Redacción Farmacosalud.com
Es el más pequeño, si bien sus prestaciones son gigantescas. El dispositivo de neuroestimulación Intellis es el que presenta más reducidas dimensiones -algo superior al diámetro de una moneda de 50 céntimos-, pero es muy eficaz aliviando el dolor, siendo además biocompatible -por lo que no presenta problemas de efectos adversos en su colocación- y tener la ventaja de recargarse en menos de 60 minutos, lejos de las tediosas esperas de varias horas que propiciaban las baterías de antes. Y, por si esto fuera poco, el paciente puede seleccionar el programa de estimulación que le permita controlar de la mejor manera posible, y en todo momento, sus molestias. Intellis ya ha llegado a España después de que el Hospital General Universitario de Valencia haya implantado con éxito, por primera vez en territorio español, el nuevo neuroestimulador en la columna de un paciente afectado por dolor crónico. De este modo, se convierte en el primer centro hospitalario de España en ofrecer a sus pacientes la plataforma de neuroestimulación Intellis para el abordaje de determinados tipos de dolor crónico intratable.
Los sistemas de estimulación medular se componen principalmente de dos elementos: por un lado, los electrodos -donde se emite la corriente eléctrica terapéutica- se alojan en el espacio epidural, en la vecindad de la médula espinal, modulando la señal que entra a través de las raíces y cordones posteriores, mientras que la batería se aloja debajo de la piel, normalmente en el abdomen o en la región glútea. “Los impulsos eléctricos que el paciente recibe se superponen con la zona de emisión de la señal del dolor y con ello se consigue el efecto terapéutico”, explica a www.farmacosalud.com el doctor José De Andrés, jefe del servicio de Anestesia, Reanimación y Tratamiento del Dolor del Hospital General Universitario de Valencia, y encargado de realizar la primera intervención en España para la colocación del nuevo dispositivo.
Candidatos a estimulación medular: pacientes con dolor crónico neuropático o vascular
La indicación de pacientes candidatos a estimulación medular (SCS) se centra preferentemente en dolor crónico de tipo neuropático o vascular. El dolor somático o nociceptivo no es, en principio, indicación. Para que la técnica fructifique, es imprescindible la integridad del Sistema Nervioso Central. Es más eficaz cuando el dolor es localizado y sobre todo axial (en MMSS y MMII). Según el facultativo, la edad del paciente “no es nunca una contraindicación absoluta” a la hora de someterse a este procedimiento, “pero puede ser relativa en relación con el conocimiento para el manejo de los sistemas, dado que tecnológicamente son muy avanzados y precisan que el paciente interactúe y los sepa manejar en todos sus parámetros, como con cualquier otra tecnología de carácter informático y electrónico”.
“La neuroestimulacion medular proporciona un alivio del dolor efectivo, lo cual permite reducir la medicación mejorando la calidad de vida de los afectados: gracias a la implantación quirúrgica de unos electrodos en la médula espinal del paciente, éstos, a través de un generador, producen un estímulo eléctrico que bloquea o modula la señal de dolor impidiendo que llegue al cerebro. Las ventajas de este tipo de dispositivos es que ‘se ajustan automáticamente para administrar la dosis adecuada en la ubicación correcta, ya que el objetivo del dolor cambia según la posición del cuerpo. Además, mejora la comunicación médico-paciente al rastrear y compartir las actividades diarias, posiciones corporales y uso de la terapia y ofrecer a los médicos una visión objetiva de la movilidad y el progreso’", certifica el doctor De Andrés.
Cualquier paciente implantado con el nuevo sistema puede someterse a una RMN
De acuerdo con el experto, la única contraindicación para la implantación del neuroestimulador Intellis es que el sistema nervioso “no esté integro” por la presencia de alguna lesión medular específica, o que exista una infección en la zona del implante.
“En el pasado -prosigue-, la realización de una resonancia magnética (RMN) era una contraindicación en un paciente portador de estimulador medular. Se ha demostrado que el 82% de los pacientes implantados con un neuroestimulador medular necesitan una RMN en los primeros 5 años, por lo que resulta una prueba fundamental para diversas patologías, muchas de ellas de columna. Al hacer una RMN se genera un campo electromagnético que tiene como consecuencia el calentamiento de los elementos metálicos, con el consiguiente riesgo para el paciente, lo que hacía que fuera una contraindicación relativa la realización de RMN en pacientes portadores de sistemas de neuroestimulación. El sistema actual cuenta con una tecnología que apantalla el campo electromagnético, consiguiendo distribuir el aumento de temperatura de forma global sin alcanzar en ningún caso temperaturas lesivas en ninguna parte del sistema. Por ello, cualquier paciente implantado con estos sistemas puede hacerse una RMN como un paciente no implantado, accediendo así a la mejor prueba diagnóstica posible”.
Si el paciente queda asintomático, puede apagarse el sistema
La colocación del novedoso dispositivo no puede acarrear efectos adversos, ya que el neuroestimulador está hecho de material biocompatible. Una vez implantado, se entiende que Intellis es para toda la vida, tal y como subraya el jefe del servicio de Anestesia, Reanimación y Tratamiento del Dolor del Hospital General Universitario de Valencia: “El sistema está implantado para el control de un problema crónico de dolor por enfermedad que lo crea y mantiene, por lo que se entiende que es ‘para siempre’. El paciente puede evolucionar a peor, pero también a mejor, y si se encontrara asintomático posiblemente no precisaría el sistema. En esos casos aconsejamos apagar el sistema pero en ningún caso retirarlo, pues la enfermedad puede cambiar y precisar el paciente el uso del dispositivo de nuevo en el futuro, para lo cual siempre lo tiene accesible para la terapia”. La batería sólo pierde un 5% de su capacidad a los 9 años y posteriormente a este período sigue funcionando, quedando a criterio del médico el reemplazo de la misma.
Las cargas de energía de Intellis deben realizarse según el consumo realizado, como ocurre con cualquier otro aparato (por ejemplo, un teléfono móvil), o sea, no hay unas ventanas de tiempo prestablecidas para la realimentación. Tiempo atrás, los pacientes requerían de varias horas para recargar la batería, lo que daba lugar a “un proceso tedioso y pesado. Ahora, en menos de una hora consiguen recargarla, mejorando así su calidad de vida. Además, para el cirujano tiene la ventaja de poder implantarse a una distancia más profunda que con las anteriores”, aduce el doctor De Andrés. A lo que añade: “El paciente no tiene más que recargar las baterías cuando precisa y seleccionar el programa de estimulación más adecuado -entre los que se le dejan programados- para el mejor control de sus molestias en cada momento del día y a lo largo del tiempo”.
Por otro lado, el novedoso sistema tiene un protocolo Wireless que evita riesgos de infección en quirófano. También dispone de una plataforma completamente nueva de programación a través de una Tablet preparada para dar paso de forma automática a futuras actualizaciones, impidiendo con ello la aparición de posibles situaciones de obsolescencia. Asimismo, la nueva interfaz ofrece un diario de actividad del paciente, lo que permite mostrar de forma sencilla su evolución y, de este modo, el especialista obtiene datos objetivos del progreso logrado.
Un tamaño un 30% más pequeño respecto a su predecesor
Por último, el doctor De Andrés no descarta que el tamaño del nuevo dispositivo, actualmente algo superior al diámetro de una moneda de 50 céntimos, pueda reducirse aún más en modelos futuros: “Pesa tan sólo 29 gr… sus dimensiones de 57 mm x 47 mm x 6 mm con un volumen menor de 13 cm3 lo convierten en el neuroestimulador implantable más pequeño del mercado. Respecto a modelos anteriores, esto supone un tamaño un 30% más pequeño que su predecesor. Sin duda alguna, los materiales, la electrónica y los procesadores informáticos, así como los sistemas de almacenamiento de energía, evolucionarán con el tiempo, por lo que debemos esperar cambios en el futuro y ajustes en el tamaño”.
Uno de cada cinco adultos en Europa sufre dolor crónico de moderado a grave, una patología que implica un gran impacto personal y social por repercutir negativamente en todos los aspectos de la vida diaria.