Redacción Farmacosalud.com
Investigadores de la Universitat Politècnica de València, el CIBER de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN), la University of Southern (Dinamarca) y el Institute of Polymer Chemistry (ICP)-Johannes Kepler University (Linz, Austria) han desarrollado un nuevo sensor que permite detectar éxtasis de una manera sencilla, fiable, rápida y selectiva. Se trata de un sistema de nanopartículas que da una respuesta visual inmediata: diluida una pastilla en agua, si es de éxtasis, aumenta la fluorescencia, lo que permite la detección inmediata de la droga. Su trabajo[1] ha sido publicado en la revista ‘Chemical Communications’.
El éxtasis es una de las drogas más consumidas en la actualidad. Se trata de un psicoestimulante que puede provocar, entre otros efectos, problemas de memoria, paranoia, insomnio, hipertensión e, incluso, fallos cardiacos. Hasta ahora, esta droga se detecta y cuantifica mediante técnicas como la electroforesis capilar, espectroscopía o cromatografía. “Se trata de métodos totalmente válidos, pero que requieren del uso de un equipamiento técnico caro y de personal cualificado. Nuestro sistema destaca por su facilidad de uso, bajo coste y alta fiabilidad”, dice Beatriz Lozano, investigadora del Instituto Interuniversitario de Investigación de Reconocimiento Molecular y Desarrollo Tecnológico en la Universitat Politècnica de València.
Ya se trabaja en un nuevo sensor para la detección de otras drogas de síntesis
El método diseñado por los investigadores españoles, daneses y austríacos consiste en un material híbrido que incluye un soporte inorgánico cargado con un colorante -en este caso fluoresceína- y funcionalizado con una molécula orgánica derivada del naftol. El colorante queda retenido cuando el bluebox -molécula ampliamente utilizada en química- se coordina al naftol formando una puerta molecular y ante la presencia de éxtasis en la muestra analizada, se produce una variación de la fluorescencia, cuya intensidad varía en función de la concentración de droga detectada. “Anteriormente ya había sido descrita la afinidad del BlueBox por diferentes neurotransmisores como la dopamina, y debido al parecido estructural entre dicho neurotransmisor y el éxtasis, pensamos que sería buena idea intentar que la ‘puerta molecular’ pudiera abrirse en presencia de la droga y liberar así el colorante que da la respuesta fluorogénica”, explica Beatriz Lozano, que desarrolla su investigación, asimismo, dentro de uno de los grupos del CIBER-BBN.
Según las pruebas desarrolladas en laboratorio, este nuevo sistema destaca, entre otras características, por su alta sensibilidad, hasta 0’95 microgramos/mililitro. De cara al futuro, los investigadores señalan que el siguiente paso sería incluir el material híbrido en una placa de aluminio, “para que la detección sea todavía más inmediata e in situ”. Los investigadores de la UPV están trabajando actualmente en un nuevo sensor para la detección de otras drogas de síntesis.
“¿Y tú te lo crees?”
Aún existen en España falsas creencias y prejuicios acerca de las adicciones y los trastornos mentales que, lejos de ayudar a los afectados, les excluye socialmente. Frases como ‘fumar porros es más sano que fumar tabaco’, ‘la timidez se vence con el alcohol’, ‘la adicción es un vicio’ o ‘la adicción al juego no es una enfermedad mental’, son muy frecuentes en la sociedad, pero ninguna de ellas se basa en evidencias científicas. Con el objetivo de aclarar estos mitos y controversias y concienciar a la población de la realidad sobre la patología dual (denominación que designa la existencia de un trastorno adictivo y otro mental), la Fundación de Patología Dual ha puesto en marcha la campaña “¿Y tú te lo crees?”, en colaboración con la Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA y la Plataforma Madrileña de Entidades Para la Asistencia a la Persona Adicta y su Familia (Fermad), y que ha contado con la financiación de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
“Ninguna persona elige ser adicta ni tener una enfermedad mental. Es necesario formar e informar a la sociedad, así como mejorar el diagnóstico de algunas enfermedades mentales con el fin de detectar a tiempo la patología dual, cuya prevalencia en España es superior al 50% entre las personas que acuden a centros de salud mental y/o adicciones. Con esta campaña queremos que la población general pueda identificarse con los principales prejuicios o esquemas mentales que se tienen acerca de las adicciones”, afirma el Dr. Néstor Szerman, presidente de la Fundación Patología Dual. El presentador Pablo Motos, los humoristas José Mota y Álvaro Velasco; los periodistas Quique Peinado, Ángela Portero, José María García y Raúl del Pozo; la actriz Luisa Martín; y la modelo Marisa Jara han apoyado esta campaña online de concienciación (www.ytutelocrees.es) participando en diez videos, que muestran los principales prejuicios, preguntando a la sociedad “#y tú te lo crees?”. Para dar respuesta a estos prejuicios, se han elaborado otros videos, protagonizados por familiares y pacientes, que cuentan su historia personal, y por expertos de la Fundación Patología Dual que aclaran, ante los siguientes 10 mitos, que:
1. Es más sano fumar porros que tabaco:
No, fumar porros no es más sano que fumar tabaco, es un tópico que no se apoya en las evidencias científicas. En el cerebro existe un sistema endocannabinoide endógeno que procesa las sustancias cannabinoides que se consumen. En algunas personas este sistema está alterado, siendo más vulnerables a que el simple consumo acabe derivando en una adicción. Además de la adicción, el cannabis puede desencadenar, en algunos sujetos, una psicosis o una manía. Ni fumar porros ni fumar tabaco es sano.
2. La timidez se vence con el alcohol:
Es un hecho científico comprobado que el alcohol produce tranquilidad, euforia y mejora las relaciones interpersonales, ya que potencia el sistema opioide endógeno del cerebro. Este sistema cerebral no es igual en todas las personas, y un menor nivel de endorfinas conlleva menores habilidades sociales, como timidez y evitación de relaciones. En estos casos, la persona comprueba que el consumo de alcohol le produce mejoría, lo que acentúa las posibilidades de desarrollar una adicción.
3. La adicción es un vicio:
Las adicciones no son un vicio. Una persona dependiente de las drogas tiene una enfermedad real, con base en el cerebro pero con una expresión a nivel de conducta. Su consumo no se debe ni al vicio ni al placer, ni a la falta de voluntad. La adición acaba produciéndose en el 10% de estas personas que consumen sustancias legales o ilegales, ya que tienen una vulnerabilidad cerebral que se manifiesta en determinados síntomas como ansiedad, depresión, hiperactividad, etc.
4. Dejar de fumar genera ansiedad:
El tabaco vehiculiza la nicotina, que actúa en el cerebro sobre los receptores de nicotina, produciendo distintos efectos. En algunas personas mejora la cognición, la hostilidad, la rabia, etc. En estos casos, existe una vulnerabilidad que lleva al consumo continuado de tabaco, derivando en una adicción, por lo que necesitarán un tratamiento que permita superar los síntomas sufridos antes de tener la adicción, así como los de la propia adicción al tabaco.
5. Es adicto el que quiere:
Las personas vulnerables a desarrollar una adicción suelen presentar dificultades intra y/o interpersonales, y una conformación cerebral susceptible a ello. Dentro de este grupo de riesgo, hay que destacar a los adolescentes, cuyo desarrollo cerebral y emocional no es aún maduro, por lo que los efectos de las sustancias que consuman tendrán serias implicaciones en su desarrollo futuro. El adicto no elige serlo, no tiene libertad de elección.
6. El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) no existe:
El TDAH sí que existe. Se trata de una afección clínica que afecta a una parte de la población independientemente de la edad, desde niños (edad en la que comienza a manifestarse), hasta adultos. Se define como una alteración neurobiológica del cerebro que cuando no es detectada, puede llevar al desarrollo de depresión, adicciones a sustancias como cannabis, cocaína etc. y también a adicciones como juego patológico. En el caso de los menores conlleva, en muchas ocasiones, dificultades como falta de autoestima, fracaso escolar, conductas impulsivas y de alto riesgo, accidentes por distracción, etc. Si se aborda correctamente, estos riesgos disminuyen de forma muy clara.
7. El que tiene una adicción es peligroso:
El que tienen una adicción no es necesariamente peligroso. Los rasgos de personalidad antisocial, psicopáticos o algunos síntomas agudos de trastornos mentales son los condicionantes que pueden poner en marcha, conductas agresivas. Es cierto que algunas veces, bajo los efectos de las sustancias, se distorsiona la realidad, lo que puede desencadenar conductas peligrosas. Aun así, el peligro de las adicciones está sobre todo en las personas que las sufren y no para los demás.
8. Si estás mucho con el móvil eres un adicto:
No está demostrado que el móvil produzca una adicción. Es cierto que personas que presenten ciertos rasgos patológicos de personalidad que dificultan su funcionamiento emocional y sus relaciones sociales, sí pueden desarrollar una conducta que se parezca a una adicción, dependencia y pérdida de libertad debida al uso de este dispositivo. Un tratamiento adecuado para estos pacientes consigue que vivan sin esta dependencia al teléfono móvil.
9. La adicción al juego no es una enfermedad mental:
La adicción al juego es una enfermedad mental. Así lo ha reconocido la comunidad científica, definiéndola como una adicción. Esta alteración cerebral que cursa en general con impulsividad puede ser incluso adquirida en personas que antes no eran jugadores. Y dependiendo de su gravedad, las consecuencias para los enfermos son devastadoras y muy complicadas de abordar sin ayuda profesional.
10. Las personas con enfermedad mental son todas adictas al tabaco:
Las personas que sufren enfermedades mentales y/o alteraciones cerebrales (como ansiedad, depresión, rabia, hostilidad) son más propensas a fumar tabaco en mayor cantidad, con más frecuencia e inhalar más profundamente. El sistema nervioso central tiene un sistema nicotínico endógeno que en estas personas está alterado y, por eso, se incrementan las posibilidades de fumar de forma adictiva. En estos casos, la fuerza de voluntad para dejar de fumar no es suficiente, necesitan ayuda profesional tanto para su trastorno mental como para su adicción al tabaco.
Adicción al juego: más frecuente en jóvenes de 12-17 años
Las llamadas ‘adicciones comportamentales’ son una serie de trastornos mentales vinculados a actividades humanas, a menudo placenteras, y que no están relacionadas con la ingesta de sustancias químicas. Para padecer una adicción de este tipo -juego patológico, compras compulsivas, adicción a Internet o a las pantallas de dispositivos- debe existir una vulnerabilidad individual, dándose la patología dual (coexistencia de un trastorno adictivo y otro trastorno mental), y siendo lo más frecuente otra afectación psicopatológica especialmente en forma de trastornos afectivos y/o de ansiedad, síntomas obsesivos compulsivos y trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
En este sentido, “el juego patológico, que es la única adicción comportamental hasta la fecha incluida en la clasificación de adicciones por las evidencias neurocientíficas que permiten equipararla a cualquier otra adicción a sustancia, es entre dos y cuatro veces más frecuente en jóvenes de entre 12 y 17 años que en adultos, con un riesgo añadido en esos adolescentes del 10-14% de desarrollar una adicción al juego en la vida adulta”, explica el Dr. Ignacio Basurte, miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD), en el marco del I Congreso Mundial de la World Association of Dual Disorders (WADD) y el V Congreso Internacional de la SEPD. Según los especialistas, la prevalencia del uso problemático de Internet en adolescentes es más difícil de determinar que la del juego patológico. El principal problema de las adicciones comportamentales, a diferencia de las adicciones a sustancias, es que el componente objeto de las mismas puede formar parte necesaria de la vida diaria y del trabajo de las personas, como el caso de la adicción a Internet, siendo difícil distinguir entre ese uso y una verdadera adicción.
Referencias
1. Beatriz Lozano-Torres, Lluís Pascual, Andrea Bernardos, María D. Marcos, Jan O. Jeppesen, Yolanda Salinas, Ramón Martínez-Máñez and Félix Sancenón. Pseudorotaxane capped mesoporous silica nanoparticles for 3,4-methylenedioxymethamphetamine (MDMA) detection in water. Chem. Commun., 2017, 53, 3559. DOI:10.1039/C7CC00186J