Dr. Javier Benito Fernández / Redacción Farmacosalud.com
Tal y como su nombre indica, la Medicina Pediátrica de Urgencias (MPU) tiene un doble componente: pediatría y urgencias. Como consecuencia del extraordinario desarrollo del conocimiento científico en medicina y gracias a la contribución de la pediatría y la medicina de urgencias a la hora de diagnosticar y tratar las urgencias y emergencias pediátricas médicas, quirúrgicas y traumatológicas, la MPU se ha convertido en un área médica reconocida en todo el mundo desarrollado y se considera como especialidad o subespecialidad, pues requiere un alto grado de formación y conocimiento.
La MPU nació como subespecialidad en EEUU hace 40 años y cuenta con un programa de formación de 3 años, añadido al programa de formación en pediatría. La MPU tiene un programa reconocido oficialmente en muchos países como EEUU, Canadá, Australia, Argentina, Uruguay, Israel, Reino Unido, Suiza, Turquía, Francia, etc. “En todos estos países, la existencia de pediatras especializados en MPU ha mejorado la calidad de la asistencia dispensada, incrementando el coste-efectividad de los procesos y la satisfacción de los niños y sus familias. Sin embargo, en España y en la gran mayoría de los países europeos no existen programas oficiales de especialización pediátricos, incluyendo Urgencias de Pediatría, ni estándares definidos sobre los perfiles profesionales del personal de Urgencias o las características arquitectónicas y funcionales de estas unidades”, comenta el Dr. Javier Benito Fernández, presidente de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría (SEUP).
Hace 21 años fue creada la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría (SEUP: www.seup.org), y la Asociación Española de Pediatría (AEP) reconoció el Área de Capacitación Específica (ACE) de la Medicina Pediátrica de Urgencias en el año 2004. “Durante este tiempo, el desarrollo de la subespecialidad y de los servicios de urgencias pediátricos españoles ha sido enorme”, afirma Benito Fernández, a su vez jefe de Servicio de Urgencias de Pediatría del Hospital Universitario Cruces (Baracaldo, en Vizcaya) y Prof. Asociado del Departamento de Pediatría de la Universidad del País Vasco.
“Hoy en día en los SUP se van imponiendo conceptos como la empatía”
La comunicación entre profesionales de la salud, niños y familiares en un servicio de urgencias pediátrico (SUP) es clave para un buen cuidado del niño en el domicilio, una buena adherencia al tratamiento y una buena satisfacción del servicio de los familiares[1]. “La psicología es una parte fundamental de la labor del pediatra. Afortunadamente, en los últimos 15 años la práctica clínica en pediatría ha adoptado progresivamente el modelo de la medicina centrada en los niños y sus familias. Los SUP están contribuyendo de forma muy importante a este enfoque, humanizando su estructura y cambiando su cultura de trabajo. Hoy en día en los SUP se van imponiendo conceptos como la empatía y se trabaja en la mejora de la comunicación con el niño y su familia”, señala el Dr. Benito Fernández.
El papel de los padres en el SUP es crucial. Deben formar parte activa del equipo que está atendiendo al niño. Su presencia acompañando al menor durante todo el proceso, incluso en los momentos más complicados, como la estabilización de un niño en situación grave, es ya una realidad. “Como ejemplo, la presencia y colaboración de los padres en procedimientos como la sutura de heridas, juega un papel muy importante en la experiencia del niño, haciendo en muchas ocasiones innecesaria la administración de fármacos ansiolíticos”, revela el experto.
La comunicación de malas noticias es, lógicamente, aquel momento que ningún profesional de la salud quiere vivir en su práctica clínica, “aún más si se trata de dar una mala noticia sobre la salud de un niño”, certifica el presidente de SEUP. “Por este motivo -prosigue-, nos entrenamos para estas situaciones y tenemos protocolos de actuación que tratan de paliar en lo posible el impacto de una mala noticia en el niño y su familia. Se busca el mejor momento, en el ambiente más tranquilo y privado posible, dando una información preliminar que evite opiniones y se centre en lo que se conoce, sin descuidar los aspectos emocionales de la situación”.
La ecografía a pie de cama se está convirtiendo en una herramienta de trabajo cotidiana
La ecografía a pie de cama es cada vez más utilizada por los pediatras que tratan a niños críticos[2]. De hecho, la ecografía a pie de cama o ecografía clínica se está convirtiendo en una herramienta de trabajo cotidiana en los SUP de todo el mundo. “En España, donde estamos en las fases iniciales para su implantación, permitirá en un futuro cercano reducir la realización de la radiología simple”, al tiempo que posibilitará llevar a cabo “procedimientos de diagnóstico y tratamiento con mayor seguridad, y ayudar en la toma de decisiones” en el ámbito del paciente grave, remarca el Dr. Benito Fernández.
En los servicios de urgencias pediátricos, los motivos de consulta más frecuentes son los relacionados con la patología infecciosa, respiratoria y digestiva. Las infecciones ORL (otorrinolaringología), la fiebre, los cuadros respiratorios como asma, bronquiolitis y laringitis, y digestivos como gastroenteritis, vómitos y dolor abdominal, son los motivos de consulta y diagnósticos más frecuentes. Las lesiones y traumatismos suponen el 25% de las consultas en los SUP.
“La sistematización de la evaluación y tratamiento del dolor, una auténtica revolución”
El dolor, o el miedo al dolor, es la primera causa de sufrimiento de los niños que acuden al servicio de urgencias, tanto si presenta una enfermedad con dolor, como el que se pueda ocasionar en la exploración, tratamiento o realización de exámenes complementarios[3]. Según el especialista, “la sistematización de la evaluación y tratamiento del dolor en los SUP ha supuesto una auténtica revolución en la mejora de la calidad de los cuidados médicos. En muchos SUP, la evaluación del dolor forma parte del sistema de clasificación de los pacientes, priorizándose su atención y tratamiento”.
La utilización de escalas adaptadas a la edad del menor ha permitido poder escoger la analgesia más adecuada para cada situación. Sin embargo, todavía queda mucho camino que recorrer y, a día de hoy, “el dolor aún se infravalora y no se trata adecuadamente, especialmente en los niños más pequeños (menores de 4-5 años)”, asegura el galeno. Por otra parte, existen ciertos mitos como que los niños sienten menos dolor que los adultos, existiendo también un temor al empleo de algunos fármacos en pediatría como los opioides… esta ‘opioidefobia’ “limita enormemente las posibilidades de tratar el dolor más intenso”, asevera.
Las intoxicaciones es una de las situaciones que se abordan en los servicios de urgencias pediátricos. El manejo de la exposición a sustancias potencialmente tóxicas está muy protocolizado en los SUP. Los protocolos incluyen la estabilización inicial del niño que llega con síntomas graves de intoxicación, el reconocimiento de la sustancia implicada y su toxicidad, las medidas de descontaminación cuando están indicadas, las indicaciones de pruebas y de administración de antídotos, y los criterios de observación hospitalaria o ingreso en UCI.
Avances en capnografía, sedoanalgesia, vendajes, adhesivos tisulares…
Con respecto a los avances tecnológicos registrados en el ámbito MPU, el Dr. considera que “la ya mencionada ecografía a pie de cama es probablemente el mayor avance” que se ha conocido recientemente. También la capnografía no invasiva ofrece nuevas modalidades de monitorización del paciente con problemas respiratorios, hemodinámicos o metabólicos graves, incidiendo asimismo en el control del estado de la ventilación durante los procedimientos de sedoanalgesia.
“Los procedimientos de sedoanalgesia son probablemente el avance más importante en cuanto a la introducción de fármacos en los SUP”, apunta Benito Fernández. Así, los anestésicos tópicos y las nuevas vías como la intranasal para administrar analgésicos y sedantes potentes han experimentado un despliegue muy importante en los SUP. Tratamientos como la oxigenoterapia de alto flujo, inicialmente introducida en las unidades de cuidados intensivos, tiene ahora indicaciones en niños atendidos en estas unidades.
En cuanto a procedimientos quirúrgicos y traumatológicos, “se dispone de nuevos tipos de vendajes para la inmovilización de extremidades, más cómodos que el tradicional yeso, y adhesivos tisulares que pueden sustituir en muchos casos a la sutura quirúrgica”, refiere el facultativo.
A juicio del Dr. Benito Fernández, uno de los retos de futuro fundamentales de la MPU es “conseguir una formación de calidad, oficial y reglada para los profesionales que van a desempeñar esta labor. Este avance redundará en una mejora de la calidad de los cuidados que reciben los niños en los SUP y permitirá avances en el diagnóstico y tratamiento de los niños con problemas médicos y quirúrgicos agudos. Otro reto fundamental es conseguir que toda la evidencia científica acumulada hasta la fecha por la investigación en MPU llegue finalmente a nuestros pacientes. La ciencia de la implementación aparece como una herramienta decisiva para alcanzar este objetivo”.
Referencias
1. Wennberg Capellades, L. ‘Comunicación y satisfacción en el servicio de urgencias de pediatría desde el modelo de cuidados centrado en la familia’. UAB. Tesis doctorales en red. 2017. Difusión online: https://www.tesisenred.net/handle/10803/461303
2. González Cortés R., Renter Valdovinos L., Coca Pérez A., Vázquez Martínez JL. ‘Ecografía en el punto de cuidado en las unidades de cuidados intensivos pediátricos españolas’. Anales de Pediatría. Vol. 86, Núm. 6, Junio 2017, 295-360. DOI: 10.1016/j.anpedi.2016.06.009. Difusión online: http://www.analesdepediatria.org/es-ecografia-el-punto-cuidado-las-articulo-S1695403316302193
3. Web Sociedad Española de Urgencias de Pediatría (SEUP). ‘Manual de ANALGESIA Y SEDACIÓN en Urgencias de Pediatría’. Introducción. Alonso Salas MT. 2009. Difusión online: https://seup.org/pdf_public/gt/analg_manual.pdf