Redacción Farmacosalud.com
El cáncer anal ha incrementado su incidencia drásticamente en las últimas décadas[1]. Ante tal panorama, el Centro Médico Teknon de Barcelona ha puesto en marcha una nueva unidad de cribado de carcinoma anal con el fin de concienciar de la necesidad de un diagnóstico precoz para reducir la incidencia y mortalidad de este tipo de tumor. “Si bien en algunos hospitales públicos existe un servicio de cribado” de cáncer de ano, en el sector privado español “nuestro centro es el primero” que ofrece este servicio, que está “respaldado por una Unidad específica que ofrece la posibilidad de manejo de todas las formas de presentación de la patología secundaria al virus papiloma anal, como también otras enfermedades de transmisión sexual”, asegura a través de www.farmacosalud.com el doctor Eloy Espín, cirujano staff de Centro Médico Teknon de Barcelona, codirector de Coloproctología Barcelona y coordinador de la Unidad de Displasia Anal.
La nueva Unidad, impulsada por el propio Espín y el doctor Sebastiano Biondo, junto con diferentes especialistas en dermatología y enfermedades de transmisión sexual y oncología, presenta una alta especialización y multidisciplinariedad, imprescindible para el abordaje de esta patología, cuyos pacientes pueden presentar diferentes manifestaciones, por lo que a menudo se ven empujados a acudir a la consulta de varios especialistas. El nuevo servicio está compuesto por expertos en cirugía colorrectal, dermatología, ginecología, anatomía patológica, farmacia y otorrinolaringología.
La anoscopia, prueba de gran relevancia
El protocolo que se activa en la nueva Unidad aprovecha que el cáncer de cuello uterino y el cáncer anal comparten factores de riesgo para incorporar pruebas ya conocidas en revisiones ginecológicas. Los impulsores del cribado, por otro lado, destacan la anoscopia como técnica principal del proceso. Las técnicas del cribado son fáciles de realizar, no requieren ningún tipo de preparación previa por parte del paciente y presentan pocos efectos adversos más allá de leves molestias pasajeras. Todas estas características hacen de estos exámenes una herramienta esencial para detectar la presencia de lesiones anales. “Si éstas se encuentran en fases tempranas de la enfermedad sólo requieren un seguimiento o tratamiento quirúrgico local relativamente sencillo. De esta manera se evita el uso de quimioterapias o radioterapias mucho más agresivas y aumenta de forma considerable la tasa de supervivencia de los pacientes”, comenta Espín, según se refleja en un comunicado del Centro Médico Teknon-Grupo Quirónsalud.
El carcinoma de células escamosas anal supone menos de un 2% de todos los tumores del tracto digestivo en España. Pese a ser un tumor poco frecuente, en los últimos 25 años el número de nuevos casos diagnosticados ha experimentado un aumento. Este incremento está muy asociado a la práctica de relaciones sexuales anales y, como sucede con el cáncer de cérvix, a infecciones de transmisión sexual como el virus del papiloma humano (VPH). La infección por VPH es una de las más estrechamente asociadas al cáncer anal: un 88% de los pacientes de este tipo de tumor la presentan.
Actualmente, un 44% de los pacientes con cáncer anal son diagnosticados ya con la enfermedad diseminada. El retraso en el diagnóstico es un gran problema, puesto que cuando el cáncer se detecta en una fase más invasiva el tratamiento es mucho más agresivo y la tasa de supervivencia se reduce de forma considerable. Por ello es necesario establecer un sistema de cribado adecuado y extendido para poder detectar las lesiones de bajo grado y actuar para impedir el avance de la afección. El sistema de cribado que sirve como modelo es el de cáncer de cuello uterino, que se realiza desde 1975 y que desde entonces ha permitido reducir la incidencia de este tipo de tumor a la mitad.
La infección se obtiene por contacto, no necesariamente por practicar sexo anal
El cribado para cáncer anal puesto en marcha por el Centro Médico Teknon se recomienda cada 6 o 12 meses a ciertos grupos con mayor riesgo, como por ejemplo pacientes que tengan antecedentes de lesiones condilomatosas anales o genitales o cáncer de ano, hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres, mujeres que practican sexo anal, pacientes infectados con VIH o pacientes inmunosuprimidos por tratamiento corticoide o asociado a trasplantes de órganos. “La infección por virus papiloma anal se obtiene por contacto, no necesariamente por practicar sexo anal, así que tanto las personas inmunodeprimidas como el resto de pacientes pueden tener condilomas en la región anal sin haber practicado sexo anal. Cuando hay antecedentes de sexo anal, la afectación puede ser no sólo de la piel del ano sino también del canal anal, que sólo se podrá ver por medio de una anoscopia. De hecho, casi el 85% de los pacientes con condilomas de la piel anal tienen condilomas en el interior del canal anal”, expone el doctor Espín.
Sea como fuere, allá donde esté involucrada este clase de penetración sexual, el uso del preservativo puede prevenir el cáncer de ano, tal y como recuerda el galeno: “Obviamente, el uso de preservativo es un método altamente eficaz como método de prevención no sólo de la afectación por virus papiloma anal, sino de todas las infecciones de transmisión sexual”.
Hay que superar los posibles prejuicios sobre el sexo anal y realizarse la prueba diagnóstica
Existen diferentes y sencillas modalidades de pruebas diagnósticas que permiten detectar la presencia de lesiones desde las primeras fases de la enfermedad. Algunos de los principales estudios que se realizan son un examen digital ano-rectal, un examen visual de la piel perianal y una citología Papanicolau anal. La citología se realiza también en revisiones ginecológicas y permite recoger muestras de células para determinar, mediante su análisis con el microscopio, la presencia de una infección por VPH. Igual que en las revisiones de cuello de útero, detectar esta infección permite conocer si existe riesgo de desarrollar cáncer anal. Aun así, para mejorar la sensibilidad de estas pruebas, se recomienda complementar el estudio con una anoscopia de alta resolución. La anoscopia permite visualizar en detalle el interior del ano, tomar muestras microbiológicas y realizar biopsias en caso de que existan lesiones. Es útil también para captar imágenes que informen sobre las características y la evolución de las lesiones de cada paciente.
“La visita a estos/as pacientes -detalla el facultativo- empieza por unas preguntas sobre su salud y hábitos, una historia clínica. Posteriormente hacemos una exploración anal (y genital si es preciso) y posteriormente hacemos la citología (Papanicolau) y la anoscopia de alta resolución. En la anoscopia de alta resolución se realizan biopsias si se observan lesiones. Todo este proceso suele tomar entre 20 y 30 minutos, mientras que los resultados de todas las pruebas se tienen por lo general a los 5-7 días como máximo, aunque muchas de ellas están en menos de 3 días”.
Cuando se habla de sexo anal, es inevitable pensar que puede haber personas -por ejemplo mujeres- reticentes a la hora de realizarse las pruebas por razones de timidez, dado que pueden tener el prejuicio de que esa práctica sexual es algo ‘marginal’ (en la población femenina) y que, por tanto, no va con su imagen, con lo cual les daría reparo contar que la han experimentado una o más veces. El doctor Espín certifica que esa realidad existe: “Estas patologías siempre llevan estos problemas de vergüenza o reticencias en algún porcentaje de pacientes. Sin embargo, esto, aunque totalmente comprensible, no debe detener a las y los pacientes a la hora de ser valorado/as de una forma metódica, ya que la ausencia de valoración y tratamiento de estas lesiones sólo lleva a una afectación progresivamente mayor en cuanto a zona afectada y de mayor gravedad en los casos de displasia. Por supuesto que los equipos médicos que tratan a estas personas intentan que el ambiente de tratamiento sea de lo más cálido y totalmente respetuoso con la intimidad de cada paciente”.
Referencias
1. Presencia GJ., Pastore RLO., Svidler López L., Sidra GL., Orellana MA., Piccone M., Tejo M. “Detección Temprana de la Displasia Anal con Citología (PAP) y Anoscopía de Alta Resolución (AAR) en la Población de Riesgo: Experiencia Inicial”. REV ARGENT COLOPROCT | 2015 | VOL. 26, Nº 1 : 12-16. Difusión online: http://www.sacp.org.ar/revista/18-numeros-anteriores/volumen-26-numero-1/117-gisela-j-presencia