Redacción Farmacosalud.com
El cáncer de pulmón microcítico o de células pequeñas, a diferencia del no microcítico, es un tumor con una alta capacidad de proliferación o crecimiento celular y un gran potencial de diseminación. “Hace años aprendimos que tratamientos combinados de quimio y radioterapia producían un importante y rápido beneficio para el enfermo, aunque desafortunadamente, en la mayoría de los casos, después de un tiempo se producía la progresión de la enfermedad y la resistencia a tratamientos de segunda línea. Sólo un 25% de los pacientes lograban la curación”, explica el doctor José Luis González Larriba, profesor titular, jefe de Sección del Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y uno de los coordinadores científicos del XIX Simposio Revisiones en Cáncer, celebrado en la capital española.
“Durante décadas hemos intentado progresar con la utilización de nuevos fármacos, terapias de consolidación, mantenimiento, tratamientos secuenciales, trasplantes de médula ósea, etc., sin lograr grandes éxitos sobre lo conseguido con el tratamiento estándar. Un campo de investigación atractivo e interesante, en marcha en la actualidad, es el de la utilización de la moderna inmunoterapia como mantenimiento tras la brillante respuesta al tratamiento estándar con quimio y radioterapia, además de la demostración del beneficio que produce la radioterapia holocraneal profiláctica o la torácica de consolidación tras el tratamiento estándar con quimioterapia”, señala González Larriba.
“Futuro muy esperanzador” en tumor pulmonar no microcítico
En cuanto al cáncer de pulmón no microcítico, lo que hace años era padecer o no un tumor pulmonar no microcítico, con un tratamiento uniforme, ha pasado en la actualidad a la individualización terapéutica. Actualmente se sabe que hay fármacos más o menos activos según las características histológicas de este tipo de cáncer. Según el experto, “hay un 20-25% de estos tumores que se producen por ser adictos o dependientes de unos genes alterados o mutados que facilitan y permiten su crecimiento. Este es el caso de genes como EGFR, ALK, ROS-1, MET, BRAF, HER-2, etc., para los que tenemos fármacos específicos que los bloquean y logran un gran impacto en la sintomatología y supervivencia de estos pacientes. Por otra parte, en aquellos tumores pulmonares no dependientes de genes ‘drivers’, hasta ahora subsidiarios de quimioterapias, hemos visto en los últimos años el importante papel que tiene la inmunoterapia como tratamiento. Agentes inhibidores de PD1 o PDL1 consiguen resultados que incrementan la supervivencia a largo plazo en un grupo de estos pacientes, abriéndose un futuro muy esperanzador”.
Los avances más importantes, protagonistas de Revisiones en Cáncer
El doctor González Larriba ha atendido a www.farmacosalud.com con motivo de la nueva edición del simposio Revisiones en Cáncer, donde se han repasado los avances más importantes en los procesos diagnósticos y terapéuticos de la mayoría de las localizaciones tumorales, además de clarificarse cuál es la actualidad de los tratamientos estándar.
“Las novedades más importantes que hemos revisado y presentado -detalla el especialista- son las que se refieren al uso y desarrollo de los agentes dirigidos contra dianas moleculares, fundamentalmente en tumores renales, melanoma, pulmón, tumores neuroendocrinos, etc, la moderna inmunoterapia y todo su auge en el campo de los tumores pulmonares, urológicos, cabeza y cuello, etc, así como la importancia determinante que se abre para las plataformas genómicas en tumores de mama, digestivos y de próstata”.
“La moderna inmunoterapia alcanza una gran eficacia en melanomas metastásicos”
En el caso concreto del melanoma, afirma González Larriba, “estamos asistiendo a una verdadera revolución terapéutica y pronóstica de nuestros pacientes. La identificación del gen BRAF como una diana terapéutica vital en el 40-60% de estos tumores, junto con el desarrollo de agentes dirigidos a ésta, como Vemurafenib o Dabrafenib, el sinergismo terapéutico y el incremento del beneficio clínico al añadir estos agentes a los inhibidores de MEK, como cobimetinib o trametinib, hace que logremos respuestas muy importantes en el 70% de los pacientes, con gran impacto en la supervivencia de los mismos. Por otra parte, los nuevos inhibidores de ‘Checkpoint’ inmunológicos, la moderna inmunoterapia, alcanza una gran eficacia en todos los melanomas metastásicos, independientemente de que tengan o no expresado BRAF, impactando de forma muy llamativa en la supervivencia”.
“Actualmente, tenemos datos de los primeros pacientes que recibieron estos agentes hace años y hay un 30-40% de éstos vivos y sin recaída al cabo de 10 años. Las controversias actuales residen en el posible éxito de la combinación de estos agentes inmunes, la duración del tratamiento, la secuenciación con los inhibidores de BRAF, etc”, concluye.