Redacción Farmacosalud.com
La realización de una resonancia magnética especial con contraste intravenoso (gadolinio) permite diagnosticar con la máxima precisión la enfermedad de Ménière. Se trata de una modalidad de vértigo provocada por la alteración del líquido endolinfático del oído interno. Con este procedimiento se logra una mayor precisión en el diagnóstico de dicha enfermedad, para lo que resulta fundamental la descripción de los síntomas.
Especialistas en Otorrinolaringología y en Radiodiagnóstico de la Clínica Universidad de Navarra ya realizan de forma habitual una resonancia magnética específica con contraste intravenoso que permite observar con precisión la existencia de un tipo de alteración en los líquidos del oído interno. Para este procedimiento es necesario un equipo de resonancia magnética de 3 Teslas de potencia, la máxima permitida actualmente en el estudio del cuerpo humano. Hasta la fecha, el equipo de la Clínica ha realizado ya 130 exploraciones mediante este procedimiento, una de las series más amplias de pacientes estudiadas en España. Se trata del único centro que realiza de forma rutinaria esta técnica para el diagnóstico de dicha patología.
Pérdida de audición, acúfenos y vértigo
La enfermedad de Ménière, también denominada vértigo Ménière, se caracteriza en sus síntomas más habituales por presión en el oído enfermo, pérdida de audición, percepción de ruido en el oído o acúfenos (tinnitus) y vértigo. Afecta aproximadamente a 2 de cada 1.000 personas, especialmente en el tramo de edad de 40 a 60 años, según explica el Dr. Nicolás Pérez, especialista en Otorrinolaringología de la Clínica y experto en vértigos. “La frecuencia de las crisis es irregular y actualmente se desconocen las causas de esta enfermedad. No obstante, se intuyen alteraciones a nivel molecular y se contempla la autoinmunidad como otra línea de trabajo”, indica el especialista.
Datos epidemiológicos actuales estiman que existen aproximadamente 90.000 personas en España, unas 615.000 personas en Estados Unidos, diagnosticadas con la enfermedad de Ménière, según datos del Instituto Nacional de la Sordera y Otros Trastornos de la Comunicación (NIDCD, por sus siglas en inglés).
La enfermedad de Ménière es un tipo de enfermedad rara que se origina por la acumulación de líquido en una parte del laberinto en el oído interno. En cantidad normal, dicho líquido (junto con la perilinfa que lo rodea) asegura la funcionalidad correcta del oído interno: audición y percepción del movimiento. Su exceso, por el contrario, altera estos aspectos: sordera, acúfenos y vértigo. Para conocer si existe una dilatación del espacio endolinfático se administra, de forma intravenosa, gadolinio como sustancia de contraste. Al cabo de cuatro horas, tiempo en el que se calcula que el gadolinio ha difundido al oído interno, se le realiza al paciente una resonancia magnética de 3 Teslas. Con esta prueba de imagen se observa si el espacio endolinfático está dilatado, signo concluyente para el diagnóstico de la enfermedad de Ménière cuando los síntomas así lo sugieren.
En el oído enfermo, el líquido más abundante es el endolinfático
La realización de esta prueba como procedimiento habitual de diagnóstico requiere una estrecha colaboración multidisciplinar de los otorrinolaringólogos con los radiólogos especializados de la Clínica y de la enfermería especializada, además de precisar una eficaz gestión de los equipos de resonancia magnética.
Según el Dr. Pablo Domínguez, especialista en radiodiagnóstico de la Clínica, lo que consigue la resonancia con contraste es visualizar si existe una dilatación del espacio endolinfático, lo que se conoce como ‘hidrops’ endolinfático, rasgo definitorio de la enfermedad de Ménière. En el oído normal, el líquido más abundante es la perilinfa, que con esta técnica se observa brillante. En el oído alterado por Ménière, el líquido más abundante es el endolinfático, que es el que no se tiñe de contraste y se ve oscuro (ver figuras).
La secuencia principal de resonancia magnética que se utiliza para poder realizar este diagnóstico se denomina T2 FLAIR. Es una secuencia de uso habitual en RM cerebral pero que, con ciertas modificaciones y en equipos de altas prestaciones, permite discriminar el componente endolinfático del perilinfático a las 4 horas de la administración de contraste intravenoso.
“Se trata de un procedimiento de diagnóstico no invasivo y muy preciso”, destaca el Dr. Domínguez.