Dra. Esther Serra-Baldrich / Redacción Farmacosalud.com
La dermatitis por contacto (DC) es una enfermedad cutánea inflamatoria caracterizada por la presencia de eritema, vesiculación y descamación acompañada de prurito. Puede presentarse de manera aguda, subaguda y crónica. Las manifestaciones cutáneas de la DC dependen del ‘contactante’ (químico, físico…) de la duración y naturaleza del contacto y de la susceptibilidad individual de la persona expuesta. Es un problema de elevada frecuencia entre las enfermedades ocupacionales de la piel, alcanzando un 95% de todas ellas.
El 80%. aproximadamente de los casos de DC son irritativos (DCI) y el resto corresponden a los casos alérgicos (DCA o dermatitis por contacto alérgica). La DCI se define como una reacción inflamatoria de naturaleza no inmunológica localizada. “La DCA corresponde a una reacción de hipersensibilidad tipo 4 dirigida a un alérgeno específico, que conduce asimismo a la inflamación cutánea”, detalla la Dra. Esther Serra-Baldrich, responsable de la Unidad de Inmunoalergia Cutánea del Servicio de Dermatología del Hospital de Sant Pau (Barcelona).
La DCA corresponde a una reacción de hipersensibilidad tipo 4 dirigida a un alérgeno específico (que suele ser un hapteno < 1000 DA, aunque en ocasiones son alérgenos de mayor tamaño) que conduce, asimismo, a la inflamación cutánea. “Aparece por el contacto de un antígeno con la piel. Un hapteno es una molécula que puede desencadenar una respuesta inmune solamente cuando se une a una molécula transportadora, que suele ser por lo general una proteína cutánea. Tras la sensibilización, una nueva exposición ocasionará la enfermedad visible”, señala la Dra. Serra-Baldrich. Un 20% aproximadamente de la población general está sensibilizada por contacto a haptenos habituales como las fragancias, conservantes y metales, mientras que un porcentaje de esta población desarrollará la manifestación clínica de DCA. La DCA no tiene preferencia de género y edad. A pesar de que no está bien establecida la incidencia y prevalencia de esta entidad, un 20% de las dermatitis en niños se deben a ella.
‘Dermatitis por contacto alérgica’ y ‘alergia cutánea’: no es lo mismo
Según la experta, los términos ‘dermatitis por contacto alérgica’ y ‘alergia cutánea’ no significan lo mismo: “Una alergia cutánea puede corresponder a una manifestación cutánea, por ejemplo, de una alergia alimentaria. Por otro lado, la DCA, DCI y dermatitis atópica (DA) pueden coexistir, pero pueden diferenciarse. Los pacientes con DA habitualmente presentan historia pasada o presente de rinitis alérgica o /y asma, con una historia familiar de atopia. El rash clínico de la DCI suele estar bien demarcado confinándose a la zona de contacto con el agente irritante, mientras que la clínica de la DCA puede diseminarse fuera del contacto con el alérgeno.
La DCI está ocasionada por la acción tóxica directa de una sustancia irritante sobre los queratinocitos epidérmicos, lo que acarrea una alteración de la barrera cutánea y dispara la respuesta inmune innata. La DCA, por su parte, es una hipersensibilidad retardada (respuesta inmune adquirida) frente a un hapteno o alérgenos ‘contactantes’ no proteicos.
26 fragancias reconocidas como alérgenos de contacto
“Las fragancias representan la segunda causa más frecuente de alergia de contacto en nuestro medio tras la alergia a metales, con una positividad en las pruebas de contacto que varía entre un 1,7 y un 15,1%, constituyendo también la causa más frecuente de alergia a cosméticos. La regulación europea actual obliga desde 2005 a la declaración de 26 fragancias reconocidas como alérgenos de contacto en las etiquetas de productos cosméticos y domésticos si sus concentraciones exceden las 10 partes por millón (ppm) en productos leave-on y 100 ppm en productos rinse-off. Se ha estimado que la prevalencia de sensibilización a las mismas es de un 7,6%”, describe la Dra. Serra-Baldrich.
El níquel es el alérgeno más común, con un alto nivel de positividades en las pruebas epicutáneas que se sitúa aproximadamente sobre un 20%. En las clínicas de contacto, la relevancia de estas reacciones se ha estimado en torno al 50%. El níquel se utiliza ampliamente en joyería, monedas, bisutería, llaveros, instrumentos y objetos niquelados, e incluso puede encontrarse en ropa y alimentos.
Según la responsable de la Unidad de Inmunoalergia Cutánea del Servicio de Dermatología del Hospital de Sant Pau, para alcanzar un diagnóstico correcto de una DCA “debe realizarse una detallada historia personal, ocupacional y recreacional del paciente. Se debe interrogar sobre tipo de profesión, exposición a irritantes y/o alérgenos, hobbies, tiempo de exposición y su frecuencia, medidas de protección…” Las pruebas que se practican son las pruebas epicutáneas (patch test). Los alérgenos de contacto se disuelven en el vehículo adecuado como agua, alcohol y vaselina, que permiten su paso en la epidermis. Todas las preparaciones están optimizadas a concentraciones adecuadas para aplicar bajo oclusión de 48h. “En ocasiones, los propios productos de los pacientes pueden ser utilizados de modo adecuado y según diferentes modificaciones del método como el ROAT test, test semiabierto, etc. Los alérgenos se colocan en unas pequeñas cámaras que se adhieren habitualmente en la espalda”, precisa.
Tras las 48h de aplicación, los parches se retiran y se leen los primeros resultados -valorándose las respuestas según las guías actuales-, datos que se reelerán a las 96h y 7 días según proceda. “La interpretación de los resultados es un punto crucial del diagnóstico, ya que éste se conseguirá solamente si la historia clínica de la dermatitis es relevante para la positividad de las pruebas epicutáneas, evidenciándose que la exposición al alérgeno es el causante de la dermatitis presente (relevancia actual)”, define la especialista.
Los cosméticos, fuente principal de sensibilización a MCI/MI
“El Kathon CG® es una mezcla de metilcloroisotiazolinona (MCI) y metilisotiazolinona (MI) en proporción 3:1 -explica Serra-Baldrich-. Recientemente, la utilización de MI únicamente, pero a concentraciones superiores a 100 ppm en cosméticos, ha desencadenado un incremento espectacular de cuadros de dermatitis en Europa. Otras isotiazolinonas como benzisothiazolinone (BIT; CAS 2634-33- 5; 1,2- benzisothiazol 3-one) y octylisothiazolinone (OIT; CAS 26530-20-1; 2- octyl-1,2 thiazol-3-one), así como otros derivados pueden provocar también alergia por contacto. Debido a su gran capacidad sensibilizante, la concentración máxima permitida en Europa se reguló en 15 ppm tanto en cosméticos rinse-off como en leave-on (en EE.UU. 15 ppm en cosméticos rinse-off y 7,5 ppm en cosméticos leave-on)”.
De acuerdo con la facultativa, “los cosméticos son la fuente principal de sensibilización a MCI/MI, habitualmente productos leave-on como toallitas limpiadoras etc., aunque también en productos rinse-off, productos de limpieza doméstica (donde intervienen también otras isotiazolinonas), pinturas, adhesivos industriales, aceites de corte, textiles, industria de la piel (teñido), plásticos (guantes de cloruro ponivinilo llevan bencisotiazolinona), toallitas de alcohol polivinílico… entre otros”.
En el caso de una DCA clínicamente relevante, el tratamiento consiste en la evitación de posteriores exposiciones frente al alérgeno responsable. Es de gran importancia entregar al paciente la información necesaria sobre las fuentes de exposición y sobre cómo leer el etiquetado de los productos si es preciso. A nivel médico, la aplicación de corticoides tópicos o de inhibidores de la calcineurina tópicos, junto a una buena emoliencia, son la primera línea de tratamiento. Si la enfermedad está cronificada en el contexto de una DCI o DA, se puede recurrir al uso de irradiación UV o de inmunosupresores sistémicos para controlar la inflamación. “En un futuro, las líneas de tratamiento irán dirigidas a interferir en los mecanismos de la inflamación, reforzar la regulación del sistema inmunitario y reducir, suprimir o modificar las células T de memoria… en estrategias complejas multifactoriales”, especifica la Dra.
La PPDA, presente en tintes oxidativos y henna negra de los tatuajes temporales
En cuanto a la dermatitis ocasionada por tintes capilares, Serra-Baldrich comenta que “la parafenilendiamina (PPDA) es el componente más conocido y frecuente de los tintes capilares. Los tintes oxidativos y la henna negra de los tatuajes temporales contienen PPDA. La alergia por PPDA puede ocasionar severas reacciones. En los últimos años se ha incrementado la frecuencia de reacciones al parche positivas (aprox. un 6,2% en Norteamérica, 4% en Europa y 4,3% en Asia) y se han observado reacciones cruzadas con otros componentes de los tintes capilares”.
“La frecuencia de la inducción de alergia por contacto a PPDA debido a los tatuajes de henna negra se estima en un 2,5% por cada aplicación. Ello contribuye a la observación de este marcado aumento en la incidencia de alergia a la PPDA. Tras la sensibilización, los pacientes posteriormente pueden manifestar dermatitis de contacto alérgica cuando utilicen tintes capilares conteniendo PPDA”, advierte la experta.
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