Redacción Farmacosalud.com
El doctor Carlos A. Jiménez Ruiz, neumólogo y presidente electo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), advierte a través de www.farmacosalud.com que el novedoso dispositivo IQOS (I Quit Ordinary Smoking), iniciales en inglés de ‘dejo el tabaco habitual’ -calentando el tabaco pero sin quemarlo-, “no sirve para ayudar a dejar de fumar” ni está diseñado para que se fume menos: “IQOS no está diseñado para fumar menos. Debe tenerse en cuenta que la dosis de nicotina que se inhala con este dispositivo es similar a la que se inhala con el cigarrillo normal”.
En cuanto a la posibilidad de que el IQOS se convierta en un dispositivo que pueda servir para iniciar en el consumo convencional de cigarrillos, pasando previamente por una etapa (la etapa IQOS) teóricamente más light de consumo de tabaco, Jiménez Ruiz comenta que “no hay datos científicos para poder responder a esa cuestión”, dado que el nuevo sistema “lleva muy poco tiempo en el mercado”.
Calentar el tabaco sin llegar a superar los 1.000 grados
El método IQOS funciona calentando el tabaco pero sin quemarlo, ya que se calienta a temperaturas que llegan a 350-400 grados, pero sin llegar a los registros por encima de 1.000 grados que se alcanzan cuando el tabaco se quema, como ocurre en el caso de los cigarrillos normales. De esta forma, no se produce pirólisis -o cambios irreversibles de la composición química del tabaco debido al calentamiento a altas temperaturas- y, en consecuencia, el humo que se libera es portador de un menor número de sustancias tóxicas para el fumador. De todos modos, el doctor Jiménez Ruiz puntualiza que el humo que se libera con el IQOS tiene potencial cancerígeno.
De hecho, desde SEPAR se citan estudios recientes en los que se demuestra que el IQOS no evita la presencia de sustancias tóxicas que son nocivas para el organismo del fumador. Uno de estos estudios es el publicado por el Dr. Reto Auer y otros autores en ‘JAMA Internal Medicine’, en el que se compara el contenido del humo de IQOS con el de los cigarrillos convencionales, encontrando componentes volátiles orgánicos e hidrocarburos policíclicos aromáticos en el humo de IQOS. Además, el humo de este nuevo método para fumar contenía el 84% de nicotina hallada en el humo de los cigarrillos convencionales.
Presencia mayor de un hidrocarburo aromático cancerígeno, el acenafteno
La mayoría de los elementos del humo de IQOS se encontraron en menor concentración que en el humo de cigarrillos convencionales, pero hubo un hidrocarburo policíclico aromático cancerígeno, el acenafteno, que se detectó en una concentración en humo de IQOS de más del doble que la que se encontró en los cigarrillos convencionales. Tras estos hallazgos, los autores concluyeron que el humo liberado por IQOS contiene elementos tóxicos para la salud de las personas que utilizan estos dispositivos.
Otro estudio destacable es el solicitado por el Gobierno japonés para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, a requerimiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En este trabajo, publicado en ‘Journal of UOEH’, el Dr. Kanae Bekki y otros autores demostraron que había presencia de tóxicos en el humo de la corriente principal de tabaco de los IQOS, algunos en similar cantidad a los cigarrillos habituales y otros en menor cantidad, y asumieron que parte de estas sustancias pueden pasar al humo exhalado por los fumadores. Y concluyeron que el consumo de IQOS puede producir daños tanto en fumadores activos como pasivos de estos dispositivos.
“La utilización de IQOS no reduce de forma significativa la cantidad de nicotina inhalada en comparación con la que se inhala de un cigarrillo normal. Además, aunque con la utilización del IQOS la cantidad que se inhala de otras sustancias tóxicas (formaldehído, acetaldehído, nitrosaminas, todas ellas sustancias que producen cáncer) es menor que la que es inhalada con el de los cigarrillos normales, hay que destacar que esta cantidad es suficiente para ser tóxica para la salud. Luego, el IQOS sigue siendo un dispositivo tóxico para la salud de aquellos que lo utilizan”, señala el presidente electo de SEPAR en unas declaraciones difundidas por esta sociedad médica. En definitiva, que si bien el nuevo dispositivo “libera sustancias tóxicas en menor cantidad que los cigarrillos normales”, lo que hay que hacer es “desarrollar dispositivos que no liberen ningún tipo de sustancia tóxica y que su consumo sea inocuo”, y “este no es el caso de IQOS”, apunta.