Redacción Farmacosalud.com
Mujer, diabetes e ictus. Una mala combinación, según revela un reciente estudio de neurólogos del Hospital del Mar e investigadores del IMIM (Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas)[Barcelona], que han encontrado una clara relación entre estos tres factores y la mortalidad cinco años después de sufrir un ictus isquémico. Los resultados, publicados en ‘Frontiers in Neurology’, indican que las mujeres diabéticas presentan un incremento del riesgo de muerte a los 5 años del ictus del 72%, ante el 22% en los hombres que presentan la misma combinación de patologías. El trabajo ha tenido en cuenta factores como la edad y otras patologías asociadas para llegar a estas conclusiones.
Este estudio es el más completo hecho hasta ahora en este campo. Con casi 1.000 casos analizados, de los cuales el 36% eran pacientes con diabetes, ha analizado la posible relación entre género, diabetes y mortalidad posterior a un ictus isquémico. Se trata de una aproximación poco habitual, como explica el Dr. Jaume Roquer, jefe del Servicio de Neurología Clínica del Hospital del Mar y coordinador del trabajo: “Cuando intentamos identificar factores predictores de mortalidad y de evolución, en general no se hace distinción por sexos ni por factores de riesgo. Pero sí que hay diferencias y, a veces, el impacto que pueden tener estos factores de riesgo en el pronóstico y en el desarrollo de la enfermedad nos ayuda a tener una información más exacta en el seguimiento de los pacientes, también en el ámbito preventivo”.
Riesgo de secuelas de un 40% respecto a las no diabéticas
El Dr. Roquer, que también es coordinador del Grupo de investigación Neurovascular del IMIM, explica que “el mal pronóstico de la diabetes es ejercido de forma casi exclusiva en mujeres diabéticas”. Como revela el estudio, mientras en ellas el riesgo de mortalidad al cabo de cinco años se incrementa el 72% respecto a las pacientes no diabéticas, y el de secuelas lo hace el 40%, en ellos el riesgo de muerte es el 22% más alto y el de secuelas es del 43%.
El motivo de estas diferencias es todavía desconocido. Como apunta el coordinador del estudio, la edad a la cual las mujeres sufren un ictus es, de media, más elevada que en los hombres y su situación funcional es un poco peor. Además, los efectos son peores y los ataques, más agresivos. Unos elementos que podrían tener relación con la menopausia y la pérdida de protección hormonal, que también incrementa los efectos de la diabetes. De hecho, las pacientes con esta patología presentan factores de riesgo cardiovascular más elevados, más discapacidades y una mortalidad relacionada con problemas cardiovasculares más alta. En este sentido, “parece que las mujeres diabéticas tienen un incremento de la mortalidad atribuible a patología cardiovascular, un hecho que en este estudio no vemos en los hombres diabéticos. Esto sugiere una mayor vulnerabilidad cardiovascular en las mujeres diabéticas que han sufrido un ictus”, señala.
Seguimiento de un subgrupo de “alto riesgo”
Los resultados del trabajo pueden servir para hacer un seguimiento de lo que el Dr. Roquer llama “subgrupo de alto riesgo”. Es decir, “puede servir a los médicos de la atención primaria que siguen a estos pacientes supervivientes para identificar a este subgrupo de riesgo”, apunta el doctor, ya que “una mujer que ha sufrido un ictus y que es diabética tiene un riesgo elevado de sufrir complicaciones cardiovasculares y hay que hacerle una vigilancia más estrecha. Son pacientes de alto riesgo”.
El ictus isquémico es el tipo de ictus más habitual. Representa entre el 80 y el 85% del total. Se produce por la obstrucción de una arteria del cerebro. Hay de diversos tipos, sobre todo los aterotrombóticos y los cardioembólicos. En general, el ictus o accidente cerebrovascular, es la primera causa de muerte en mujeres y la tercera en hombres en el Estado y se calcula que afectará a 1 de cada 6 personas a lo largo de su vida. La diabetes, o diabetes mellitus, es una enfermedad metabólica. Se produce cuando el organismo hace un uso escaso de la glucosa, que actúa como fuente de energía en las células. Es una enfermedad crónica que requiere un control continuo para evitar complicaciones a largo plazo. Según la Organización Mundial de la Salud, en el mundo hay más de 347 millones de personas diabéticas.
Artículo de referencia
Soriano-Reixach MM, Vivanco-Hidalgo RM, Ois A, Rodríguez-Campello A and Roquer J (2018) Interaction of Sex and Diabetes on Outcome After Ischemic Stroke. Front. Neurol. 9:250. doi: 10.3389/fneur.2018.00250