ atópicos es habitual tener tendencia a eccemas en las flexuras, palidez en la zona del centro de la cara y mofletes muy rojos y descamados. “No sabíamos cuáles son los factores que favorecen esas localizaciones pero cada vez se está insistiendo más en seguir determinadas normas a la hora de cuidar el cuero cabelludo porque se ha visto que algunos de los champúes utilizados para la higiene pueden ser los que desencadenan o justifican esa irritación, esa tendencia a los eccemas en la cara”, afirma. Por lo tanto, las normas pasan por hacer el lavado del cuero cabelludo y que ese champú no caiga por la cara, hacer un buen aclarado y después realizar la higiene del cuerpo. “Cada vez más se están posicionando champúes más específicos para la piel atópica, precisamente con esa intención, que no sean muy espumosos: cuanto más espumoso, más desengrasante”, dice el especialista. En resumen, se recomienda hacer el lavado del cuero cabelludo antes de la higiene y usar champúes más específicos, con pH ligeramente ácidos, para evitar los brotes lesivos característicos de la dermatitis atópica.