Redacción Farmacosalud.com
Comunicarse con las otras personas es una de las mayores dificultades que tienen los niños con autismo. Pedir ayuda, iniciar una interacción social y compartir sus emociones se convierten en habilidades que necesitan ser aprendidas a partir de ejercicios y terapias. Las intervenciones basadas en juegos que implican el uso de la tecnología han demostrado facilitar la motivación y los procesos de aprendizaje en niños con Trastornos del Espectro Autista (TEA). Narcís Parés, miembro del grupo de investigación Cognitive Media Technologies, del Departamento de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (DTIC) de la Universidad Pompeu Fabra (UPF, en Barcelona), trabaja en la línea de investigación denominada ‘interacción de cuerpo entero’. En su laboratorio diseña diferentes aplicaciones basadas en esta interacción para estudiar la mediación de las experiencias. Junto con el Hospital Sant Joan de Déu, creó Pico’s Adventure, un videojuego basado en la interacción de cuerpo entero que promueve la comunicación social entre los participantes.
El videojuego tiene por objetivo facilitar la interacción social de los niños con autismo a través de una serie de experiencias lúdicas y colaborativas. Como manifiesta Parés, "los primeros estudios experimentales mostraron su eficacia como complemento de las terapias convencionales". "Desde entonces, Pico’s Adventure, ha pasado a ser un importante referente en la búsqueda de herramientas basadas en TIC para fomentar las conductas de iniciación social en niños con trastornos del espectro autista", añade.
Niños y niñas de 4 a 6 años con diagnóstico de TEA
En un estudio reciente, publicado en edición avanzada en línea en ‘Research in Autism Spectrum Disorders’, un grupo de 15 niños y niñas de 4 a 6 años con diagnóstico de TEA han participado en cuatro sesiones en las que han jugado con el videojuego Pico’s Adventure y también con otros tipos de juegos. La investigación ha sido dirigida por Narcís Parés, en colaboración con investigadores del Hospital de Sant Joan de Déu y de Mutua Terrassa (demarcación de Barcelona), quienes han estudiado el comportamiento de los participantes según una escala observacional.
El objetivo de la investigación fue estudiar las conductas de iniciación social empleando un videojuego de interacción de cuerpo entero en comparación con la cantidad de conductas de iniciación social ocurridas durante una actividad de juego libre, en niños con TEA. "Por juego libre en este caso nos referimos a juego con juguetes (cochecitos, muñecos, pelotas, etc.), solo o con pareja, sin guión ni reglas", explica Parés. Los autores se plantearon la hipótesis de que el videojuego podría provocar un mayor número de conductas sociales y, por tanto, esta tecnología se podría proponer como herramienta para promover las habilidades de iniciación social.
Los resultados han mostrado que el videojuego favorece más las conductas de iniciación social que el juego libre, en niños con TEA cuando jugaban solos o por parejas. Además, cuando el niño jugaba con los padres, el videojuego ha resultado ser tan eficaz como los juegos libres en la promoción de la iniciación social. El videojuego ha mostrado ser igualmente eficaz en la reducción de comportamientos repetitivos y en el aumento de la expresión gestual de los niños. Los videojuegos podrían considerarse como herramienta adecuada para fomentar los comportamientos sociales y ser útil también como complemento de los tratamientos habituales, pero "se necesita seguir trabajando para poder apoyar esta hipótesis", indican los investigadores.
Trabajo de referencia:
Maria Ángeles Mairena, Joan Mora-Guiard, Laura Malinverni, Vanesa Padillo, Lilia Valero, Amaia Hervás, Narcís Parés (2019), “A full-body interactive videogame used as a tool to foster social initiation conducts in children with Autism Spectrum Disorders”, Research in Autism Spectrum Disorders, vol. 67, noviembre. https://doi.org/10.1016/j.rasd.2019.101438 https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1750946719301266?via%3Dihub