Redacción Farmacosalud.com
La jornada de Reyes está a la vuelta de la esquina y hay personas que todavía no han decidido cuál es el regalo que sus Majestades de Oriente deben traer a sus seres queridos, o bien todavía no han logrado satisfacer determinadas peticiones que figuran en la Carta dirigida a Melchor, Gaspar y Baltasar. En las últimas horas de búsqueda de los regalos, pues, podrían generarse situaciones de cierto estrés que pueden llegar a desencadenar episodios de ictus, sobre todo entre aquellas personas que ya han padecido alguno de estos ataques. De hecho, en las últimas horas disponibles de prospección de estanterías el tiempo apremia, las jugueterías y centros comerciales están atestados de gente y es posible que la angustia se imponga por temor a que se haya agotado el juguete de moda, por poner un ejemplo estresante ('si ya está agotado, a ver qué le digo ahora al niño', se suele pensar). Lógicamente, todo ello comporta que afloren el nerviosismo, la impaciencia y, en algunos casos, incluso la desesperación... ¡Los Reyes Magos no pueden fallar!
Y es que, aparte de la locura consumista vinculada a la festividad de Reyes, los ‘excesos navideños’ (por empachos gastronómicos, ingesta de abundante alcohol, situaciones de estrés por posibles discusiones familiares vividas en Nochebuena, salidas festivas a las que no se está acostumbrado -Nochevieja-, etc) también pueden favorecer la aparición de un ataque cerebrovascular. Así pues, y a la espera de que llegue el 6 de Enero, la tensión asociada a estas fiestas aún se mantiene vigente, por lo que debe imponerse la precaución y estar alerta a cualquiera de los signos que anuncian la irrrupción de un ictus. Los síntomas de un ACVA (accidente cerebrovascular agudo) que no deben confundirse con un cuadro de cansancio derivado de la resaca navideña, y que deben generar un inmediato traslado del paciente a Urgencias son:
• Debilidad en los miembros. Un signo típico del ACV (accidente cerebrovascular) es la súbita debilidad asimétrica de los miembros
• Asimetría facial. La parálisis facial unilateral es otro signo típico del ACV
• Alteraciones del habla
• Confusión mental
• Alteraciones en la marcha
• Crisis convulsiva
• Coma
Atención a la sobrecarga de sal y descarga de catecolaminas
“Por una parte, están los excesos en las comidas que, básicamente por sobrecarga de sal, pueden producir un aumento brusco e importante de las cifras de tensión arterial y, secundariamente, un accidente cerebral vascular agudo. Luego están los excesos con el alcohol, que producen trastornos a nivel general; los de tipo vascular o arrítmico pueden favorecer también la aparición de un ictus. Y, por otra parte, está el estrés asociado a estos días. Como cualquier situación de estrés -y esto incluye discusiones familiares-, la descarga de catecolaminas que se produce hace más probable la aparición de episodios vasculares agudos como el infarto de miocardio o infartos cerebrales”, asegura a www.farmacosalud.com la Dra. Almudena Castro, coordinadora de la Unidad de Rehabilitación Cardíaca del Hospital Universitario La Paz (Madrid).
Por cierto, una persona que ya haya sufrido un accidente vascular cerebral agudo tiene más riesgo vascular que otra persona que no lo haya padecido.
Por tanto, si durante las fiestas navideñas se dan las condiciones anteriormente expuestas, el peligro de tener una apoplejía “se incrementa” en los pacientes que ya han padecido un episodio de ictus, afirma la Dra. Castro, a su vez expresidenta de la sección de Cardiología Preventiva y Rehabilitación Cardiaca de la SEC (Sociedad Española de Cardiología) y directora de Mimocardio.
“Una buena cena navideña no hace daño…” pero hay que cuidarse el resto del año
“Cuando los ACVA tienen que ver con estos excesos de los que hablamos, no se presentan tras las fiestas, sino que son una respuesta aguda a dichos excesos; por tanto, se dan durante o en horas posteriores a estas situaciones”, explica la facultativa. Según agrega, el perfil de individuo que presenta más probabilidades de sufrir uno de estos ataques “es el mismo que para cualquier enfermedad cardiovascular”, o sea, una “persona que tenga alguna o más de las siguientes condiciones: ser fumadora, sedentaria con sobrepeso u obesidad, con diabetes, o con hipercolesterolemia”.
Para evitar un ictus se recomienda seguir la dieta mediterránea, practicar ejercicio físico, alejarse del estrés y evitar el consumo de tabaco. Ahora bien… ¿todo eso realmente se cumple cuando llegan las fiestas navideñas, sobre todo por parte de aquellos sujetos que presentan factores de riesgo asociados a la tipología de accidente cerebrovascular? “Por lo general, las personas que siguen una dieta mediterránea y un estilo de vida sano no son personas que tengan riesgo de tener un ictus. Una buena cena navideña no hace daño a nadie. Se trata de no cometer excesos y de mantener el resto de los días del año un estilo de vida saludable”, contesta Castro.