Redacción Farmacosalud.com
A corto plazo, el uso de biterapia -dos fármacos- es tan eficaz como la triple terapia frente al VIH (virus causante del SIDA), según se desprende de un estudio realizado por GeSIDA (Grupo de Estudio del SIDA de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica). “Lo que nosotros podemos concluir es que, en vida real, la biterapia, por lo menos a corto plazo, no se ha visto que sea deletérea a nivel de fracaso virológico, como sí se ha visto con la monoterapia. El debate que tenemos ahora es saber si a largo plazo esto se va a mantener”, explica el Dr. Sergio Serrano, coordinador del estudio, miembro de GeSIDA y médico adjunto del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal (Madrid). “Los datos que arrojan las biterapias a corto plazo son buenos: parece que el riesgo de fracaso virológico es similar al de la triple terapia cuando se estudian en condiciones muy controladas como son los ensayos clínicos”, subraya el Dr. Serrano, quien agrega que “el punto que da” el nuevo trabajo es que todo eso se ha mirado “en vida real” y los resultados han sido similares.
La investigación ha sido llevada a cabo por expertos de GeSIDA a partir de datos de vida real de la Cohorte de la Red de Investigación en SIDA (CoRIS), con el objetivo de comparar los efectos de las estrategias de simplificación del tratamiento antirretroviral (TAR) a menos de tres fármacos. Los pormenores del estudio han sido presentados en Seattle (Estados Unidos), donde recientemente se ha celebrado la ‘Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections (CROI)’, uno de los principales foros internacionales sobre investigación en SIDA. Para la realización del trabajo se seleccionaron pacientes que iniciaron tratamiento con terapia triple entre 2004 y 2017, consiguiendo una carga viral indetectable en las primeras 48 semanas de tratamiento y permaneciendo en terapia triple durante todo su seguimiento o simplificándose posteriormente a la terapia doble o monoterapia.
Así, se incluyeron 8.416 pacientes que cumplían los citados criterios de inclusión. 7.665 permanecieron en terapia triple, 424 cambiaron a biterapia y 327 a monoterapia. Los sujetos en los que se redujo el número de fármacos en la pauta de TAR eran con más probabilidad varones de mayor edad que habían presentado un menor recuento de linfocitos CD4 (mayor deterioro inmunológico) y habían iniciado el TAR más antiguamente que aquellos que se mantuvieron en triple terapia. La mediana de seguimiento total desde el inicio del seguimiento en la cohorte fue de 4,9, 6,9 y 8,4 años en los grupos triple, doble y en monoterapia, respectivamente. En los grupos de biterapia y monoterapia, el tiempo medio de mantenimiento del régimen fue de 1 y 1,3 años, y el 15% y el 34% cambiaron a terapia triple durante el seguimiento, respectivamente.
Fracaso virológico: 2 cargas virales por encima de 50 copias del virus por ml de sangre
El trabajo de GeSIDA señala que la opción de utilizar un tratamiento basado en un único fármaco (monoterapia) contra el VIH se asocia a mayor riesgo de fracaso virológico, definido éste como al menos dos cargas virales consecutivas por encima de 50 copias del virus por cada mililitro de sangre (por debajo de esa cifra, se considera al VIH indetectable e intrasmisible). Estas diferencias no se observaron con las pautas basadas en dos fármacos.
Con respecto a la estrategia monoterápica, cabe destacar que no han llegado a producirse problemas de calidad de vida vinculados al desarrollo de comorbilidades dado que, previamente, se había visto que cuando esta estrategia terapéutica falla, los pacientes “son fácilmente controlables nuevamente aumentando el número de fármacos”, manifiesta Serrano. En definitiva, lo que revela el estudio es que, desde un punto de vista de riesgo de fracaso virológico, la monoterapia “no es una estrategia igual de buena que las otras dos”, refiere el facultativo, y que, por lo tanto, la simplificación de la terapia antirretroviral a monoterapia, pero no a biterapia, se asocia con un mayor riesgo de fracaso virológico. Estos hallazgos en vida real sobre el efecto a corto plazo de las monoterapias y las biterapias son consecuentes con lo que se ha observado en los ensayos clínicos recientes con estas estrategias terapéuticas.
Buenos resultados de los inyectables cabotegravir y rilpivirina
Por otro lado, ViiV Healthcare ha presentado los resultados a 48 semanas de los estudios pivotales fase III, ATLAS (Antiretroviral Therapy as Long-Acting Suppression) y FLAIR (First Long-Acting Injectable Regimen) realizados con el nuevo régimen de tratamiento en investigación de acción prolongada de cabotegravir y rilpivirina. Ambos estudios cumplieron el criterio de valoración principal, demostrando que el régimen de cabotegravir y rilpivirina inyectable de administración cada cuatro semanas es no inferior al estándar de tratamiento con tres fármacos administrados una vez al día por vía oral en el mantenimiento de la supresión virológica en adultos con infección por el virus de la inmunodeficiencia humana tipo 1 (VIH-1).
La Dra. Mar Masiá, médica del Hospital de Elche (Alicante) e investigadora en ambos trabajos, afirma: “Los resultados a 48 semanas de estos estudios son de gran importancia, ya que suponen el mayor cambio de paradigma en el tratamiento antirretroviral de las dos últimas décadas. Estos estudios han demostrado en un gran número de pacientes que no son necesarios 3 fármacos para el control de la infección por el VIH, ya que un régimen de 2 fármacos es comparable en términos de eficacia a la triple terapia tradicional”. Según la experta, “los pacientes se podrían beneficiar en un futuro gracias a la posibilidad de utilizar un régimen que incluye un menor número de fármacos. Al tratarse de una terapia que se va a tener que administrar de por vida, supone una clara ventaja en términos de reducción de toxicidad a largo plazo. Además, la administración por vía intramuscular con periodicidad mensual facilita la adherencia”.
Por su parte, la Dra. Chloe Orkin, M.D., Consultant Physician and Clinical Professor at Queen Mary University of London, e investigadora principal del FLAIR, remarca que "la robustez de los resultados del estudio FLAIR aporta más evidencia sobre el potencial de cabotegravir y rilpivirina como una opción de tratamiento para las personas que actualmente reciben un tratamiento oral diario. Este 2DR (régimen de dos fármacos) inyectable de acción prolongada puede proporcionar una oportunidad para cambiar el paradigma de tratamiento de las personas que viven con VIH al romper el ciclo de un comprimido diario, que ha sido una característica definitoria del tratamiento para la infección por VIH durante varias décadas".
Cáncer en hombres con VIH
Finalmente, un estudio realizado por expertos en el abordaje del VIH del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona ha constatado que los varones con VIH presentan una incidencia significativamente mayor de neoplasias malignas que la población española del mismo sexo, diferencia que no se encontró entre mujeres. Los carcinomas pulmonares fueron las neoplasias no definitorias de SIDA más frecuentes diagnosticadas tanto en mujeres y hombres con infección por VIH. Para la realización de este estudio se comparó la incidencia de neoplasias ajustada por edad y sexo obtenida en dicha población con la última calculada por la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN) en 2014. En dicho año, las neoplasias más frecuentes en España fueron, por este orden, el adenocarcinoma de colon y recto, el adenocarcinoma prostático, los carcinomas pulmonares y el carcinoma mamario.
En los pacientes con infección por VIH las neoplasias más incidentes fueron el linfoma no Hodgkin, el sarcoma de Kaposi y los carcinomas pulmonares. En varones, la incidencia de neoplasias fue mayor que en la población general (975 frente 641 por 100.000 pacientes-año), siendo las más frecuentes los carcinomas de pulmón, sarcoma de Kaposi y linfoma no Hodgkin. En mujeres, las neoplasias más frecuentes fueron los carcinomas pulmonares, carcinomas de cabeza y cuello y cérvix. Cabe destacar que, en el ámbito del cáncer de ano, un tumor muy poco frecuente en la población española, se encontró que la incidencia en pacientes con VIH fue de 41,8 y 8,7 por 100.000 pacientes año en varones y mujeres, respectivamente.