Redacción Farmacosalud.com
A ojos del ciudadano de a pie, fumar en pipas de agua o cachimbas -una moda en expansión en España asociada al ‘buen rollo’ entre colegas- da la sensación de que genera menos peligros para la salud que los cigarrillos convencionales. No obstante, desde la Sociedad Española de Cirugía Torácica y Neumología (SEPAR) no lo ven así, ni mucho menos. De hecho, los neumólogos de SEPAR consideran que fumar en pipas de agua (su tabaco contiene nicotina) es tan nocivo como fumar cigarrillos, como lo demuestra el hecho de que en otros países con larga tradición de uso de cachimbas ya se hayan recogido experiencias de intervención médica para la deshabituación tabáquica de estos dispositivos. En territorio español este fenómeno terapéutico todavía no se ha dado, si bien parece que sea cuestión de tiempo que se produzca, puesto que hay que esperar a que esos nuevos fumadores vayan enganchándose cada vez más al hábito de fumar en pipas de agua.
Esta clase de dispositivos, de origen indo-persa, reciben multitud de nombres: Narghile (nargile, argile), cachimba, hookah, shisha, boory, goza y Hubble-bubble. Constituyen un método tradicional para fumar tabaco y están ligados a las culturas orientales y del este del Mediterráneo. Para fumar en ellos, se utiliza un tabaco especial, llamado shisha o melaza, que además puede aderezarse con aditivos de manzana, miel, menta, cereza o capuchino, que endulzan o dan sabor.
Un riesgo para fumadores activos y pasivos
De acuerdo con SEPAR, las pipas de agua son un riesgo para la salud de fumadores activos y pasivos y, en ningún caso, pueden considerarse una alternativa segura al tabaco, dado que una sesión típica con estos ‘aparatos’ equivale a inhalar 200 veces el humo de un cigarrillo. Además, el humo de las pipas de agua presenta niveles altos de monóxido de carbono (CO), metales pesados y sustancias cancerígenas; por lo tanto, son un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer o de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
Asimismo, se ha visto que otras fuentes de calor, como la madera o el carbón, contienen sus propios tóxicos; compartir su boquilla entraña riesgo de infecciones, y además no están provistas de ningún sistema que las haga más seguras. Estas son las principales conclusiones sobre las pipas de agua expuestas por el doctor Jaime Signes-Costa, neumólogo del Hospital Clínico de Valencia y miembro de SEPAR, en la última Reunión de Invierno Conjunta de las Áreas organizada por esta sociedad médica.
Por todo ello, “las pipas de agua deben estar sujetas a una regulación similar a otros productos del tabaco y, en este sentido, se deben incluir avisos sobre la salud, erradicar los mensajes de ‘cero’ alquitrán y otros mensajes relacionados con ‘natural’ o ‘ecológico’, establecer programas de prevención y estrategias de cesación, prohibir usarlas en lugares públicos y hacer más educación para sanitarios”, explica Signes-Costa. De hecho, una revisión de ‘The Cochrane Database of Systematic Reviews’, comentada por él mismo, señala que existen algunos trabajos que demuestran la necesidad de establecer estrategias de deshabituación tabáquica en usuarios de pipas de agua, por la dependencia nicotínica, e insta a desarrollar estudios en este sentido.
En España, no pueden usarse en el interior de locales de ocio
De momento, el uso en España de estos dispositivos “está restringido a jóvenes, sobre todo estudiantes, con poco tiempo de exposición al humo. Pero en los países del oriente del Mediterráneo y Asia, donde su uso está extendido desde hace siglos, existe una gran casuística sobre problemas de salud asociados como EPOC, cáncer de pulmón, gástrico, etc”, establece el doctor a través de www.farmacosalud.com. Según el neumólogo, en esos países “hay estudios” sobre empleo de pipas de agua en los que se recogen “experiencias para la deshabituación tabáquica”, para la cual se utilizan “los mismos recursos farmacológicos que con el tabaco 'normal'”, dado que dichos recursos “son efectivos para el abandono de la pipa de agua”.
En caso de que una persona pidiera ayuda médica en España para dejar de fumar en cachimba, los recursos terapéuticos que podrían emplearse serían los contemplados para abandonar los cigarrillos, como la “vareniclina, bupropion o suplementos de nicotina, ya que el trasfondo del problema es el mismo: la dependencia nicotínica”, asegura Signes-Costa.
De acuerdo con el miembro de SEPAR, “cuando se utiliza tabaco (se conoce como melaza)”, el uso de pipas de agua en territorio español “tiene la misma legislación (prohibición de fumar en el interior de locales de ocio)” que otros productos vinculados al hábito tabáquico. Las pipas de agua pueden “usarse en las terrazas de los bares” e incluso “hay ocasiones en que se utilizan en el interior de los locales", alegando que "no se emplea tabaco, sino plantas aromáticas”, advierte. A todo esto, el experto recuerda que una pipa de agua convencional desprende humo y no vapor de agua: “Desprende humo que atraviesa el agua al hacer una presión negativa, mientras aspiramos o inhalamos”.
No existe ninguna evidencia de que el agua ‘purifique’ el humo
Además, avisa el doctor Signes-Costa, “no existe ninguna evidencia que demuestre que, al pasar el humo por el agua, ésta lo 'purifique'. Las pipas de agua tienen alquitrán y otros carcinógenos como el humo del tabaco. La legislación de la Comunidad Europea, aprobada en España mediante una transposición, exige que se retiren mensajes de 'ecológico', 'sano', 'natural' (asociados a estos dispositivos) para que no confundan a la población”. A juicio del facultativo, la presencia de tabaco en las pipas de agua no admite la hipotética implantación de un distintivo ‘light’, por más que el producto estuviera desprovisto de nicotina, alquitrán y todas aquellas sustancias potencialmente cancerígenas: “Bueno, si no pusiéramos tabaco, no se fumaría en pipas de agua. ¿Alguien inhalaría el humo de una chimenea de una estufa, aunque pasase el humo por agua? La respuesta es evidente”.
En los últimos años, el uso de las cachimbas se está expandiendo en todo el mundo, también en los países occidentales. Según la revisión de ‘The Cochrane Database of Systematic Reviews’, datos epidemiológicos recientes muestran que fumar en pipa de agua se ha convertido en el método de uso de tabaco más prevalente entre los adolescentes del este del Mediterráneo y el segundo más prevalente en los Estados Unidos.
Las pipas de agua se viven socialmente; a menudo se comparten entre amigos o familiares en el hogar, o en bares y cafés, donde se ofrecen a los clientes. Debido a que el humo pasa a través de un depósito de agua, fumar en cachimba se percibe -tal y como se ha apuntado anteriormente- como menos dañino que otros métodos de consumo de tabaco; así, en algunas culturas, las mujeres y las niñas son más propensas a usar una pipa de agua que a usar otras formas de tabaco, de manera que se está convirtiendo en un método muy popular entre los fumadores más jóvenes, en especial estudiantes universitarios o de bachillerato.
Un 2% de fumadores en España recurre a las pipas de agua
En el último Eurobarómetro sobre actitudes de los europeos frente al tabaco y los cigarrillos electrónicos, de 2017, al menos uno de cada tres europeos de entre 15 y 24 años (el 28%) afirma haber probado fumar en pipa de agua alguna vez; en general, el 13% de los europeos se declara fumador de estos artilugios, mientras que, en España, hay un 2% de fumadores que los utilizan.
En Estados Unidos, el estudio Monitoring The Future, publicado en ‘American Journal of Preventive Medicine’, ha evaluado cuál es el uso sostenido de esta forma de fumar versus al esporádico entre los adolescentes, mediante una amplia investigación que ha reclutado a 8.737 adolescentes americanos. El 18,8% de los participantes dijeron haber fumado en pipas de agua en el año anterior, mientras que el 7,2% dijeron hacer un uso sostenido de ellas.
Los factores de protección hallados frente al uso sostenido de pipas de agua fueron ser de género femenino, de raza afroamericana (frente a los caucásicos) y una mayor presencia de padres y madres en el hogar. En cambio, los factores relacionados con el uso sostenido de pipas de agua identificados fueron el alto nivel educativo de los ancestros, el bajo rendimiento académico (calificaciones más bajas), absentismo escolar, una menor religiosidad y más salidas durante la semana, así como citas por la noche. Los autores del trabajo señalan también que, por todo ello, las cachimbas deberían incluirse en los sistemas de vigilancia y de intervención frente al tabaquismo.
Una absorción de nicotina en una magnitud similar a la del uso diario de cigarrillos
Desde SEPAR se insiste en la idea de que la utilización de estos dispositivos no es un hábito inocuo ni menos nocivo que fumar cigarrillos convencionales. En los últimos años han proliferado diversos estudios y revisiones de la evidencia médica más actual disponible en importantes revistas científicas que así lo demuestran. Una revisión de la evidencia médica actual al respecto, publicada en ‘Nicotine & Tobacco Research’, a partir de datos de 117 adultos de Líbano, Jordania, Kuwait e India, ha concluido que el uso cotidiano de pipas de agua produce la absorción de nicotina en una magnitud similar a la del uso diario de cigarrillos. Esta equivalencia con el uso de cigarrillos de unos 10 cigarrillos/día es indicio de que el uso cotidiano de una pipa de agua puede ser un método eficaz para iniciar y mantener la adicción a la nicotina, según sintetizaron los autores del estudio.
Otra revisión publicada en ‘Chest’, utilizando la metodología de la Colaboración Cochrane, y en la que se compararon los efectos en la función pulmonar de fumadores de pipas de agua con no fumadores y fumadores de cigarrillos, ha revelado que fumar en pipas de agua afecta a la función pulmonar (evaluada mediante espirometrías) respecto a los no fumadores, sin que hayan diferencias estadísticamente significativas respecto a los resultados observados en fumadores de cigarrillos.
El estudio concluye que las pipas de agua son tan nocivas como fumar tabaco clásico y que pueden ser otra causa -como el tabaco- del desarrollo de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Otra investigación posterior, en población china e igualmente publicado en ‘Chest’, ha confirmado que fumar en pipas de agua chinas eleva el riesgo de enfermar de EPOC, incluso en las mujeres expuestas pasivamente al humo de los fumadores de pipas. Además, fumar con estos dispositivos también es un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer, puesto que llevan sustancias carcinógenas. De hecho, un estudio publicado en ‘PLoSONE’ ha concluido que las pipas de agua son un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer gástrico en hombres vietnamitas.