Redacción Farmacosalud.com
“No es aconsejable autodiagnosticarse ni tratarse por uno mismo, ya que la pérdida de objetividad puede llevarnos a decisiones erróneas y perjudiciales”, afirma el Dr. Gustavo Tolchinsky Wiesen, secretario del Col·legi Oficial de Metges de Barcelona (CoMB) [Colegio Oficial de Médicos de Barcelona] y coordinador del programa PAIMM (Programa d’Atenció Integral al Metge Malalt) [Programa de Atención Integral al Médico Enfermo]. Así pues, cuando un médico enferma, debe ponerse en manos de un profesional sanitario de confianza que trate su caso, por más que la enfermedad que sufra este paciente esté dentro de la especialidad de la medicina que él mismo toca en el ejercicio de su profesión.
Algo parecido ocurre cuando un familiar muy próximo a un médico (pareja, hijo, etc.) enferma y la dolencia está vinculada a la especialidad médica del Dr. en cuestión, tal y como apunta Tolchinsky: “Es deseable que ese familiar se ponga en manos de un colega experto” debido a “la pérdida de objetividad en la valoración del caso” que emana de la relación de parentesco, entre otras razones. Por cierto, si un facultativo se va enganchando a las drogas o se va alcoholizando, será atendido por una Unidad específica para este tipo de casos: “En Barcelona tenemos la Clínica Galatea con unidad de internamiento para los casos que lo precisen y a la que cada año ingresan médicos no sólo de Catalunya, sino también de otras comunidades”, revela el coordinador del programa PAIMM.
-¿Cuando un médico enferma, es recomendable que se trate a si mismo si la dolencia está dentro de su especialidad médica, o bien es recomendable que lo trate un médico de su confianza o a quien le toque si es por Seguridad Social (sanidad pública)?
Los médicos tendemos a comportarnos de manera diferente a la mayoría de la población, dado que trabajamos con nuestras propias dolencias. Además, nuestro trabajo se realiza en un entorno en qué disponemos de medios profesionales y materiales para atender, estudiar y atender patologías que en otros sectores profesionales requieren solicitar esa valoración fuera de su entorno. Precisamente por eso, tanto los estatutos colegiales como el código de deontología que emana de la ética médica, indican que debemos ponernos en manos de un profesional de confianza. No es aconsejable autodiagnosticarse ni tratarse por uno mismo, ya que la pérdida de objetividad puede llevarnos a decisiones erróneas y perjudiciales.
-Entonces, en caso de que un médico pretenda auto-recetarse medicamentos o tratamientos para prevenir alguna dolencia que ese mismo médico tema poder padecer…
Reitero la respuesta anterior: la relación asistencial con uno mismo es poco recomendable, y, por tanto, tanto el diagnóstico como la prescripción deberían dejarse en manos de alguien de confianza.
-¿Y si un familiar muy próximo a un médico (pareja, hijo, etc.) enferma y la dolencia está vinculada a la especialidad médica del doctor (Dr.) en cuestión, es recomendable que al paciente lo trate ese mismo médico, o bien es aconsejable que lo haga alguien de confianza o a quien le toque si es por Seguridad Social?
Las relaciones familiares y afectivas hacen poco recomendable la relación asistencial, tanto por la pérdida de objetividad en la valoración del caso como por el riesgo de contaminar la propia relación con aspectos médicos. Es deseable que ese familiar se ponga en manos de un colega experto y que nuestro lugar en la relación afectiva y a veces de cuidador, se vea resguardada.
-Cuando un médico enferma, ¿hasta qué punto puede seguir trabajando como médico, es decir, en qué momento el médico está obligado a dejar de atender a los pacientes porque se considera que ya no está en condiciones de hacerlo?
El Código de Deontología indica que si un médico es consciente de que está enfermo y esa enfermedad puede perjudicar a sus pacientes, debería ponerse en tratamiento y abstenerse de ejercer si así se lo indica el médico que lo atiende. No obstante, los médicos, no sólo en nuestro entorno, tienen tendencia a seguir trabajado aun estando enfermos. Tendencia, no obstante, que se está revirtiendo en los últimos años.
-¿Cómo se controla si un médico sufre problemas psiquiátricos en el ejercicio de su tarea facultativa? Es decir, ¿cómo se descubre que está actuando de manera incoherente?
Los cambios de comportamiento son un síntoma que puede ser una de las primeras manifestaciones de un problema psíquico, que suele afectar a las relaciones con el entorno tanto personal como familiar… ese es uno de los indicadores. Por otro lado, la alteración del juicio clínico, toma de decisiones erróneas o inadecuadas para el escenario clínico en que se encuentra ese profesional es algo que suele detectarse por no ajustarse a lo esperable por parte de profesionales del entorno. Esto lo podemos ver, en ocasiones, en informes médicos o curso clínico en qué el lenguaje puede estar desorganizado o las ideas poco ordenadas.
-¿Se puede inhabilitar a un médico si se demuestra que ese Dr., desde un punto de vista psiquiátrico, no está facultado (ni que sea por una conducta negligente progresiva, no detectada al principio de su tarea como médico) para trabajar con pacientes?
El médico enfermo psíquico, igual que cualquier persona, merece ser tratado con profesionalidad, intentándose realizar el diagnóstico más preciso e iniciando el tratamiento más adecuado, con el objetivo de rehabilitarlo. En el caso de que la patología sea tan severa que no permitiera rehabilitarse o que no fuera compatible con el ejercicio médico, se debería acompañar a una incapacidad profesional. La vía sancionadora que conduce a una inhabilitación se debería reservar única y exclusivamente en aquellos casos de profesionales que, pese a la gravedad de su estado (ya sea por negativa a realizar tratamiento como por la imposibilidad de mejorar su situación pese al mismo), insisten en realizar actos médicos que ponen en grave riesgo a sus pacientes.
-¿Si un galeno ve que un familiar médico trabaja deficientemente (por ejemplo, un hijo, pareja, etc), está obligado a llamarle la atención, o está obligado a poner el caso de posible negligencia en manos de los superiores médicos?
Ambas cosas. La norma 102 de nuestro Código de Deontología así lo indica, no sólo para familiares médicos sino para todo médico que observe la merma de facultades por una patología. Es decir, el profesional conocedor de estas circunstancias tiene la obligación de llamar la atención con discreción al compañero que muestra una conducta inapropiada, y, en caso de que éste no tome medidas ante la advertencia, el facultativo observador debe poner el caso en conocimiento del Colegio de Médicos porque, según la norma 102, ‘el bien de los pacientes debe ser siempre prioritario'.
-Supongamos que un médico se va enganchando a las drogas o se va alcoholizando… ¿existe alguna Unidad específica en la sanidad española para tratar a esos facultativos enfermos?
Sí, en Catalunya desde hace 20 años existe el PAIMM, como servicio de acceso voluntario, pero también para gestionar casos más complejos. Cada provincia lo ofrece a través de su colegio profesional. En Barcelona tenemos la Clínica Galatea con unidad de internamiento para los casos que lo precisen y a la que cada año ingresan médicos no sólo de Catalunya, sino también de otras comunidades.
-¿Existe en el mundo de la medicina (y también en los Colegios de Médicos) algún organismo de vigilancia en relación a las prácticas médicas? (sin ánimo de comparar, pero para que se entienda: un organismo del tipo ‘Asuntos Internos’ de la Policía, o policías que vigilan a los otros policías; en este caso, serían facultativos que controlan que las prácticas médicas sean las adecuadas y ajustadas a la normativa existente).
No es que exista dentro de los colegios profesionales, es que es una competencia delegada por ley y reflejada en los estatutos colegiales. El Colegio de Barcelona abre unos 150 expedientes informativos al año para valorar las actuaciones de profesionales a instancias de quejas de ciudadanos u otros profesionales.