Redacción Farmacosalud.com
Desde la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (CAMFiC) se aboga por la desprescripción -o sea, la retirada de determinados fármacos- en ancianos polimedicados debido a que son pacientes que a menudo sufren efectos adversos derivados de tanta medicación. Tanto es así, que el fenómeno de los efectos adversos provocados por la polimedicación constituye, en el colectivo de personas de edad avanzada, “la causa más frecuente” de visita a Urgencias, asegura la doctora Josefa Bertran, miembro del Grupo de Trabajo de Personas Mayores de CAMFiC y médica de la Unidad de Cronicidad Compleja del Baix Llobregat Nord (UTACC) [Barcelona]. Para Bertran, las estatinas forman parte del grupo de medicamentos que podrían ser desprescritos en este tipo de enfermos: “Las estatinas, medicamentos para el colesterol, tienen efectos secundarios importantes y no hay estudios ni evidencias de estos fármacos en personas mayores”.
De acuerdo con la especialista, los pacientes y familiares “más frecuentadores de los servicios médicos" e individuos de "según qué niveles culturales” son los que más se resisten a la retirada de medicamentos de las pautas farmacológicas. De hecho, la desprescripción genera, en ocasiones, escenas de tensión en la consulta, algo que para la doctora Bertran “es comprensible” porque si un médico les dice a esas personas “que un fármaco es para toda la vida y luego vas y propones que se deje de tomar, con todas las explicaciones que les puedas dar, si no hay un marco de confianza no van a querer desprescribir”.
-¿Cuál es el perfil de anciano polimedicado candidato a una desprescripción?
Paciente pluripatológico o multifrecuentador, con intervención de distintos profesionales de niveles asistenciales diferentes.
-¿En cualquier caso, qué tipo de fármacos se pueden desprescribir, o sea, se retirarían al paciente anciano polimedicado y éste debería dejar de tomarlos?
• Las estatinas, medicamentos para el colesterol, tienen efectos secundarios importantes y no hay estudios ni evidencias de estos fármacos en personas mayores.
• Antiinflamatorios tipos AINES en personas con insuficiencia renal, más frecuente en personas mayores que en jóvenes. Estos se pueden retirar de entrada y de golpe.
• En pacientes con demencia muy avanzada o con disfagia hay que replantearse qué objetivos de salud queremos conseguir y, con este objetivo bien definido, se puede retirar prácticamente toda la medicación que no sea imprescindible.
Cada persona es distinta y se tiene que valorar cada caso en particular.
-¿Qué riesgos en salud entraña la desprescripción?
Si se hace despacio, revaluando los síntomas, no hay ningún riesgo.
-¿Polimedicar en exceso a personas de avanzada edad es sólo un problema del escalón asistencial de la Atención Primaria (AP)?
No, es de toda la cadena asistencial. La medicina hospitalaria tiende a desprescribir mucho menos.
-Su Grupo forma sobre desprescripción a los profesionales de AP y participa en la redacción de guías de desprescripción, de farmacología en la tercera edad, y de farmacología en las demencias, y además trabaja en cursos de especialización. ¿Cómo se están recibiendo esas iniciativas entre la clase médica?
Muy bien. Cada año realizamos una decena de cursos en toda Catalunya sólo del tema de la desprescripción farmacológica, y luego como módulo en distintos cursos de geriatría, demencia y en los de cronicidad.
-Los pacientes polimedicados a menudo sufren los efectos adversos de tanta medicación. ¿Es verdad que Urgencias está llena de ancianos polimedicados que acuden a esos servicios a causa de tales efectos adversos?
Sí, por desgracia es la causa más frecuente de urgencias en las personas mayores.
-Usted sostiene que todavía hay un cierto miedo e inercia entre la clase médica a la hora de desprescribir dentro del ámbito de la AP. ¿Por qué ocurre eso?
Por inseguridad del profesional a desprescribir un fármaco no prescrito por él, por medicina defensiva también. Y también por la falta de tiempo en la consulta. Una desprescripción necesita tiempo para estudiar al paciente, para ir retirando fármacos de manera escalonada y para citar al paciente con el fin de ir revaluando sus patologías.
-Habitualmente, reducir el consumo de medicamentos no es del todo aceptado por el enfermo y su familia. ¿Existe algún perfil de paciente y familia que se resista especialmente a que se retiren medicamentos de las pautas farmacológicas?
Sí, especialmente los más frecuentadores de los servicios médicos y en según qué niveles culturales. Pero hay que remarcar que cada vez hay más familias y pacientes que nos preguntan si es bueno tomar tantos fármacos, lo que nos facilita la desprescripción.
-¿Retirar fármacos a los enfermos que se resisten a aceptar esta medida puede generar escenas de tensión en la consulta por posible enfado de los pacientes y/o de sus allegados?
A veces, y es comprensible. Si un médico dice que un fármaco es para toda la vida y luego vas y propones que se deje de tomar, con todas las explicaciones que les puedas dar, si no hay un marco de confianza no van a querer desprescribir. Es natural. Es imprescindible tener una buena relación médico-paciente para ir pactando en cada momento los fármacos que desprescribes y los que prescribes. En Medicina Primaria es más fácil establecer una relación y conocimiento del paciente y su entorno, facilitando el marco idóneo para la desprescripción. Con todo, la responsabilidad está en todos los niveles asistenciales.