Redacción Farmacosalud.com
El doctor José Vicente Moreno Muelas, presidente de la Sociedad Española de Reumatología (SER), lanza un mensaje de esperanza para aquellas personas que sufren patologías inflamatorias: “Pronto se comercializarán las llamadas pequeñas moléculas, que se administrarán por vía oral, como comprimidos, y que tienen una eficacia parecida a los (fármacos) biológicos, actuando sobre los mecanismos de comunicación intracelular, de manera que células implicadas en el proceso inflamatorio quedarían, por así decirlo, desactivadas”. Cualquier novedad terapéutica siempre es bienvenida, sobre todo en el campo de las enfermedades reumáticas, dado que este tipo de patologías “ya de por sí muy prevalentes, aumentarán en número en el futuro, especialmente por las enfermedades crónicas y debido al envejecimiento de la población”, advierte Moreno Muelas. El doctor, que es también médico adjunto del Servicio de Reumatología del Hospital Vall d’Hebron (Barcelona), considera que en España “no hemos llegado a la cifra óptima de reumatólogos”.
-Hay poco más de 1.700 reumatólogos en España. A su juicio, ¿son suficientes para cubrir las necesidades de la población?
La SER tiene unos 1.700 socios, de los que son especialistas en Reumatología alrededor de 1.100. La OMS considera adecuada la proporción de un reumatólogo por cada 40.000 habitantes, así que estaríamos cerca de cumplir con la recomendación. El problema es que la distribución territorial no es homogénea. Así, hay CCAA, como Galicia, Andalucía, Catalunya y Valencia que tienen déficit de especialistas, mientras que Cantabria es la que cuenta con más. Además, la tendencia es al superávit en áreas urbanas y al déficit en las rurales. En cuanto a la posibilidad de acceso de la población a la atención especializada, tan sólo contamos con unos 750 reumatólogos en la medicina pública, lo que sin duda dificulta un acceso equitativo de la población a nuestra especialidad. Por ello, en conjunto, creo que no hemos llegado a la cifra óptima de reumatólogos, y que la planificación por CCAA dista de ser ideal.
-A menudo, gente con patología reumática acude al traumatólogo y no al reumatólogo pensando que la traumatología es la disciplina médica que trata tales problemas. ¿Por qué existe esta confusión?
Históricamente y por diferentes causas han sido los traumatólogos los encargados del manejo de la patología del aparato locomotor en la Asistencia Primaria, por lo que la población los identifica con ‘el médico de los huesos’. Esta situación se va corrigiendo poco a poco, de manera que los reumatólogos tenemos cada vez más presencia en este ámbito y el ciudadano medio va percibiendo cada vez más al traumatólogo como lo que es, un excelente cirujano ortopédico, y al reumatólogo como el especialista específicamente entrenado para tratar la patología del aparato locomotor y las enfermedades autoinmunes y sistémicas.
-Cuatro de cada diez consultas al médico de familia están relacionadas con alguna enfermedad reumática. Teniendo en cuenta el incremento de la esperanza de vida y el progresivo envejecimiento de la población, ¿se prevé una ‘epidemia’ de patologías reumáticas en el futuro?
Indudablemente las patologías reumáticas, ya de por sí muy prevalentes, aumentarán en número en el futuro, especialmente por las enfermedades crónicas y debido al envejecimiento de la población. Piense que una de cada tres personas por encima de los 45 años padece de artrosis en cualquiera de sus formas de presentación. Es necesario implementar estrategias en ese sentido.
- Hay ahora un debate sobre si los medicamentos para la osteoporosis son seguros. ¿Qué puede comentarnos al respecto?
Como todos los fármacos, han de ser prescritos a los pacientes adecuados, que a su vez han de ser controlados y seguidos por personal cualificado. En esa situación, los diferentes fármacos que se utilizan para la osteoporosis son seguros.
-Como nuevo presidente de la Sociedad Española de Reumatología (SER), ¿cuáles son sus retos?
Desde el punto de vista societario, ayudar a que la SER siga creciendo como la potentísima herramienta de apoyo a la investigación en Reumatología y a la formación continuada de los reumatólogos que ha sido hasta ahora, por el bien de todos, especialmente de los pacientes. Y, de puertas afuera, conseguir avanzar en el aspecto del que antes hablábamos, que la población nos identifique como el especialista médico al que han de acudir en primera instancia cuando desarrollen síntomas relacionados con patología osteoarticular. Esto conduciría al diagnóstico y tratamiento precoz de las enfermedades reumáticas y, en muchas de ellas, como es el caso de los reumatismos inflamatorios, a evitar que se desarrollen lesiones irreversibles.
-Una mujer que se pasó 6 horas seguidas respondiendo a los mensajes de WhatsApp fue diagnosticada de tendinitis. ¿Aparecen nuevas dolencias reumáticas -o se producen variaciones de las ya existentes- asociadas a la adicción a las nuevas tecnologías?
La sobrecarga de las estructuras anatómicas siempre ha sido causa de lesiones, en cualquier época. Lo que cambia es la localización y la actividad que hace que la lesión se desarrolle, no la lesión en sí. En cuanto a las enfermedades reumáticas, lo que cambia es que ahora se identifican y diagnostican y antes no.
-El 8% de españoles sufren lumbalgia crónica, y muchísima gente ha sufrido algún episodio de esta afección en su vida. Dado que ejercitar la musculatura de la zona es un método preventivo, ¿cuáles son los ejercicios en concreto que hay que poner en práctica?
En primer lugar es muy importante realizar un diagnóstico diferencial de la lumbalgia. No es lo mismo un dolor lumbar mecánico, secundario, por ejemplo, a una artrosis lumbar, que una lumbalgia inflamatoria debida a una espondilitis anquilosante. El enfoque será muy diferente según la causa del dolor, por lo que es importante recabar atención especializada en todos los casos para obtener un diagnóstico correcto. En general, es importante el ejercicio físico, con ejercicios dirigidos a fortalecer los músculos abdominales y lumbares, evitar la obesidad, sobrecargas, malas posturas…
-¿El ejercicio puede ser aconsejable en determinadas enfermedades reumáticas?
El ejercicio y los hábitos de vida sanos son esenciales para la prevención de la enfermedad en general, y de las enfermedades reumáticas en particular. Dicho esto, cada enfermedad es diferente de las demás, y lo que es recomendable para una persona que sufre una artritis reumatoide puede no serlo para otra que padezca artrosis de rodillas.
-¿Cuál cree que ha sido el avance más importante en reumatología en los últimos años?
La irrupción de las terapias biológicas en Reumatología. Estos fármacos, que se producen por biotecnología y que están dirigidos contra dianas específicas del proceso inflamatorio, han supuesto un avance esencial en el tratamiento de los pacientes afectos de reumatismos inflamatorios que no responden a los fármacos modificadores de la enfermedad de los que disponíamos en el año 2000, fecha de comercialización del primero de estos biofármacos.
-¿Se puede llegar a frenar el proceso de enfermedades reumáticas degenerativas como la artrosis, una de las más comunes en la población?
La artrosis, por el momento, no tiene tratamiento curativo, y los fármacos que empleamos no tienen la eficacia de los utilizados en la artritis, si bien se investiga intensamente acerca de ello. Existen medicamentos que no alteran la evolución de la enfermedad pero mejoran sus síntomas (los llamados SYSADOA), sobre los que existe evidencia científica de eficacia, y que se pueden administrar asociados a analgésicos y/o antiinflamatorios, de considerarse necesario. También es muy importante seguir hábitos de vida sanos y evitar la obesidad, no sólo por el efecto mecánico del sobrepeso, sino porque en el tejido adiposo se sintetizan las adipoquinas, hormonas proinflamatorias que contribuyen al deterioro articular de manera decisiva.
-¿Hacia dónde va encaminada la investigación en reumatología?
La investigación avanza en la identificación de nuevas dianas terapéuticas implicadas en el proceso inflamatorio y en el desarrollo de fármacos dirigidos contra ellas. Pronto se comercializarán las llamadas pequeñas moléculas, que se administrarán por vía oral, como comprimidos, y que tienen una eficacia parecida a los biológicos, actuando sobre los mecanismos de comunicación intracelular, de manera que células implicadas en el proceso inflamatorio quedarían, por así decirlo, desactivadas.