Redacción Farmacosalud.com
La Dra. Verónica Casado, médica de familia del Centro de Salud Parquesol (Valladolid) y miembro de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), ha sido nombrada mejor médica del mundo 2018, según la Organización Mundial de la Medicina de Familia, WONCA (por sus siglas inglesas). Con ello, la Dra. se ha convertido en la primera doctora española que obtiene el galardón ‘Médico Cinco Estrellas’. Este premio no diferencia entre hombres y mujeres, de manera que Casado es la mejor médica de familia de todos los médicos y médicas del mundo.
La Comisión Nacional española de la especialidad consideró que Casado tenía el perfil para los premios WONCA y, tras el reforzamiento de la candidatura por parte de la semFYC, la Dra. se impuso en los WONCA Europa, como también hizo posteriormente en los WONCA de Iberoamérica. Era la primera vez que una médica de familia era reconocida como la mejor en dos continentes simultáneamente. Precisamente, Europa e Iberoamérica la propusieron como la mejor facultativa para los WONCA mundial, premio que finalmente recayó en Casado. Este reconocimiento valora el currículum vitae, lo que se aporta como profesional sanitario manteniendo la asistencia en el Centro de Salud, lo que se aporta en la docencia e investigación y en las tareas de gestión, y lo que se aporta en la mejora del servicio asistencial a todos los niveles.
A juicio de Casado, “la actitud” es vital para alcanzar la excelencia como médico/a. “El humanismo, la profesionalidad, la ética y la capacidad de comunicar” son algunas de las virtudes que empujan al facultativo/a hacia el éxito personal y profesional, aduce la doctora del Centro de Salud Parquesol. En su opinión, “no es verdad” que exista una falta de vocaciones para ser médico de Atención Primaria (AP), si bien admite que “en los últimos años ni se ha financiado ni se ha dimensionado bien la AP” española.
-¿Le han concedido el galardón ‘Médico Cinco Estrellas’ por alguna virtud en concreto o por un conjunto de virtudes?
Ellos valoran la asistencia, el liderazgo, la capacidad de comunicación, el compromiso ético en relación a todo tu desarrollo profesional y el impacto que hayas podido tener en tu país a través de la investigación y, sobre todo, a través de la docencia. En mi caso, el haber liderado el programa de la especialidad en Medicina Familiar y Comunitaria, que fue el primero que se hizo en España sobre competencias y que pasó de 3 a 4 años para intentar mejorar la formación de todos los médicos de familia, y luego todo el trabajo realizado en la universidad española, creo que han sido temas que han tenido peso a la hora de decidir el premio. Aunque los pacientes no opinan para la concesión del galardón, evidentemente quien te propone ya ha hecho sus acercamientos a la hora de validar que tú prestas asistencia y que la asistencia que haces es correcta y que, además, tus pacientes te quieren mucho.
-Con independencia del galardón: ¿en su opinión, cuál cree que es su mejor virtud a la hora de tratar con los pacientes?
Yo creo que la vocación, la cercanía y el hecho de intentar resolver sus problemas en el ejercicio de una profesión preciosa y dura. Cuando adquieres un compromiso con las personas, con la sociedad, con la calidad, evidentemente también hay mucho compromiso emocional. Lo que a los pacientes les pase para mí tiene muchísima transcendencia porque yo siempre he dicho lo mismo: para ser un buen médico hay que tener muchísimos conocimientos de medicina, conocer tus límites, ser autónomo y tener capacidad de decisión; asimismo, debes tener muchas habilidades: habilidades reflexivas, técnicas, de gestión de equipos…
Pero lo que hace al médico excelente es más la actitud, es decir, el humanismo, la profesionalidad, la ética y la capacidad de comunicar. Porque, si yo no soy buena comunicadora, si yo no entiendo lo que me estás contando, si no soy capaz de ver entre líneas lo que a ti te está pasando y si no intento resolverte el problema de una manera empática y cercana, pues lógicamente puedo saber mucho de medicina pero no resuelvo bien tus problemas.
-Usted ya lleva casi 30 años de profesión. ¿Profesionalmente hablando, se arrepiente de algo?
No. Ni en las decisiones asistenciales ni en las técnicas ni docentes. Eso no quiere decir que no hayas tenido disgustos en tu carrera porque, evidentemente, tomas decisiones en una ciencia con mucha incertidumbre y en la que a veces puedes haberte planteado aquello de ‘si hubiera hecho esto’… Pero no, en general no me arrepiento de nada.
-¿A grandes rasgos, cuántas cosas han cambiado en la Atención Primaria (AP) desde sus inicios profesionales con respecto a la actualidad?
Muchísimas. Ahora mismo estamos en un momento clave, estamos en una situación en la que hay mucho desencanto, pero también tenemos que ser capaces de ver dónde estamos posicionados. ¡Por eso salir fuera nos sienta tan bien! Cuando tú sales fuera te das cuenta de que hay tres cosas que se valoran mucho de España: una, la Organización Nacional de Trasplantes; otra, la formación MIR, y la tercera la Atención Primaria. Nuestra AP fuera de nuestras fronteras está muy bien valorada. El Observatorio Europeo de la Organización Mundial de la Salud hizo un estudio con 115 indicadores en 31 países, y estamos -según los indicadores con que se evalúe- los segundos o terceros. Pero, en todos ellos, se determina que la Atención Primaria española tiene una altísima fortaleza, tanto en su estructura y procesos como en sus resultados.
Tenemos un buen sistema sanitario y una Atención Primaria magnífica. Eso no podemos perderlo de vista. Y, además, con profesionales cada vez más cualificados. Tenemos una formación especializada en Medicina Familiar y Comunitaria que es envidiada en muchos países. Tanto es así, que en el Reino Unido -donde el médico de familia es el que más prestigio tiene en el sistema- en un momento determinado tuvieron un problema de planificación y vinieron a España a buscar residentes para que se fueran a trabajar allí Y lo mismo pasó en Suecia y en aquellos países que tienen una Atención Primaria muy potente. Cuando no tienen recursos, vienen a España a buscarlos.
Por lo tanto, yo creo que tenemos una AP muy buena, aunque sí que es verdad que en los últimos años ni se ha financiado ni se ha dimensionado bien la Atención Primaria. Cuando empezamos la reforma, el 42% de los médicos del Sistema Nacional de Salud éramos médicos de familia. Ahora, estamos en el 30%. Cuando se empezó la reforma, había un porcentaje de gasto del 18%; ahora, la media está en 13-14% y en algunas comunidades en el 10%. Edson Araujo, que es un experto del Banco Mundial, siempre ha dicho y escrito que tener un sistema sanitario potente es tener una Atención Primaria potente. Porque tener una AP potente hace que el nivel secundario y terciario vayan a ser también potentes.
Si tú la base no la mantienes, si no intentas que la base funcione, pues el edificio, por muy bonito que sea, se nos puede caer. Yo siempre utilizo un ejemplo que me parece muy gráfico, que es el de los ‘castells’ en Catalunya: para poder hacer esos ‘castells’ que se construyen subiendo en pirámide, hay mucha gente en la base, en la piña…. si tú vas quitando recursos a esa piña, el edificio se cae por muy bonito que sea. Se ha celebrado una conferencia internacional hace pocos días en Astana que reivindica el papel de la Atención Primaria en todos los sistemas sanitarios del mundo. Pero tan importante es ver dónde está posicionada la AP en el mundo como constatar que hay un grave disconfort por parte de los médicos de familia y de los equipos de Atención Primaria en todo el territorio nacional español.
-Más de un 80% de los médicos de Atención Primaria aseguran que sufren mayor presión asistencial que hace un año[1]. ¿Qué opina?
Hay más presión asistencial. Normalmente, 20 o 25 pacientes diarios es una cifra que es muy buena para hacer las cosas bien. Existe un perfil que no podemos perder de vista, que es el perfil social y demográfico que tenemos; es decir, tenemos a muchos pacientes, pero tenemos a muchos pacientes crónicos, a muchos pacientes pluripatológicos, a muchos pacientes polimedicados. Es muy importante que todo eso se cuide. ¿Cómo cuido yo esas cosas? Con tiempo. Si yo tengo que ver a más de 35 pacientes en un día, hay cansancio y hay riesgo, y hay riesgo porque los horarios no se seleccionan por riesgos. Quiero decir que puede ocurrir que la última persona que entre en la consulta te plantee una situación muy conflictiva o que requiera tiempo para su evaluación. A mí me parece que se necesita financiación, se necesita tiempo y se necesitan recursos humanos.
-¿Es verdad que existe falta de vocaciones para ser médico de AP, o sea, es verdad que faltan atractivos para ejercer en este ámbito de la medicina?
No, no es verdad. La primera falacia es la siguiente: si observamos cuantos médicos de familia, cuantas plazas se ofertan para ser médico de familia, vemos que hay 1.800 plazas, y la siguiente especialidad que sigue oferta 300 plazas. Es evidente que si tú ves el panorama, siempre verás que las últimas plazas se cogen por medicina de familia porque estás comparando dos dimensiones que son completamente distintas. Cuando nosotros hacemos el ejercicio de observar qué es lo que pasa en los dos primeros días -cuando todas las especialidades tienen oferta de sus plazas-, vemos que en los 2.000 primeros números la especialidad de medicina de familia se coge entre la 20 y la 25 de entre las 47 especialidades médicas, o sea, que nuestros estudiantes empiezan a elegir Familia con buenos números.
Pero es que, además, en los próximos años yo creo que se va a producir un cambio a raíz de la incorporación hace 4 años de la medicina de familia dentro de la Universidad española. Evidentemente, yo no puedo elegir lo que no conozco. Pero si empiezo a tener una asignatura de Medicina de Familia, si yo en sexto hago un mes de estancia -que es lo que está pasando en casi todas las facultades de medicina de este país- en un Centro de Salud, por supuesto que la percepción cambia. Hay muchísimos estudiantes que llegan diciendo ‘he cambiado mi idea totalmente. Pensaba que aquí atendíais solamente banalidades como catarros y cuatro papeles… pero veo que aquí entran el 100% de los problemas, desde los más banales hasta los más frecuentes y prevalentes, pasando por los más graves’.
Así pues, evidentemente la cabeza les cambia de una manera espectacular. Y puede que no elijan como primera opción la medicina de familia, pero desde luego la consideración de esta especialidad ha cambiado de una manera espectacular.
-En España, el 53% de las agresiones se producen en Atención Primaria (AP) y el 21% en hospitales. En cuanto al mayor porcentaje de agresiones en Centros de Salud, puede explicarse por el hecho de que el agresor puede sentirse más empoderado al encontrarse en instalaciones más pequeñas, a las que no acceden tantas personas como en los hospitales[2]. ¿Ha sufrido usted esta lacra?
No, nunca me he encontrado en una situación de estas en mi Centro de Salud. Tampoco las he visto. Sí que es verdad que las estadísticas están ahí y no dudo que puedan darse casos así. No obstante, hay un tema que también es importante: lo que hace que haya problemas -ya no tanto agresiones sino quejas- es que la persona no se sienta bien cuidada, es decir, que sienta que no la has escuchado o que no has intentado resolver su problema. En mi opinión, parte de la solución está en intentar -independientemente de que en las consultas haya mecanismos de mayor seguridad y demás- dar mayor tiempo de visita, ya que a veces alguien puede sentirse desatendido porque no hay tiempo para atenderle... y entonces se enfada.
Y luego, naturalmente, está el tema de la cercanía… También es importante trabajar mucho en el empoderamiento de nuestros pacientes. Hay cosas que dependen más de la persona que está enferma que no del sistema sanitario. Es muy importante hacerles partícipes de que el sistema es tan suyo como nuestro y que hay que cuidar tanto la estructura, es decir, los espacios físicos, como sobre todo los profesionales que les atienden. Desde luego, la agresión nunca es una solución.
-De todos modos, que determinados pacientes sepan que usted ha sido nombrada mejor médica de familia del mundo, ¿puede llevarles a creer que pueden exigirle más de lo que usted puede darles como profesional de la medicina, lo que podría crear incluso alguna escena de agresividad tanto verbal como física?
No creo… (la Dra. sonríe) Al revés, no se puede imaginar la cantidad de gente que entra en la consulta abrazándome, llorando emocionados, incluso poniéndose nerviosos. Yo les digo: ‘yo soy la misma de siempre’. Y luego, cuando se sientan ante mí dicen ‘pensábamos que ya no volvías, que con todas estas cosas ya no ibas a seguir atendiéndonos’. Yo es que este premio no lo siento mío solo… por supuesto, ha recaído en mí, pero yo creo que ha sido una manera de reconocer la medicina de familia, la AP de este país. O sea, que el foco mundial se ha centrado en España y eso a mí me gusta mucho. Y de alguna manera, es una forma de incrementar el prestigio y reconocimiento de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria. No creo que el galardón pueda afectar en el sentido de que induzca a cometer agresiones… al menos eso espero.
-Precisamente, su elección como mejor médica del mundo puede tener el efecto contrario, es decir, que los pacientes se sientan plenamente tranquilos y reconfortados por el hecho de saber que están en las mejores manos de toda la AP. Suponemos que en la consulta no habrán faltado frases del estilo ‘ves, ya te decía que eras la mejor’…
El comentario que más se repite entre los pacientes es que ‘no necesitamos que te reconozcan como mejor médico del mundo porque nosotros ya lo sabíamos’, o bien ‘yo ya lo decía que usted era la mejor’. Están muy orgullosos: vienen con recortes de periódico y con mi foto, me tienen en la pantalla de inicio de sus móviles y me enseñan esos materiales exclamando ‘¡mira, mira!’… espectacular.
-¿Un reconocimiento como el que usted ha recibido crea envidias entre el resto de profesionales sanitarios? Ni que sea envidia sana…
Espero que no haya envidia y, en todo caso, si ésta existe, que sea envidia sana. Lo que sí puedo decir es que he tenido una auténtica avalancha de mensajes de apoyo, de cariño, de agradecimiento… Si se crea envidia, pues para el que la sufra, que la sufra con dignidad. El premio ha tenido una repercusión e impacto muy positivos: por ejemplo, me han nombrado Hija Predilecta de Valladolid, el Colegio de Médicos me propone como Colegiada de Honor-Medalla de Oro, etc.
Referencias
1. Web SEMERGEN. ‘Más de un 80% de los médicos de Atención Primaria aseguran que sufren mayor presión asistencial que hace un año’. Nota de Prensa. 2018. https://www.semergen.es/?seccion=noticias&subSeccion=detalleNoticia&idN=200
2. www.farmacosalud.com. ‘El botón antipánico, propuesta para luchar contra las agresiones a personal sanitario’. Entrevista con la Dra. Inmaculada Martínez (COMLR). 2018. http://farmacosalud.com/el-boton-antipanico-propuesta-para-luchar-contra-las-agresiones-personal-sanitario/