Redacción Farmacosalud.com
“El programa 'CESAR' para la prestación del servicio de cesación tabáquica en las farmacias comunitarias está demostrando que los farmacéuticos estamos preparados, que nos amparan los resultados y que podemos desempeñar un rol fundamental para ayudar a reducir las tasas de tabaquismo en España (…) De los registros de pacientes que tenemos, más del 60% ya no fumaban a los seis meses de iniciarse la intervención farmacéutica”, afirma Jesús C. Gómez, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC). Un dato ni mucho menos baladí, teniendo en cuenta que el 70% de los fumadores quieren dejar de serlo, aunque sólo el 10% de los que lo intentan lo consiguen cada año, dependiendo de la intensidad de la dependencia nicotínica[1]. Hay estudios que reflejan mejores resultados que ese 10%, como uno realizado en una Unidad de Tratamiento Especializado en Tabaquismo, donde se constató que el 27,7% de los pacientes que recibieron tratamiento tuvieron éxito en la cesación del hábito tabáquico[2] tras un año de seguimiento, pero es un porcentaje que aún queda lejos de ese espectacular 60% conseguido en las farmacias. Queda por ver, sin embargo, la tasa de posibles recaídas que pueda registrarse en los próximos meses entre los fumadores acogidos al programa 'CESAR'.
Gómez ha atendido a www.farmacosalud.com con motivo del VIII Congreso SEFAC, celebrado recientemente y donde esta organización ha presentado su propuesta de normalización y unificación de criterios sobre la atención farmacéutica domiciliaria (AFD) a nivel de toda España, “ya que existen distintas iniciativas en el plano autonómico e, incluso, local, pero no existe homogeneidad sobre cómo llevar a la práctica de manera generalizada la AFD”, explica Gómez. Los principales beneficiarios de este servicio serían personas, por ejemplo, con problemas de movilidad o en situación de dependencia. Según Gómez, “los pacientes que están en el domicilio tienen derecho a tener una atención farmacéutica lo más parecida posible a la que reciben los que pueden desplazarse a la farmacia comunitaria”.
Otro de los temas comentados en la cita congresual ha sido el proyecto ‘ConóceMe’, en el que se instruirá a los adolescentes españoles en el manejo adecuado de fármacos para que, cuando los chicos sean adultos, hagan un uso “mucho mejor” de los medicamentos, recalca.
-El VIII Congreso Nacional de Farmacéuticos Comunitarios, que la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC) ha celebrado en Alicante este mes de mayo, ha contado con la asistencia de más de 1.500 profesionales del sector. ¿En líneas generales, qué balance hace de la reunión?
El balance es muy positivo porque hemos pulverizado todos los récords de ediciones anteriores y hemos cubierto sobradamente las expectativas que nos habíamos fijado, tanto en número de asistentes, con más de 1.500, como en comunicaciones, con más de 400 y mil autores (un 39% más que en 2016). También hemos reunido más de 60 sesiones y recabado el apoyo de más de 80 entidades colaboradoras. Pero lo más importante no son las cifras cuantitativas, lo más importante es la calidad que creo que hemos conseguido en las distintas conferencias, debates, talleres, mesas redondas… que es lo que más nos importa como sociedad científica que quiere contribuir a mejorar la labor asistencial de los farmacéuticos comunitarios.
-En el Congreso se ha abordado la Atención Farmacéutica Domiciliaria en España. ¿Cómo debería ser dicha Atención y cuándo podría materializarse?
SEFAC ha presentado su propuesta, que es una propuesta que, aunque está abierta a mejoras, quiere sentar unas bases para que, por un lado, se tenga en cuenta esta prestación específica y el papel del farmacéutico comunitario dentro de los programas globales de atención domiciliaria, y, por otro, sirva de ayuda para normalizar y protocolizar la atención farmacéutica domiciliaria (AFD) a nivel nacional, ya que existen distintas iniciativas en el plano autonómico e, incluso, local, pero no existe homogeneidad sobre cómo llevar a la práctica de manera generalizada la AFD.
Nuestra propuesta plantea que son necesarios distintos pasos para hacer que esto sea una realidad, que van desde la preparación de los propios farmacéuticos y la dotación de recursos hasta cambios normativos y legales, pasando por la imprescindible colaboración y coordinación con el resto de profesionales sanitarios. No se trata de sustituir competencias, sino de complementar en una labor que es transversal y que nos afecta a todos porque, sin duda, la cronicidad, la adherencia terapéutica y la dependencia son retos mayúsculos asociados a la atención domiciliaria que van a necesitar de los esfuerzos de todos para resolverse de forma adecuada.
Si todos estos pasos se dan será más fácil materializar esta propuesta; pero lo más importante es que haya voluntad por parte de las administraciones y el resto de agentes implicados. Los pacientes que están en el domicilio tienen derecho a tener una atención farmacéutica lo más parecida posible a la que reciben los que pueden desplazarse a la farmacia comunitaria.
-Los resultados preliminares del estudio de cesación tabáquica 'CESAR' demuestran la eficiencia de la actuación del farmacéutico… ¿Qué papel debe jugar aquí el farmacéutico: centrarse en concienciar al fumador, o bien dedicarse con más ahínco al entorno del fumador, que es también un factor muy importante a la hora de intentar que una persona abandone el tabaco?
Hay que complementar ambos aspectos y siempre en coordinación con el resto de profesionales como demostramos en SEFAC con la publicación del ‘Documento de consenso de intervención en cesación tabáquica en la farmacia comunitaria’. Pero es necesario cambiar la visión: el tabaquismo no es una adicción, ni un hábito ni un capricho. Es una patología y debe abordarse como tal, con recursos y con apoyo hacia los fumadores para que superen este grave problema de salud que tantas enfermedades y muertes causa. Los farmacéuticos comunitarios somos profesionales que, por nuestros conocimientos y por nuestra proximidad, podemos hacer mucho.
El programa 'CESAR' para la prestación del servicio de cesación tabáquica en las farmacias comunitarias está demostrando que los farmacéuticos estamos preparados, que nos amparan los resultados y que podemos desempeñar un rol fundamental para ayudar a reducir las tasas de tabaquismo en España, tanto desde el punto de vista de la educación sanitaria y la prevención como en el abordaje farmacológico o conductual. Tenemos más de 1.800 farmacéuticos formándose con 'CESAR', de los cuales 800 están registrando casos, con más de 300 que ya están capacitados completamente para prestar este servicio profesional.
De los registros de pacientes que tenemos, más del 60% ya no fumaban a los seis meses de iniciarse la intervención farmacéutica. Esto debe tenerse en cuenta y aprovecharse. De hecho, ya se están fraguando propuestas a determinadas administraciones, apoyadas en el programa 'CESAR' y en sus resultados, para poner en marcha proyectos concretos.
-SEFAC está promoviendo activamente la implicación del farmacéutico comunitario en la lucha frente a las resistencias bacterianas. ¿Cómo están actuando los farmacéuticos comunitarios en este sentido?
Desde hace años tenemos una colaboración muy activa con el Plan Nacional de Resistencias frente a las Resistencias a los Antibióticos (PRAN) del Ministerio de Sanidad, bajo la coordinación de la AEMPS. Esto nos ha permitido participar de distintas estrategias y llevar a cabo varios estudios; del primero de ellos ya se han presentado resultados en el Congreso, en el que se refleja que hay un problema con las prescripciones de estos medicamentos.
Ahora estamos haciendo otro sobre la percepción que tenemos los farmacéuticos y los pacientes sobre este gravísimo problema de salud pública. Sin duda, como mencionaba con la AFD, lograr un buen uso de los antibióticos es responsabilidad de todos: Administración, profesionales sanitarios y población. Como farmacéuticos y expertos del medicamento tenemos una gran responsabilidad en este ámbito, tanto para derivar aquellos casos que soliciten automedicación, como para garantizar un buen seguimiento de las pautas prescritas, educando además en la información para un uso correcto de estos medicamentos que, no lo olvidemos, son fundamentales para la salud de la población.
-El profesional de farmacia, por su formación, cercanía al paciente y con la adopción de estrategias adecuadas, realiza una labor fundamental en la detección y abordaje de la mejora de la adherencia terapéutica del paciente. ¿Hay margen de progreso?
Esa es otra de las grandes asignaturas pendientes de los sistemas sanitarios. La falta de adherencia terapéutica no sólo pone en riesgo la eficacia de los tratamientos y la salud de los pacientes, sino también la eficiencia de los recursos disponibles en el sistema sanitario. No podemos permitirnos dedicar recursos a financiar medicamentos, formar profesionales, actualizar conocimientos, etc. si luego no conseguimos que los pacientes se tomen su medicación de forma adecuada. Esto merece un análisis detallado, coordinación y comunicación entre todos los agentes que intervienen en la cadena, sobre todo para no confundir a los pacientes con mensajes contradictorios cuando pasan de un nivel asistencial a otro o pasan por distintos profesionales.
En el Congreso abordamos estas cuestiones y en SEFAC hemos redactado también un documento, la guía ‘ADHE+’, cuyo objetivo es permitir al farmacéutico comunitario desde el mismo momento de la dispensación detectar a un paciente no adherente y clasificarlo según sus características y/o perfil para adaptar sus intervenciones a estas características y tener más éxito (en el fomento del cumplimiento terapéutico).
Por lo tanto, creo que se ha mejorado y cada vez hay mayor conciencia de la importancia que tiene una buena adherencia terapéutica, pero también queda mucho margen de mejora, pues no olvidemos que nada más y nada menos que el 50% de los enfermos crónicos no siguen bien sus tratamientos. Es decir, sabemos que hay un problema, lo tenemos identificado y eso es ya un gran avance, pero ahora hay que ponerse manos a la obra para solucionarlo.
-Otro de los temas comentados en la cita congresual ha sido el proyecto ‘ConóceMe’, en el que se instruirá a los adolescentes españoles en el uso adecuado de medicamentos. El programa, promovido por SEFAC con la colaboración de Cinfa, arrancará a partir de septiembre en nueve comunidades autónomas con alumnos de bachillerato y después se extenderá al resto de España. ¿Por qué se lleva a cabo esta iniciativa, es que la población adolescente no usa adecuadamente los fármacos?
‘ConóceMe’ es un programa que tiene relación con lo que hablábamos antes de la adherencia terapéutica. ¿Qué pasa? Que si empezamos a educar a los más jóvenes, antes de la edad adulta, a tener buenos hábitos en materia de alimentación, seguridad vial, si les informamos sobre los riesgos de las drogas, etc. será mucho más difícil que durante su edad adulta tengan problemas de obesidad, comportamientos imprudentes al volante o caigan en adicciones que pongan en riesgo su salud.
Eso mismo pretendemos con este proyecto. Queremos que, por un lado, los adolescentes sepan qué es un medicamento, que aprendan a tomarlos de forma adecuada cuando les toque, que se conciencien de que el medicamento no es un producto de consumo cuyo uso se puede banalizar y que sepan que el farmacéutico comunitario está ahí para ayudarles a resolver cualquier duda que tengan sobre la medicación. De este modo pretendemos que, cuando los adolescentes sean mayores, el uso de los medicamentos sea mucho mejor. Al mismo tiempo, queremos poner en valor la figura de los farmacéuticos comunitarios como referentes en la farmacoterapia.
-Por cierto, hay una dura realidad que se detecta en farmacias, y es el tema de los ancianos desnutridos. ¿En SEFAC hay algún proyecto en mente para abordar esta problemática?
En SEFAC hicimos el estudio 'd´NUT' en nuestra delegación de Islas Baleares, precisamente para evaluar el estado nutricional de las personas mayores y detectamos que es cierto que existe un importante porcentaje de personas mayores -de las que fueron entrevistadas en la farmacia, hasta un 12%-, en riesgo de desnutrición. Es algo que periódicamente también hemos medido en otras campañas que hemos llevado a cabo, por ejemplo, en sujetos con diabetes porque, efectivamente, las personas mayores tienen un mayor riesgo de desnutrición al no preocuparse tanto por su alimentación, perder parte del sentido del gusto, etc.
Además, hoy en día, cuando el modelo social está variando, cada vez hay más personas mayores que viven solas y que no llevan un control adecuado sobre su alimentación. Los farmacéuticos, una vez más, podemos desarrollar un servicio de asesoramiento nutricional para detectar estos problemas y ayudar a este colectivo.
Referencias
1. Romero Palacios PJ. ‘Deshabituación tabáquica’. 305-319. Publicado en la web de Neumosur. https://www.neumosur.net/files/EB03-27%20tabaco.pdf
2. Godoy Mayoral R., Callejas González FJ., Tornero AI., et al. “Factores asociados al éxito de los tratamientos del tabaquismo”. JONNPR. 2016;1(4):131-137. DOI:10.19230/jonnpr.2016.1.4.1028 Difusión online https://www.jonnpr.com/pdf/1028.pdf