Redacción Farmacosalud.com
“La inmensa mayoría de los quistes ováricos funcionales son benignos, aunque en algún caso podrían convertirse en cancerígenos. El riesgo de que esto ocurra aumenta con la edad”, subraya la doctora Cecilia Escayola, ginecóloga especialista en cirugía ginecológica benigna y oncológica del Hospital El Pilar-Grupo Quirónsalud (Barcelona). Un quiste ovárico funcional es una bolsa de líquido que se forma durante el ciclo menstrual mensual. Este tipo de envolturas membranosas se detectan por ecografía y, en su mayor parte, desaparecen espontáneamente tras dos o tres ciclos menstruales.
Los quistes funcionales más frecuentes son los foliculares y los del cuerpo lúteo:
• los foliculares se forman cuando el folículo no se abre para liberar el óvulo
• los del cuerpo lúteo se producen cuando la bolsa folicular, tras liberar el óvulo, no se encoge
“La mayoría de las mujeres desarrolla al menos un quiste folicular o de cuerpo lúteo mensualmente, si bien la mayoría resultan asintomáticos”, explica la ginecóloga.
Aparte de los funcionales, hay otras variantes de quistes ováricos benignos. Como más comunes, están:
• los endometriomas: se forman cuando el tejido que recubre el útero por dentro, llamado endometrio, crece fuera del útero
• los dermoides: se desarrollan a partir de células presentes ya desde el nacimiento, y pueden contener tejido como pelo, piel y dientes
• los cistoadenomas: se forman a partir de las células de la superficie del ovario. Están rellenos de líquido; suelen ser benignos pero pueden alcanzar un gran tamaño
Cuatro razones para extirpar los quistes ováricos funcionales
Según la doctora Escayola, “es necesario extirpar los quistes funcionales cuando no desaparecen tras varios ciclos menstruales, cuando aumentan de tamaño en los controles ecográficos, si provocan dolor, o si su aspecto ecográfico muestra una imagen inusual”.
La gran mayoría de estas envolturas se pueden extirpan por laparoscopia. Si el tamaño del quiste es demasiado grande, puede ser necesario realizar una laparotomía para su extracción. La eficacia del tratamiento depende del tipo de quiste, pero si se extirpa la cápsula del mismo, raramente presentan una recidiva.
Reciente hallazgo sobre el cáncer ovárico y las trompas de Falopio
“Los quistes ováricos son menos frecuentes después de la menopausia. Cuanto más mayor es la paciente, más riesgo de tener un quiste maligno”, insiste la especialista en cirugía ginecológica benigna y oncológica del Hospital El Pilar.
“Existen muchas teorías sobre las causas del cáncer de ovario. Recientemente se ha descubierto que, en una gran mayoría de los casos, el cáncer se iniciaría en las trompas de Falopio. Las células de la parte distal de la trompa se transformarían en malignas, migrarían a la superficie del ovario y ocasionarían el cáncer. Por esta razón, la extirpación de las trompas en una mujer que ya tenga su deseo genésico cumplido disminuye el riesgo de padecer un cáncer de ovario”. Los quistes ováricos malignos se pueden detectar mediante ecografía, tomografía axial computarizada (TAC) y con una analítica de sangre para medir los marcadores tumorales.