Redacción Farmacosalud.com
Seguramente, muy pocos hombres fumadores de marihuana sabrán que consumir dosis elevadas de esta droga y a lo largo de muchos años puede acarrearles un engrandecimiento de sus pechos, lo que se conoce como ginecomastia o aumento del volumen de la mama masculina por desarrollo del tejido mamario. Según el doctor Gabriel Planas, subdirector médico de Clínica Planas y cirujano plástico, fumar marihuana es sólo una de las causas de esta alteración, ya que existen muchas otras: problemas de poca producción de testosterona como tumores testiculares, alta producción de estrógenos, consumo de esteroides, administración de una gran variedad de medicamentos, factores familiares hereditarios, etc.
De todos modos, lejos de lo que se pueda pensar, la ginecomastia es un proceso muy natural en ciertas fases de la vida. “Es normal en neonatos (recién nacidos), adolescentes y ancianos; la ginecomastia no es siempre patológica sino totalmente normal en estos 3 grupos”, ha explicado Planas, quien ha añadido que en estos tres colectivos de población el proceso ginecomástico alcanza al 60% de los individuos, por lo que “es más normal que anormal” en bebés, púberes y personas de edad avanzada. “Fuera de estas edades es cuando la ginecomastia sería patológica”, ha detallado el doctor.
Ginecomastia por pechos pequeños, pero con forma femenina
La ginecomastia es una patología que, lógicamente, redunda en el estado anímico de los afectados, según ha relatado Planas: “Hay gente que viene con mucho complejo y cada uno lo vive a su manera; hay gente que sencillamente dice ‘en la playa me da un poco de apuro y no voy’, y otra gente va siempre con ropa suelta. De las patologías que pueda tener un hombre, es de las que más acompleja”.
Además, cuando se habla de esta alteración mamaria masculina no todo es el volumen del contenido, sino que también influye la forma del continente, en tanto que hay hombres que presentan un pecho pequeño pero con “forma muy femenina”, lo que les provoca “mucho complejo”, ha argumentado el cirujano plástico. “Un pecho femenino (en el hombre) acompleja mucho y el hombre se lo quiere quitar”, ha apostillado.
Implantes para lucir un pectoral con aspecto de musculación
En plena y creciente preocupación masculina por la imagen corporal, la ginecomastia no debe confundirse con la voluntad estética de algunos hombres de querer lucir un pecho musculado sin haber ‘trabajado’ mediante ejercicio físico -o haberlo hecho de manera insuficiente- esa zona de su anatomía. La manera más rápida de lucir una musculación de tal calibre es recurrir a la colocación de unas prótesis que no son de mama, sino pectorales: “Existen unos implantes de ‘silastic’ que simulan un pectoral desarrollado, es un implante que simula que el pectoral está más fortalecido por el ejercicio; no es una operación que se haga muy a menudo, pero existe”, ha subrayado el experto.
La ginecomastia tampoco debe confundirse con la pseudoginescomastia o falsa ginecomastia, que es cuando se acumula grasa en el pecho por motivos de obesidad. Es decir, en una pseudoginecomastia sólo hay más grasa y no hay desarrollo de la glándula. Para tratar esta última alteración procede una liposucción, mientras que para una ginecomastia en ocasiones no basta sólo con una liposucción, dado que en algunos casos hay que resecar un botón glandular, es decir, actuar en una zona de la glándula mucho más compacta. Lo que se hace entonces es practicar una pequeña incisión de unos 2 centímetros o menos en el borde inferior de la aureola, pero siempre acompañada de liposucción “porque en toda ginecomastia aparte de haber glándula también hay grasa”, ha afirmado el doctor.
Tras una ‘lipo’, puede engordar y también adelgazar la zona tratada
Por lo que respecta a la posibilidad de que alguien operado de pseudoginecomastia pueda volver a acumular grasa en la mama, el doctor ha explicado que, en efecto, puede producirse una nueva acumulación de dicha sustancia en la zona tratada, pero también puede producirse todo lo contrario: un adelgazamiento de esa área. De hecho, en una liposucción se saca un acúmulo localizado de células grasas, células que se hinchan en procesos de engorde y que se vacían cuando adelgazamos. Tras la intervención, en el área tratada se deja intacta una porción de tejido, algo así como un ‘pellizco’, dado que “siempre hay que dejar algo, si no la piel se queda pegada al músculo”, dice el doctor. Así las cosas, esa porción “puede engordar o adelgazar si esa persona engorda o adelgaza, pero es casi imposible que pueda volver a tener lo mismo que antes porque esas células grasas ya no están, con lo cual no se pueden volver a llenar de ‘aceite’, por decirlo de una manera didáctica”, ha comentado Planas.