Redacción Farmacosalud.com
El Hospital del Mar (Barcelona) es el primer centro hospitalario de España y uno de los primeros de Europa que utiliza la tecnología láser para tratar la epilepsia y tumores cerebrales de forma mínimamente invasiva, segura y rápida. El nuevo procedimiento, además, es altamente eficaz frente a la epilepsia asociada a hamartomas hipotalámicos, tal y como asegura a www.farmacosalud.com el Dr. Rodrigo Rocamora, jefe de la Unidad de Epilepsia del Hospital del Mar: “En el ámbito de los hamartomas hipotalámicos, que son unos pequeños tumores que se localizan en el centro del cerebro y que son muy peligrosos de operar, este láser es la técnica más efectiva, ya que logra la libertad de crisis, es decir, la curación de la epilepsia, en más del 80% de los casos”.
La nueva técnica no es un procedimiento que se pueda emplear para todas las variantes de epilepsia, sino únicamente para determinadas etiologías difícilmente tratables. Aquí entrarían aquellas lesiones que están circunscritas en algún punto de cerebro (muy localizadas), como las causadas por pequeñas malformaciones del tejido cerebral o por pequeños tumores presentes en localizaciones profundas del cerebro. “Mediante un catéter-láser estereotáxico se puede llegar a destruir la lesión en su profundidad. Esta técnica es mínimamente invasiva porque no hay que abrir el cráneo. Está especialmente indicada en aquellas epilepsias que se generan con un foco muy delimitado, un foco que se pueda ver y destruir mediante la observación con resonancia magnética... porque esta es una de las características del procedimiento: nosotros podemos estar viendo dónde se está ‘destruyendo’ porque vemos dónde está colocado el catéter”, afirma el Dr. Rocamora.
Quedar libre de crisis epilépticas o al menos reducirlas o minimizarlas
El revolucionario sistema, que está al alcance de pocos hospitales europeos (hasta ahora sólo se han tratado una veintena de casos en el continente), es fruto de la colaboración del Servicio de Neurocirugía, de la Unidad de Epilepsia y del Servicio de Radiología, con el apoyo del Servicio de Anestesiología. El proceso terapéutico se inicia con la selección de los pacientes que cumplen los requisitos para poder someterse al láser. Como decíamos, tienen que presentar lesiones muy localizadas, ya sean focos epilépticos o tumores, malignos o benignos. En el caso de pacientes diagnosticados con epilepsia, se pueden tratar casos de hamartomas hipotalámicos, lesiones múltiples, esclerosis tuberosa o displasias cerebrales profundas. También angiomas cavernosos, meningiomas y otras patologías.
En el caso de la epilepsia, el objetivo del nuevo procedimiento es, obviamente, que el paciente quede libre de crisis, pero esto no siempre se logra en el 100% de los casos. Sea como fuere, con el láser también se consigue reducir o minimizar las crisis epilépticas.
La intervención empieza en el quirófano, donde los neurocirujanos practican las incisiones necesarias para introducir en el cráneo una sonda láser. La inserción se hace con la asistencia del sistema robótico ROSA®. Una vez se ha realizado, se traslada al paciente a las instalaciones de la Unidad de Resonancia Magnética del Servicio de Radiología. El paciente anestesiado se sitúa en el tubo de resonancia magnética y se confirma con las imágenes que se ha alcanzado el punto a tratar. Se planifica el objetivo y se inician los pulsos de energía con el sistema láser VISUALASE®, que quemará el tejido (ablación).
El Dr. Jaume Capellades, jefe de la Unidad de Neurorradiología, indica que “el grado de ablación se evalúa mediante mapas de termografía por resonancia que permiten un seguimiento constante del proceso, proporcionando una gran precisión en la lesión inducida y, sobre todo, seguridad, impidiendo la coagulación de las estructuras críticas adyacentes”. Las descargas se pueden repetir las veces que se consideren necesarias para garantizar la destrucción del tejido dañado. El trabajo dentro de un entorno magnético añade complejidad para los neurocirujanos y anestesiólogos.
Según el Dr. Gerard Conesa, jefe del Servicio Mancomunado de Neurocirugía del Hospital del Mar y el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (Barcelona), “con esta técnica se puede acceder a lesiones de menos de 3 cm de diámetro en territorios de difícil acceso en cirugía convencional”. Hay que destacar que el láser permite definir de forma más precisa los márgenes de la zona a tratar y que, al ser una emisión de alta energía, quema y cauteriza el tejido, evitando así sangrados y posibles hemorragias. Además, “al ser una técnica térmica, se puede repetir el procedimiento las veces que haga falta a lo largo del curso de la enfermedad”, agrega.
Hasta ahora, el equipo ha llevado a cabo tres intervenciones en sujetos diagnosticados de epilepsia (2) y un hamartoma (el segundo tratado con esta técnica en Europa), los días 24 de enero, 20 de febrero y 6 de marzo de este año. En los tres casos, el procedimiento se realizó sin problemas y los pacientes recibieron el alta tan sólo 48 horas después de ser tratados. Por el contrario, las técnicas habituales comportan que los pacientes queden ingresados durante, como mínimo, una semana.
Un cambio de paradigma
A juicio de Rocamora, con el nuevo sistema “cambia el paradigma del tratamiento en epilepsia, al poder destruir, de forma efectiva y segura, lesiones en localizaciones complicadas o peligrosas para una cirugía abierta”, o bien cuando dicha cirugía abierta es, en última instancia, innecesaria. Gracias al láser, se pueden tratar lesiones múltiples en localizaciones diversas, es decir, diferentes focos epilépticos a la vez en caso de que al paciente se le detecte más de uno. Y todo ello, sin provocar efectos secundarios, puesto que las zonas tratadas “son zonas patológicas, sin utilidad, más allá de generar crisis epilépticas”, apunta el Dr. a través de un comunicado del Hospital del Mar.
“Esta técnica no limita el abanico de intervenciones que se pueden realizar al paciente”, explica el Dr. Conesa, quien añade que a partir de ahora se abre la puerta a la combinación de “diversos tratamientos en una única intervención, ahorrando al paciente nuevas cirugías y otros tipos de intervenciones”. La intención del equipo del Hospital del Mar es realizar una decena de operaciones cada año a personas que cumplan los requisitos para poder someterse a este tipo de tratamiento.
Demasiado pronto para cuantificar la eficacia en tumores malignos
Por ahora no hay suficiente información como para cuantificar la efectividad del sistema VISUALASE en los tumores benignos en general y también en los malignos, dado que el procedimiento es todavía muy nuevo, y hay que dar tiempo al tiempo. “En los benignos hay que evaluar caso por caso -explica el Dr. Rocamora-. En general, en el ámbito epiléptico, muchas de las epilepsias fármaco-resistentes se originan por tumores benignos que no tendrían una indicación quirúrgica si no fuera porque causan epilepsia”.
“En el caso de los tumores malignos, la aplicación del láser va a depender específicamente del tamaño del tumor: si éste es grande la técnica no va a poder abarcarlo, dado que logra destruir 2-3 centímetros, pero no más. O sea, una de las condiciones aquí es que la lesión sea local y pequeña. Cuando hay tumores malignos que se resecan pero sin que se haya podido quitar todo el tumor por el motivo que sea, quizás se podría, en un segundo tiempo, destruir el residuo o lo que queda del tumor mediante láser… es decir, también sería posible combinar este procedimiento más ‘localizado’ con procedimientos tradicionales”, sugiere.
El Dr. Rocamora no cree que el novedoso láser esté indicado para tratar el temido glioblastoma, el cáncer cerebral más agresivo: “El glioblastoma es un cáncer que, generalmente, cuando se diagnostica ya está muy difuminado en el cerebro y seguramente la ‘destrucción’ que genera esta técnica es demasiado localizada como para poder ser efectiva en tales cuadros”. Quizás podría combinarse con otra clase de terapia, pero eso estaría por ver, viene a decir el especialista.