Redacción Farmacosalud.com
El Hospital del Mar, la Fundació Claror y la Fundació Amics de l’Hospital del Mar (Barcelona) han puesto en marcha un programa conjunto para promover la actividad física y los hábitos de vida saludables entre las pacientes que han acabado el tratamiento por un cáncer de mama. La iniciativa ha sido reconocida como proyecto para la mejora de la calidad asistencial, Projecte Estrella [Proyecto Estrella], del Hospital del Mar y tiene una duración inicial de un año. El programa empezó el pasado mes de septiembre con unas diez participantes que, durante 3 meses, asistirán de forma gratuita a clases en las instalaciones de la Fundació Claror situadas al lado del Hospital, en el centro Claror Marítim.
La actividad física la conducen dos fisioterapeutas de la Fundació, la supervisa una médica especialista en Medicina del Deporte, y se adapta a las capacidades de cada paciente. Para hacerlo, antes de empezar se les han realizado diversas pruebas para comprobar su estado físico, pruebas que se repetirán al acabar el proyecto. El objetivo es formar 4 grupos, uno por trimestre, para llegar al máximo número de pacientes.
Ejercicios físicos, ejercicios de relajación y hábitos de higiene postural
Las asistentes a las clases realizarán diferentes tipos de ejercicios para mejorar su fuerza, su flexibilidad, su resistencia cardiorrespiratoria, así como la movilidad articular general. Se complementará el trabajo con ejercicios de respiración, relajación y hábitos de higiene postural. A la vez, se les darán una serie de pautas a seguir para cuando acabe su participación en el programa.
La Dra. Maria del Mar Vernet, coordinadora de la Unidad Funcional de Patología Mamaria del Hospital del Mar, destaca la importancia que el ejercicio físico tiene para este tipo de pacientes: “Está comprobado que el ejercicio físico es un factor de protección para ellas ante posibles recaídas”, ha apunta, recordando también que el proyecto “nos permitirá mejorar la calidad de la asistencia que reciben, viendo qué necesidades tienen las pacientes más allá de la asistencia médica”.
Las clases, que se hacen dos veces por semana, también tienen un componente lúdico para facilitar la implicación de las participantes. La Dra. Marta Coll, del Área de Bienestar y Salud del Claror Marítim, explica que “el ejercicio físico tiene beneficios para todas las poblaciones: se incrementa la producción de endorfinas, y mejora el estado de ánimo y el sistema músculo esquelético, así como la resistencia física, siendo, además un factor preventivo de enfermedades”.
Los objetivos específicos de la actividad son la disminución de los niveles de fatiga, ayudar a mantener el peso y a mejorar el sistema inmunitario. A la vez, mejorar el estado físico, el de las cicatrices y la piel y prevenir posibles complicaciones derivadas del tratamiento, como el linfedema. El proyecto también pretende aumentar la satisfacción con el cuerpo y el estado de ánimo de las pacientes y obtener beneficios psicosociales.
El 14% de tumores mamarios se podrían evitar si las mujeres inactivas dejasen de serlo
“El impacto del ejercicio físico en el pronóstico del cáncer de mama”, explica la Dra. Sònia Servitja, adjunta del Servicio de Oncología Médica del Hospital del Mar, “nos obliga, como profesionales, a concienciar a nuestras pacientes en la importancia de practicarlo, junto con una dieta equilibrada, para evitar el incremento de peso después del diagnóstico de cáncer de mama”. De hecho, la misma Dra. Servitja destaca que “está en marcha, desde hace casi 4 años, el estudio PREDICOP, un estudio catalán, liderado por el ICO L’Hospitalet (situado al Hospital Duran i Reynals), y en el que participamos prácticamente todos los hospitales catalanes, que tiene como objetivo evaluar qué impacto tiene una intervención de control de peso basada en el ejercicio y la dieta, en la reducción de las recaídas en mujeres tratadas de cáncer de mama”.
Según un reciente estudio presentado por el Grupo GEICAM (Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama), casi el 14% de los casos de tumor mamario se podrían evitar si las mujeres inactivas dejasen de serlo. A la vez, este trabajo apunta que las mujeres con vida sedentaria tienen un 71% más de riesgo de desarrollar esta patología que aquellas que tienen una vida activa. También hay que tener en cuenta que un estudio liderado por investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y médicos del Hospital del Mar, concluyó que la obesidad y el sobrepeso multiplican la posibilidad de sufrir cáncer o una enfermedad cardiovascular. En el caso del cáncer en mujeres, la obesidad multiplica por 12 las posibilidades de desarrollar esta enfermedad, mientras que el sobrepeso provoca un incremento de cuatro veces más posibilidades de sufrir una enfermedad oncológica.