Redacción Farmacosalud.com
Ya se ha difundido el tercer Informe ‘Anticipando sobre Biología de Sistemas’, de la Fundación Instituto Roche. Uno de los capítulos del documento se denomina ‘Aplicaciones transversales de la BS en el futuro de la medicina personalizada de precisión’. Entre las novedades que aporta este apartado se encuentran los ensayos clínicos centrados en un solo paciente (ensayos N-of-1). En el contexto de un N-of-1, se recoge información exhaustiva de todo tipo (incluyendo datos clínicos, evolución, comorbilidades, eficacia y efectos secundarios del tratamiento) “con el fin de determinar el tipo de intervención más adecuada para cada persona basándose en datos”, explica el Dr. Ángel Carracedo, coordinador del Grupo de Medicina Genómica de la Universidad de Santiago de Compostela (La Coruña) y miembro del comité asesor del Observatorio de Tendencias en Medicina Personalizada de Precisión (MPP).
“También la Biología de Sistemas va a ser clave en la predicción del riesgo individual o poblacional de enfermedad, ya que esto exige también integrar información compleja”, subraya el Dr. Carracedo. La Biología de Sistemas (BS) es una rama multidisciplinar de la ciencia centrada en el estudio holístico de los organismos vivos que conduce a una mejor comprensión de cómo las propiedades biológicas emergen de las interacciones entre los componentes de los sistemas vivos, facilitando por tanto la posibilidad de predecir su comportamiento.
Carracedo ejemplifica así lo que es la BS: “Imagínese un niño con un problema de neurodesarrollo que, además, presenta ciertos rasgos dismórficos pero no claros. El genetista clínico puede acudir a programas de imagen facial para ver probabilidades de síndromes, analiza un genoma completo o un exoma y selecciona un grupo de genes con información de bases de datos, mira con programas de predicción in silico la patogenicidad de las variaciones halladas, y busca en bases de datos y con herramientas informáticas la relación fenotipo-genotipo. Si encuentra la posible causa del problema, informa a los padres, les hace asesoramiento genético con las probabilidades de tener descendencia con problemas similares, les informa de posibles comorbilidades y complicaciones que pueden aparecer en otros órganos y sistemas, y les puede incluso dar pautas terapéuticas para mejorar o prevenir problemas. Todo esto es gracias a grandes bases de datos, a la integración de información muy variada y, en definitiva, al uso de métodos de Biología de Sistemas”.
“Todas las enfermedades tienen un componente genético mayor o menor”
En otro capítulo del Informe, se puede leer que ‘la naturaleza compleja de las enfermedades genéticas en general, tanto las comunes como las raras o de baja prevalencia, las convierte en objetos de estudio adecuados a las aproximaciones de la BS’. “Todas las enfermedades tienen un componente genético mayor o menor -señala el experto-. En algunas de ellas, en las mendelianas, el componente genético es muy elevado aunque, en ocasiones, su penetrancia es variable. En las comunes, en general complejas (con muchos genes involucrados que interaccionan con el ambiente), el componente genético puede ser mayor o menor... es alto en los trastornos psiquiátricos, por ejemplo. En las mendelianas, un papel de la biología de sistema será el de permitir entender mejor la relación genotipo-fenotipo y entender esa penetrancia variable. En las complejas, será esencial para poder estratificar la enfermedad en clases, ver dónde los tratamientos serán más eficaces, y determinar la predicción de riesgo”.
El nuevo documento habla también del cáncer. De hecho, es en el ámbito oncológico donde la medicina personalizada tiene mayor aplicación, constituyendo además el campo con mayor innovación en terapias derivadas de la identificación de nuevas dianas y, a menudo, dirigidas a las mismas (targeted therapies), incluyendo avances en inmunoterapia. También es donde se dispone de más datos de genómica a nivel de tejido y a nivel germinal y donde hay que hacer un mayor esfuerzo de integración de datos. Sin duda, esta es el área “que se va a beneficiar más a corto plazo de los avances en Biología de Sistemas”, asevera.
En ‘Anticipando sobre Biología de Sistemas’ se incide en la Farmacología de Sistemas. A modo de novedades, el Dr. Carracedo habla de varios aspectos importantes: uno de ellos es la identificación de nuevas dianas terapéuticas, no de forma reduccionista y unidireccional (por ejemplo, los genes que parecen relacionados directamente con un proceso), “sino integrando información. Ya existen empresas que se dedican a identificar dianas terapéuticas de esta manera y a priorizarlas por probabilidades de éxito. Otra cuestión es que, si bien el uso de biomarcadores para dar respuesta a tratamiento es ya una realidad (y la mayoría de los existentes son genómicos), la predicción más exacta de la respuesta pasa por la integración de la información (con muchos tipos diferentes de biomarcadores e información clínica), lo que implica el uso de métodos de Biología de Sistemas”.
La BS podría ser usada de forma generalizada en unos 10 años
En las conclusiones del documento se recoge que, ‘en un futuro, parece probable que la disponibilidad de datos altamente complejos junto con un amplio espectro de tecnologías de diagnóstico cambiará la forma en la que los médicos tratarán a los pacientes. La BS ofrece un modo de integrar y estudiar la complejidad de las relaciones entre el genotipo y el fenotipo para comprender cómo cambios puntuales pueden desencadenar efectos en cadena, y la interrelación entre estos cambios patológicos’. A juicio del miembro del MPP, ese cambio a la hora de tratar a los pacientes “será algo progresivo… de hecho, ya lo está siendo. En el tratamiento del cáncer el uso de biomarcadores de naturaleza distinta (inmunohistoquímica, datos genéticos a nivel somático y germinal, tanto de mutaciones como de expresión, miRNA…) o datos clínicos ya es una realidad cotidiana. Normalmente, se recurre a algoritmos diagnósticos para su aplicación, pero veremos progresivamente el uso de métodos de Biología de Sistemas y modelos matemáticos integrados porque el uso de esquemas diagnósticos simples es claramente insuficiente. Yo creo que en diez años su uso será generalizado, sobre todo en cáncer”.
Otra de las recomendaciones del manual propugna ‘promover un marco regulatorio que permita compartir datos genéticos y clínicos entre instituciones a nivel nacional e internacional garantizando la seguridad en el manejo de estos datos, así como la privacidad de los pacientes prestando especial atención al intercambio de datos a través de la red’. El Dr. Carracedo admite que aún queda mucho por hacer a la hora de avanzar hacia el intercambio de datos genéticos en favor de la salud de los pacientes: “Realmente, estamos muy atrasados y tampoco es fácil. La información genética es sensible y hay que garantizar la seguridad en el acceso a los datos y su utilización y la privacidad. Las leyes tampoco son uniformes entre los distintos países europeos”.
“En España, adicionalmente, no todas las comunidades disponen de historia clínica electrónica universal y los sistemas no son en general compatibles los de unas y otras, lo que dificulta el uso de herramientas comunes de acceso a los datos y análisis de la información. Solo en Andalucía se ha avanzado en la incorporación efectiva de datos genómicos masivos a la historia clínica electrónica, siendo un modelo que se puede hacer extensivo a otras comunidades”, sostiene el especialista.
“Ni siquiera la genética clínica es reconocida en España como especialidad”
Asimismo, en la guía se apuesta por ‘promover la incorporación e integración de los biólogos de sistemas como nuevo perfil profesional en el ámbito hospitalario para que, a través de la integración de los datos del paciente en los modelos correspondientes y una vez analizados e interpretados los resultados, actúen como asesores de los equipos asistenciales’. De tal anhelo se deduce que los técnicos de BS son vistos todavía como investigadores y no como unos posibles agentes en salud con potencialidades diagnostico-terapéuticas reales y efectivas. Carracedo comparte ese razonamiento: “Efectivamente, tenemos modelos demasiado rígidos con especialidades -a menudo- con un fuerte componente corporativo que no permiten hacer una medicina basada en el paciente, entendida de una forma global”.
“Ni siquiera la genética clínica es reconocida en España como especialidad (por cierto, es la única excepción en Europa)... hay que buscar otros modelos. En Galicia, con una gestión de la Genómica a través de una Fundación Pública del Servicio Gallego de Salud (SERGAS), sí que hemos incorporado bioinformáticos, expertos en Biología de Sistemas dentro del esquema asistencial que contribuyen a que los diagnósticos sean mucho más eficaces… y es tal vez un modelo a considerar, pero tenemos que avanzar aún mucho en estos aspectos”, concluye el coordinador del Grupo de Medicina Genómica de la Universidad de Santiago de Compostela.