Redacción Farmacosalud.com
El equipo del Dr. José Javier García López, jefe de la Sección de Broncoscopia y Función Pulmonar del Servicio de Neumología del Hospital Gregorio Marañón (Madrid), ha aplicado, por primera vez en España, una técnica que usa el vapor de agua para la reducción del volumen pulmonar en enfisema. El innovador procedimiento, denominado termoablación bronquial con vapor (BTVA por sus siglas en inglés), es un método creado para la disminución endoscópica del volumen en esta afección. Según el Dr. García López, los resultados terapéuticos publicados hasta ahora hablan de una mejora en la función pulmonar, en la capacidad de ejercicio y en la calidad de vida, habiéndose registrado además una respuesta a la terapia en más de la mitad de los pacientes: “Los resultados son variables; en general, cuando hay respuesta al tratamiento (más de un 50% de los pacientes), se presenta menos dificultad para hacer las actividades habituales de la vida diaria y más capacidad de ejercicio”.
El pulmón con enfisema se caracteriza por presentar hiperinsuflación. Hay zonas muy dañadas en las que el tejido pulmonar normal desaparece y se llenan de aire, de tal modo que comprimen el tejido pulmonar normal que queda en el pulmón, dificultando su función. “Con el calor que genera el vapor de agua, se produce una reacción inflamatoria que hace que la zona tratada, que es la fracción del pulmón más dañada por el enfisema, se retraiga (reducción de volumen) y disminuya notablemente la compresión sobre el tejido pulmonar no dañado”, explica el facultativo en declaraciones a www.farmacosalud.com.
La aplicación del vapor se realiza con anestesia general
La aplicación del vapor se lleva a cabo mediante endoscopia. El instrumental se introduce a través de la garganta (o tubo orotraqueal) y la vía aérea (tráquea y bronquios), sin necesitar orificios en el tórax. “Este procedimiento se realiza bajo anestesia general en nuestro centro, por razones de seguridad del paciente, aunque no sería imprescindible”, precisa el Dr. García López.
Las personas que son candidatas a someterse a la nueva técnica son aquellas con enfisema pulmonar muy avanzado, heterogéneo y con predominio en lóbulos superiores, que no presenten agudizaciones frecuentes y que cumplan unas características específicas de función pulmonar y capacidad de ejercicio. Por todo ello, es necesario realizar un estudio funcional exhaustivo por parte del neumólogo para poder valorar la idoneidad del candidato.
Demasiado pronto para valorar si la nueva técnica prolonga la supervivencia
El paciente queda ingresado 3 días para prevenir posibles complicaciones inmediatas, si bien son poco frecuentes. “Los efectos adversos más importantes y habituales son la agudización de su EPOC y las infecciones respiratorias, que suelen producirse con más frecuencia entre la segunda y la cuarta semana tras el tratamiento. También son posibles la hemoptisis o el neumotórax. En ocasiones las complicaciones pueden ser graves y, como en todas las técnicas que se realizan para reducción de volumen, existe un riesgo de mortalidad asociado al procedimiento”, señala.
El uso del vapor en enfisema está contraindicado en “pacientes con comorbilidades importantes, con hipertensión pulmonar, anticoagulados, con enfisemas homogéneos, y que presenten bronquiectasias o infecciones respiratorias frecuentes”, detalla García López.
El enfisema pulmonar y la bronquitis crónica conforman dos manifestaciones de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). En 2016, en España las muertes por enfermedades de las vías respiratorias inferiores como EPOC, bronquitis crónica y enfisema cayeron un 8,8% en hombres y un 11,8% en mujeres[1]. De acuerdo con el facultativo, por ahora no puede afirmarse que el novedoso procedimiento tenga capacidad para reducir aún más la mortalidad por enfisema-EPOC: “Es pronto para estimar si la termoablación con vapor u otras técnicas de reducción de volumen pueden prolongar la supervivencia en los pacientes con enfisema. Esas técnicas están diseñadas principalmente para mejorar la calidad de vida y reducir la disnea, permitiendo una mayor capacidad de ejercicio. Se han utilizado con éxito para retrasar el trasplante en algunos pacientes, aunque no hay evidencia que permita afirmar que reducen la mortalidad”.
Referencias
1. Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). “Las enfermedades respiratorias se mantienen como tercera causa de muerte en España”. Nota de Prensa. Mayo 2018. https://www.separ.es/sites/default/files/SEPAR_mortalidad_enfermedades_respiratorias.pdf