Redacción Farmacosalud.com
La vuelta a la rutina laboral y el retorno al ‘cole’, dos clásicos del mes de septiembre, pueden sobrellevarse mucho mejor mediante la ingesta de complementos nutricionales. Sin ir más lejos, el doctor Guillermo Álvarez Calatayud, presidente de la Sociedad Española de Probióticos y Prebióticos (SEPyP), comenta que las situaciones de estrés, como por ejemplo la vuelta al trabajo, “pueden afectar al equilibrio entre las especies bacterianas que conforman la flora intestinal o microbiota. Los probióticos, prebióticos y/o simbióticos tienen un papel clave a la hora de reestablecer este equilibrio intestinal”. En cuanto al retorno a las aulas que protagonizan los niños, el doctor opina que los probióticos, prebióticos y simbióticos son “todavía más útiles” para la salud “que en el caso de los adultos”.
Según Álvarez Calatayud, “con la vuelta al ‘cole’ el contacto de los niños con nuevos patógenos es mucho mayor, por lo que su sistema inmunitario, todavía en desarrollo, se pone aún más a prueba. Los probióticos, prebióticos y simbióticos permiten reforzar su sistema inmune gracias a que el 70% de las células se encuentra en el intestino”.
Complementos nutricionales que también son útiles si se viaja a un país exótico
En caso de planear un viaje a un país exótico -por ejemplo de cara al puente del 12 de Octubre próximo-, no estaría de más plantearse tomar dichos complementos nutricionales, tal y como sostiene el presidente de SEPyP: “Cuando viajamos cambiamos de hábitos, de alimentación y de agua, lo que puede interferir en nuestro tránsito intestinal y, en ocasiones, puede desembocar en los llamados ‘estreñimiento del viajero’ o ‘la diarrea del viajero’. Los probióticos, prebióticos y simbióticos, efectivamente, pueden ayudar al equilibrio sano de la flora intestinal, mejorando algunos problemas gastrointestinales que pueden aparecer con motivo del viaje. Además, hay que tener en cuenta que cuando viajamos a un país exótico también podemos exponernos a patógenos nuevos para nuestro sistema inmune. De este modo, los probióticos, prebióticos y simbióticos permitirán reforzar el sistema inmune de niños y adultos”.
Encuesta en Pediatría sobre probióticos, prebióticos y simbióticos
En otro orden de cosas, la SEPyP ha realizado una encuesta en la que se pone de manifiesto que el 80% de los profesionales de salud pediátricos conoce y distingue correctamente el concepto de probióticos y prebióticos[1], complementos que son utilizados en la práctica clínica por el 70% de los encuestados. El sondeo, elaborado con el objetivo de determinar el conocimiento de los probióticos, prebióticos y simbióticos entre los médicos y enfermeros españoles especializados en pediatría[2], revela que existe un mayor conocimiento y utilización de los probióticos que de los prebióticos o los simbióticos.
“Aunque en los últimos años se aprecia entre los pediatras un incremento del conocimiento sobre probióticos, prebióticos y simbióticos, este estudio pone de manifiesto que sigue siendo necesaria más información sobre éstos y sobre la microbiota intestinal. Ejemplo de ello es que, en el mismo trabajo, el 99% de estos profesionales de la salud demanda más información y formación sobre estos temas. Si analizamos otros de los resultados obtenidos en el estudio de la SEPyP, vemos además que el 31% de los profesionales de la Pediatría desconoce que la leche humana contiene probióticos y prebióticos, a pesar de ser un factor determinante para el desarrollo del sistema inmunológico de los bebés que puede afectar a su salud futura”, argumenta Álvarez Calatayud.
Probióticos: usados para la prevención y tratamiento de trastornos gastrointestinales
Los probióticos son microorganismos vivos que cuando se administran en cantidades adecuadas confieren un beneficio a la salud del hospedador[3], es decir, al individuo al que se le ha suministrado, y así los define correctamente el 86% de los profesionales de la salud participantes en el estudio. Según la FAO, los probióticos son muy beneficiosos para la salud humana, especialmente en productos lácteos para niños y para otras poblaciones de riesgo, por lo que cada vez son más promovidos por los profesionales de la salud. Ejemplo de ello es que el 87% de los participantes en el estudio realizado por SEPyP los utiliza en su práctica clínica.
Los medicamentos y las fórmulas pediátricas son métodos populares para administrar los probióticos. De hecho, el 30% de los probióticos se administra a través de preparados farmacológicos y el 21% a través de fórmulas pediátricas. Otras opciones menos populares son los complementos alimenticios (13%) y los productos de consumo como yogurts o leches fermentadas (9%).
Una de las principales áreas de aplicación de los probióticos es la prevención y tratamiento de trastornos gastrointestinales como, por ejemplo, algunos tipos de diarrea, estreñimiento, intestino irritable o inflamación intestinal. “Además -recalca el experto-, también existen evidencias científicas sobre los beneficios de los probióticos en la modulación de la activación de la fagocitosis, el efecto coadyuvante de las vacunas y frente a la severidad de las infecciones comunes. Sin embargo, hay que tener en cuenta que cada cepa microbiana con categoría de probiótico es válida para una indicación específica”[4].
Prebióticos: pueden reducir el riesgo de padecer colon irritable y EII
Uno de los resultados de la encuesta que más llama la atención es el hecho de que el 5% de los profesionales de salud consultados confunden los probióticos con los prebióticos, es decir, confunden a los primeros con ingredientes no digeribles de los alimentos que afectan beneficiosamente al huésped por una estimulación selectiva de la actividad de las bacterias del colon[5]. “Una vez más, esto pone de manifiesto que todavía es necesario el acceso a más formación e información sobre prebióticos, probióticos y simbióticos”, asevera el doctor Álvarez Calatayud. “A pesar de que, administrados adecuadamente, tanto probióticos como prebióticos son beneficiosos para la salud, es importante distinguirlos correctamente y conocer sus propiedades para favorecer el equilibrio entre las especies bacterianas que conforman la flora intestinal o microbiota”, agrega.
Cuando se preguntó a los participantes en el estudio por el concepto de prebióticos, solo el 74% los identificó y distinguió correctamente, si bien el 52% señaló utilizarlos en su práctica clínica, generalmente en fórmulas pediátricas (28%) y complementos alimenticios (18%). A diferencia de los probióticos, los preparados farmacológicos son la opción menos popular a la hora de administrar prebióticos, ya que sólo un 6% de los profesionales afirmó optar por este formato.
“Existen datos que apoyan el hecho de que la ingesta de prebióticos podría reducir el riesgo de padecer ciertas enfermedades como el síndrome de colon irritable o la enfermedad inflamatoria intestinal (EII). Por otro lado, los prebióticos pueden tener también un efecto protector frente a infecciones intestinales, diarreas del viajero o producidas por tratamientos con antibióticos[6]”, comenta el facultativo.
Simbióticos: aportan los beneficios de probióticos y prebióticos
Mención aparte merecen los simbióticos, reconocidos e identificados correctamente por el 79% de los profesionales como alimentos funcionales que, surgidos de la asociación de microorganismos vivos e ingredientes no digeribles, favorecen el crecimiento de bacterias con efectos beneficiosos para nuestra salud. “Los simbióticos son preparados que surgen de la asociación de microorganismos vivos e ingredientes no digeribles, es decir, probióticos y prebióticos, por lo que tienen los beneficios de ambos, favoreciendo el crecimiento de bacterias con efectos beneficiosos para nuestra salud. En líneas generales, debemos favorecer nuestro equilibrio intestinal desde las edades más tempranas, ayudando a nuestro sistema inmunitario a desarrollarse de la manera más adecuada posible”, apunta el especialista.
El aporte de probióticos, prebióticos y simbióticos al organismo humano guarda relación con el contenido y equilibrio entre las especies bacterianas que conforman la flora intestinal o microbiota. La microbiota intestinal comienza a desarrollarse en el mismo canal de parto, donde el feto entra en contacto con millones de bacterias maternas (lactobacilos y bifidobacterias) que comienzan a colonizar el intestino. Esta flora bacteriana continúa adquiriéndose y diversificándose a lo largo de la lactancia hasta los dos años de vida del bebé, que es cuando ya prácticamente la microbiota está establecida y permanece estable, salvo ciertas circunstancias que puedan alterar su equilibrio. Así pues, los probióticos, prebióticos y simbióticos ayudan al equilibrio sano de la flora intestinal, mejorando algunos problemas gastrointestinales y contribuyendo a mejorar el sistema inmune de niños y adultos.
Referencias
1. Sociedad Española de Probióticos y Prebióticos (SEPyP). “Encuesta sobre Probióticos y prebióticos”. Noviembre 2017.
2. El universo de la encuesta ha sido 6.134 profesionales médicos con la especialidad de pediatría y enfermería.
3. FAD/WHO. Probiotics in food. Health and nutritional properties and guidelines for evaluation. En “FAO Food and Nutrition Paper 85”, 2006. Disponible en: http://www.fao.org/3/a-a0512e.pdf
4. http://www.sepyp.es/2017/pdf/Documento-de-Consenso-sobre-Probioticos.pdf
5. Gibson GR., Roberfroid MB. Dietary modulation of the human colonic microbiota: introducing the concept of prebiotics. J Nutr 1995; 125:1401-1412.
6. http://www.sepyp.es/2017/pdf/docConsensoPrebioticos.pdf