Redacción Farmacosalud.com
El síndrome doloroso tras cirugía fallida de espalda es el ámbito en el que la neuromodulación presenta más evidencia científica, habiendo más certeza en el dolor lumbar que en el cervical, si bien la técnica se aplica en ambos escenarios. La neuromodulación también tiene evidencia en síndrome de dolor regional complejo, un trastorno “desconocido por la mayoría de los especialistas”, así como en dolores isquémicos, de miembros inferiores, en dolor de angina refractario, en cefaleas y neuralgia occipital, argumenta la doctora María Ángeles Canós, vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española del Dolor (SED). La indicación prínceps del procedimiento neuromodulador es el dolor neuropático y el dolor mixto, mientras que en el de carácter nociceptivo “tiene menos indicación”, arguye Canós. Además, mediante los dispositivos que se usan para llevar a cabo esta técnica ya se está buscando “una diana muy óptima” para el abordaje del dolor lumbar axial, que es una patología “muy difícil de tratar”, señala.
Según Canós, los dispositivos neuromoduladores han evolucionado mucho en los últimos 5 años, por lo que “cada vez van teniendo más indicaciones”, en parte porque las distintas formas de programación existentes comportan “que el campo de actuación sea cada vez más específico y más concreto”. Para la doctora, “lo bueno de estos dispositivos es que son totalmente reversibles”, es decir, cuando se implantan al paciente se entra en una fase de prueba y, si no se observan los efectos terapéuticos esperados, se retiran sin que se produzca “ningún daño neuronal”. En el siguiente vídeo, la experta explica en qué consiste exactamente la neuromodulación.
Dispositivos recargables de larga duración
A juicio de la facultativa, la gran ventaja de la neuromodulación es que, en caso de obtenerse los resultados terapéuticos esperados, existe la posibilidad de retirar los fármacos con los que el paciente se ha estado “apoyando hasta ese momento”. Los fármacos tienen una actividad sistémica, pero la técnica neuromoduladora presenta una acción “muy localizada”, de tal manera que “el dispositivo te va a controlar el dolor de una zona determinada”. Canós, que es jefa de la Unidad de Dolor del Hospital Universitario La Fe de Valencia, también subraya que los dispositivos usados actualmente en neuromodulación “suelen ser, en su mayoría, recargables, y pueden durar entre 10 y 15 años”.
La doctora Canós ha realizado estas declaraciones en el marco del XIV Congreso de la Sociedad Española del Dolor, celebrado recientemente en Murcia.