Redacción Farmacosalud.com
Un grupo de investigadores de los Estados Unidos han descubierto que el sueño protege contra la ateroesclerosis en ratones. De hecho, han llegado a la conclusión de que la fragmentación del hábito de dormir favorece el desarrollo de lesiones escleróticas más grandes, según se desprende de un estudio publicado en la revista ‘Nature’.
"Hemos descubierto que el sueño ayuda a regular la producción en la médula ósea de las células inflamatorias y la salud de los vasos sanguíneos y que, a la inversa, la interrupción del sueño rompe el control de la producción de células inflamatorias, lo que lleva a una mayor inflamación y más enfermedades del corazón", dice Filip Swirski, autor principal del estudio, según informa la página web de la Escuela de Medicina de Harvard, institución que ha liderado la investigación.
Niveles más altos de monocitos y neutrófilos
Si bien no hubo cambios en el peso, los niveles de colesterol o la tolerancia a la glucosa en los ratones privados de sueño, en comparación con los animales de la misma cepa que se les permitió dormir normalmente, los sujetos a la fragmentación del sueño desarrollaron placas arteriales más grandes y tenían niveles más altos de monocitos y neutrófilos, que son células inflamatorias que contribuyen a la formación de aterosclerosis en los vasos sanguíneos, informan las mismas fuentes.
En la investigación, se determina que los modelos animales sometidos a la fragmentación del hábito de dormir producen menos hipocretina, un neuropéptido estimulante. El déficit de hipocretina comporta un aumento del factor CSF-1, lo que a su vez estimula una mayor producción de neutrófilos y monocitos.
El hallazgo abre la puerta a estudiar el diseño de un fármaco que, centrado en la hipocretina, tenga capacidad de reducir el riesgo cardiovascular.