Redacción Farmacosalud.com
Las intoxicaciones alimentarias en niños se multiplican durante el verano por el mayor número de comidas que se realizan fuera del hogar y el incremento de temperaturas, que favorece la proliferación de microorganismos en los alimentos. Así lo advierte la Sociedad Valenciana de Pediatría (SVP), que señala también que en esta época del año estos problemas de salud se convierten en una de las consultas más frecuentes en las urgencias pediátricas, especialmente cuando se presentan de forma brusca.
Las intoxicaciones alimentarias se producen por la ingesta de alimentos contaminados por bacterias o sus toxinas, virus o parásitos, cuyos efectos dañinos en el organismo pueden ser importantes. “Hay que tener especial cuidado con las comidas veraniegas al aire libre, ya que no sabemos en qué estado pueden encontrarse los alimentos, pues al sacarlas de casa se rompe la cadena de frío y existe más riesgo de intoxicación alimentaria”, señala el Dr. Luis Carlos Blesa, presidente de la Sociedad Valenciana de Pediatría (SVP). De hecho, en esta época del año es frecuente que muchas familias realicen más comidas en la playa, el campo o la piscina. “Es habitual pasar el día fuera de casa y llevarse la comida, pero hay que tener en cuenta que las altas temperaturas hacen complicado mantener refrigerados los alimentos de forma adecuada, lo que incrementa los riesgos de toxicidad”, advierte el Dr. Blesa.
Importantes riesgos para la salud
Entre las intoxicaciones e infecciones más frecuentes en verano destacan las gastroenteritis producidas por bacterias o sus toxinas. En concreto, según detalla la Sociedad Española de Endrocrinología y Nutrición (SEEN), se calcula que estas intoxicaciones afectan cada año en Europa a unos 40.000 casos y causan 3.300 hospitalizaciones y, en casos puntuales, incluso el fallecimiento del paciente. En el caso de la salmonelosis, una de las más conocidas, “esta se produce por diversas especies de bacterias del género Salmonella, vinculadas con la temperatura excesiva en la conservación de alimentos procedentes de aves, carnes, e incluso frutas y verduras, o a la falta de lavado de estas últimas. No obstante, son los huevos y las recetas de comidas que se realizan con ellos, una de las causas que más casos de salmonelosis producen en España”, subraya Blesa.
“Este tipo de problemas de salud pueden derivar en episodios de diarrea, fiebre, dolor abdominal y de cabeza, vómitos, náuseas, debilidad y malestar general, que pueden llegar a dañar la salud de los niños. Por ello, si los síntomas perduran y no remiten con medidas habituales (hidratación adecuada, especialmente con sueros de rehidratación oral, consejos dietéticos sencillos, reposo y antitérmicos, según los casos), hay que acudir al pediatra, de forma programada o urgente, según la intensidad de cada caso en concreto”, advierte Blesa sobre la gravedad de este tipo de cuadros.
No obstante, esta situación también puede generarse en el hogar si la familia no mantiene una refrigeración adecuada de las comidas o si no se lavan de manera correcta los alimentos antes de cocinarlos o ingerirlos. De hecho, según un informe de la Organización de Consumidores (OCU), más del 50% de estas intoxicaciones tiene su origen en alimentos preparados en los hogares.
Consejos para evitar intoxicaciones alimentarias
Desde la Sociedad Valenciana de Pediatría (SVP) recuerdan que la adopción de unas sencillas pautas puede ayudar a prevenir la gran mayoría de intoxicaciones alimentarias y evitar la aparición de problemas de salud y enfermedades derivadas de una mala conservación o manipulación de los alimentos. “La higiene personal, especialmente el lavado de las manos, y el mantenimiento adecuado de los alimentos, son las principales herramientas para evitar las intoxicaciones alimentarias”, asegura el Dr.
En este sentido, la SVP detalla que todos los alimentos frescos, como carnes, pescados y productos a base de huevo o lácteos, deben mantener una refrigeración adecuada, que los productos cocinados deben ingerirse recién cocinados o guardarse inmediatamente refrigerados hasta su consumo, para evitar la proliferación excesiva de microorganismos, y que no se deben dejar nunca estos alimentos a temperatura ambiente durante periodos de tiempo prolongados.
Con estas sencillas medidas también se evitan las posibilidades de que insectos, animales y otros parásitos puedan contaminar los alimentos y provocar diversas enfermedades. En el caso de que la familia acuda a comer a un establecimiento hostelero, lo más recomendable es comprobar que la comida que se vaya a ingerir está conservada en condiciones sanitarias adecuadas, y evitar el consumo de alimentos expuestos a temperatura ambiente, en vez de estar de forma conveniente en vitrinas refrigeradas.