Redacción Farmacosalud.com
A juicio del doctor Javier Crespo, presidente electo de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) y jefe de servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander), la tendencia de no ingerir gluten en personas sanas “es una moda fomentada por la industria que a su vez fomenta que muchos personajes ilustres digan cómo ha mejorado su vida cuando han dejado de comer gluten sin ser celiacos”. A su entender, si se extiende mucho el consumo de alimentos sin esta proteína, “dificultaremos mucho que los pacientes que tienen la enfermedad celiaca sean reconocidos en su enfermedad y tengan alguna ayuda para la compra de alimentos sin gluten, que dicho sea de paso, son mucho más caros que los que tienen gluten”.
Otro de los temas que ha merecido la atención del doctor Crespo es el relativo al “exceso de prescripción” de los inhibidores de la bomba de protones (IBP), como el omeprazol, del que ha venido comentándose que en muchas ocasiones se receta como protector gástrico para contrarrestar fármacos que en realidad no son gastrolesivos. En este sentido, Crespo considera que habría que aprender a no hacer nada -no recetar- cuando no hay que hacer nada, ya que en la medicina se tiende a “‘hacer cosas a los pacientes’ y ‘cosas con los pacientes’, y en ocasiones hay que ‘no hacer’. Y quizás una de las cosas que tenemos que llevar a cabo en la próxima junta es enseñarnos y enseñar a nuestros asociados ‘qué no hacer’ en patología digestiva”. Por otro lado, el presidente electo de la SEPD es partidario de que las sociedades españolas de Digestivo trabajen juntas: “La SEPD y la Asociación Española de Gastroenterología (AEG) debieran formar un cuerpo único; no sé si un cuerpo único con dos cabezas, o una cabeza con dos cuerpos, pero debiéramos estar unidos”.
-Usted, que ha sido elegido presidente de la SEPD, y su nueva junta iniciarán su mandato en junio de 2018. ¿Creen que hasta que llegue ese momento pueden cambiar muchas cosas en el ámbito de Digestivo en España?
Aunque la junta inicia su mandato dentro de 8 meses, lo cierto es que en la Sociedad Española de Patología Digestiva tradicionalmente hacemos algo que es muy útil: en el año previo, como es este año, el presidente electo ya comparte la presidencia. En este caso, la comparto yo con el doctor Carballo (Fernando Carballo). Digamos que este período de transición sirve de aprendizaje para mí, para que me ponga al día de todas las actividades de la Sociedad, y de igual modo sirve para dar ya un pequeño impulso a lo que haremos con nuestro programa.
No creo que haya cambios significativos en nuestra especialidad en los próximos meses, si bien habrá muchos en los próximos años.
-Uno de los objetivos de la nueva junta es trabajar de forma conjunta con la Comisión Nacional de la Especialidad con el objetivo de crear una especialidad moderna, con un período de formación no inferior a cinco años y culminado por un periodo opcional y restringido de formación específica en Hepatología Avanzada y Endoscopia Avanzada. ¿Por qué se incide especialmente en la endoscopia avanzada?
En Europa, la formación en la especialidad de Aparato Digestivo tiene una duración media que se sitúa entre los 6 y los 6 años y medio. En España, en este momento la duración es de 4 años. Por lo tanto, y a pesar de que la sanidad española tiene muy buenos especialistas, la formación que hay en nuestro país es insuficiente. Nosotros hemos planteado que la preparación mínima necesaria para un especialista de Digestivo sea de 4 años de formación específica, más lo que dure el período troncal. Eso es importante, porque el período troncal podría durar un año o más de un año, en cuyo caso nuestra especialidad duraría 4 años, más el período troncal.
Nosotros ya hemos remitido al consejo nacional de sociedades médicas nuestra propuesta de programa formativo, es decir, un período de preparación específica de 4 años, más la formación troncal. Nuestra especialidad, diría yo, combina como muy pocas otras la parte teórica, de conocimiento clínico, con la parte instrumental, y con 4 años, insisto, no quedamos totalmente formados en endoscopia avanzada, por decirlo de alguna forma. Y tampoco avanzamos lo suficiente en hepatología. ¿Y por qué no hablamos de otras áreas de capacitación específica? Porque creemos que la doctrina que debe tener un área de capacitación específica la cumplen perfectamente hepatología y endoscopia. Otras áreas de nuestra especialidad, como enfermedad inflamatoria intestinal, motilidad o ecografía, tienen un contenido docente que no da para un área de capacitación específica, aunque sí para una especialización.
Y por eso nuestra idea sería la de cuatro años más el período troncal… y aquellos especialistas que desearan profundizar, pues ahí estaría un área de capacitación específica, no inmediatamente después de la anterior -sino cuando ya sean adjuntos-, de un año y medio o dos, en hepatología o endoscopia, ya dirigida a aquellos profesionales que se vayan a dedicar a una de estas especialidades.
-Otros de los retos de la SEPD son potenciar la visibilidad de la especialidad tanto desde el punto de vista institucional como social, e incrementar el trabajo conjunto con sociedades hermanas del ámbito digestivo. ¿Qué medidas han pensado para conseguir hacer realidad esos objetivos?
Nosotros tenemos una fundación, que es la Fundación Española del Aparato Digestivo, que tiene una buena visibilidad en la sociedad en general. Pero tenemos que aumentar claramente esa visibilidad. En segundo lugar, tenemos que incrementar la capacidad formativa de nuestra Sociedad, que es muy elevada, pero tenemos que incrementarla.
Y en tercer lugar, es absolutamente imprescindible, desde mi punto de vista, que las sociedades españolas de Digestivo trabajemos juntas. Es un imperativo en el futuro… vamos a tener dificultades incluso para la financiación y… me voy a atrever a decirlo: la SEPD y la Asociación Española de Gastroenterología (AEG) debieran formar un cuerpo único; no sé si un cuerpo único con dos cabezas, o una cabeza con dos cuerpos, pero debiéramos estar unidos. Como yo lo veo, la SEPD y la AEG son el tronco del árbol y las otras sociedades de Digestivo son las ramas, en algunos casos muy bien desarrolladas, con una labor extraordinariamente fructífera, pero son ramas. Esas otras organizaciones, y lo digo con todo el cariño del mundo, son sociedades derivadas de un tronco común, la SEPD y la AEG. ¿Cómo adoptar ese cuerpo único? Pues, necesariamente, de la única forma que creo que se puede hacer: hablando, hablando mucho y aproximando nuestras posiciones.
-Hay una prescripción excesiva de omeprazol como protector gástrico porque se ha prescrito para contrarrestar fármacos que no son gastrolesivos[1], se sostenía hace un par de años. ¿En España, actualmente se está superando esa tendencia o estamos igual que antes?
Sigue habiendo un exceso de prescripción de IBP’s, como hay un exceso de prescripción de otros fármacos. Los inhibidores de la bomba de protones (IBP), el omeprazol y derivados, son fármacos que, debido a su extraordinaria eficacia y perfil de seguridad, se popularizaron hace ya dos décadas. Es obvio que hemos conseguido avances extraordinarios, ya que prácticamente no hay hemorragias digestivas graves, no hay perforados, no vemos úlceras complicadas… eso es un avance indudable, pero es cierto que hay una prescripción exagerada.
La Sociedad ha hecho estudios para poner de manifiesto esta situación, pero bueno, habrá que insistir. Por eso digo que todo esto es formación; hay que insistir en la formación. De cualquier forma, en la medicina actual los médicos perdemos poco tiempo en un aspecto, que es el de ‘qué no hacer’, porque hemos aprendido ‘en el hacer’, o sea, siempre tenemos que ‘hacer cosas a los pacientes’ y ‘cosas con los pacientes’, y en ocasiones hay que ‘no hacer’. Y quizás una de las cosas que tenemos que llevar a cabo en la próxima junta es enseñarnos y enseñar a nuestros asociados ‘qué no hacer’ en patología digestiva. Este sería un buen mensaje.
-¿Qué le parecen los últimos avances terapéuticos en el campo del síndrome del intestino irritable?
Creo que todos convenimos que el síndrome del intestino irritable es un cajón que forma parte de una caja no sé si negra, pero bastante oscura todavía, en la que probablemente se mezclan más de una entidad y eso hace que la terapia no sea muy eficaz. Con todo, ha habido dos avances trascendentales para el tratamiento no curativo pero sí sintomático de los pacientes, que son aquellos pacientes que tienen perfiles extremos de la enfermedad, con una diarrea muy intensa o un estreñimiento predominante.
-¿A ojos de un gastroenterólogo, la moda de no ingerir productos con gluten en personas no celíacas es una tendencia, o bien una preocupación?
La sensibilidad al gluten no celiaca es una entidad clínica que no sabemos si existe. Es decir, no tenemos certeza absoluta de que exista, aunque hay algunas evidencias indirectas de que sí. Dicho esto, no hay ninguna duda de que el no consumo de gluten en personas no celíacas es hoy en día una moda. Y yo diría que es una moda -me van a perdonar-, una moda interesada, es una moda fomentada por la industria… no acuso a nadie, porque no sé qué industrias… pero claramente es una moda fomentada por la industria que a su vez fomenta que muchos personajes ilustres digan cómo ha mejorado su vida cuando han dejado de comer gluten sin ser celiacos. Y esto tiene una connotación muy importante, porque si se extiende mucho la dieta sin gluten y el consumo de alimentos sin gluten, dificultaremos mucho que los pacientes que tienen la enfermedad celiaca sean reconocidos en su enfermedad y tengan alguna ayuda para la compra de alimentos sin gluten, que dicho sea de paso, son mucho más caros que los que tienen gluten.
Debe haber un grupo de personas, creemos que pequeño, que no son celiacas como tales, y que sin embargo sí son sensibles al gluten, por lo que el gluten les hace un daño, claro, pero es un pequeño porcentaje. Del resto que comen sin gluten y no son celiacos, hay un gran porcentaje que adopta esta dieta sin ninguna evidencia de que, haciéndolo, vaya a suponer alguna ventaja en su vida.
-Uno de los factores asociados al reflujo (gastroesofágico) y que cada vez va cobrando mayor relevancia es el sobrepeso y la obesidad […] Los datos sobre la obesidad son epidemiológicamente muy relevantes, si tenemos en cuenta que este es un problema creciente en la población española[2]. ¿El reflujo es, pues, un problema en expansión en España?
Yo diría que el reflujo es el problema menos importante de los que induce la obesidad. Es decir, la obesidad es, claramente, un problema en los países occidentales, un problema extraordinariamente importante… es probablemente el problema de salud más importante que vamos a tener en los próximos años, si exceptuamos el cáncer en su conjunto. Produce un deterioro de la calidad de vida incuestionable y una disminución de la cantidad de vida muy notable. De hecho, los obesos mórbidos viven de media 10 años menos. Asimismo, induce a numerosos cambios: un obeso tiene más probabilidades de tener diabetes, una enfermedad cardiaca, enfermedad hepática, patologías digestivas, etc. Es decir, hay un compendio de enfermedades asociadas a la obesidad, y entre ellas hay un incremento del reflujo, sin duda. Cuando escuchamos a alguien con reflujo que pregunta ‘¿oiga, qué puedo hacer por mí mismo como paciente?’, siempre contestamos lo mismo: ‘Adelgace, tenga un peso lo más cercano posible a la normalidad’. Pero, insisto, el reflujo es sin duda una manifestación menor de la obesidad, hay muchas otras mayores.
-¿Existe algún avance diagnóstico o terapéutico que está cerca de materializarse que quiera destacar?
Yo destacaría 4 avances. Por ejemplo, en los últimos 3 años hemos asistido a la curación de la hepatitis C. Probablemente es el avance más disruptivo en la historia de la medicina del siglo XXI, dado que se trata de una enfermedad infecciosa crónica que era la causa de muerte de varios millones de personas en el mundo que ahora se puede curar con una pastillita, cuyas dosis se dan a lo largo de un período de 3 meses. Para hacernos una idea, la hepatitis C es la causa más frecuente de cáncer de hígado, es la causa más frecuente de cirrosis hepática, es la causa más frecuente de hospitalización por enfermedad hepática y es la causa más frecuente de trasplante hepático. No estamos hablando de una patología menor… si digo que va a desaparecer en breve, probablemente sea un exagerado, pero está disminuyendo en España y en el mundo -por desgracia, sólo disminuye en las zonas del mundo donde se tiene acceso a los nuevos tratamientos- de una forma estratosférica.
En segundo lugar, en el apartado del Tubo Digestivo, los avances que se van a producir en los próximos años se centran en la microbiota. Va a suponer un cambio en el abordaje de muchas enfermedades del Aparato Digestivo y de algunas de fuera de dicho Aparato. Todavía aquí nos queda un caminito para pasar de la investigación básica a la traslacional y después a la clínica… pero estamos en el camino.
En tercer lugar, el tratamiento de la obesidad en sus múltiples factores nos va a ocupar a médicos de Digestivo, a los ‘endocrinos’, a los cardiólogos y a muchos otros. La investigación que existe sobre los trastornos asociados a la obesidad es tan intensa que creo que no en muchos años tendremos pastillas que serán capaces de controlar mejor la saciedad, o controlar mejor el apetito, o incrementar el metabolismo basal para que la pérdida de peso sea mayor. Y esto será también un aspecto importante.
Y en cuarto lugar, la endoscopia intervencionista ya es en muchas ocasiones sustituta de procesos quirúrgicos; hace no más de 10 años que pensábamos que era imposible que esos procesos se abordaran desde un punto de vista no quirúrgico, como por ejemplo las necrosectomías pancreáticas. Hablamos de proceder a la limpieza de la cavidad abdominal mediante un tubo introducido a través de la boca y la realización de un orificio en el estómago, a través del cual se limpia el peritoneo. Es una técnica habitual ya en nuestros hospitales. En los próximos años habrá técnicas muy similares que sustituirán a procedimientos quirúrgicos.
Referencias
1. Rodríguez-Téllez M. “Hay una prescripción excesiva de omeprazol como protector gástrico”. Noticia con declaraciones en www. farmacosalud.com. Difusión online: http://farmacosalud.com/hay-una-prescripcion-excesiva-de-omeprazol-como-protector-gastrico/
2. Serra Pueyo J. ‘Puesta al día en el reflujo gastroesofágico’. Gastroenterol Hepatol 2014;37:73-82 - DOI: 10.1016/j.gastrohep.2013.11.00. Difusión online Elsevier http://www.elsevier.es/es-revista-gastroenterologia-hepatologia-14-articulo-puesta-al-dia-el-reflujo-S0210570513002781