Redacción Farmacosalud.com
Crear un sistema capaz de superar las barreras lingüísticas para que los migrantes que buscan asistencia de atención sanitaria en Europa puedan ser atendidos debidamente es el objetivo común de los 9 socios (entre empresas, instituciones, universidades y sociedades científicas) de 5 países europeos (Grecia, España, Holanda, Alemania, Francia) que están desarrollado el proyecto KRISTINA, financiado por la Unión Europea, dentro del Programa Horizonte 2020. KRISTINA ya dispone de cara y voz (responde y habla en español, alemán y polaco), tras presentarse el primer prototipo de la interface humana. Entre los socios del proyecto se hallan la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), en tanto que sociedad científica del ámbito de la atención primaria, y tres grupos de investigación de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona: el Grupo de Investigación en Tratamiento Automático del Lenguaje Natural (TALN), el Grupo de Investigación en Tecnologías Interactivas (GTI), y el Grupo de Tecnologías de Medios Cognitivos (CMTech), todos del Departamento de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (DTIC) de la UPF.
El coordinador del programa es Leo Wanner, profesor de investigación ICREA del DTIC y director del Grupo de Investigación TALN de la UPF. El primer prototipo, presentado recientemente en Tübingen (Alemania), servirá para testear en situaciones lo máximo de reales posibles la capacidad de conversación natural que tiene el prototipo. Se pretende que, en el futuro, el asistente tenga capacidad para mantener una conversación aportando respuestas a una velocidad coloquial, reconozca las emociones en la voz, la cara y la postura del cuerpo, así como los condicionantes culturales de la persona con la que esté dialogando y pueda desarrollar conversaciones en alemán, español, polaco, turco y árabe.
Sin embargo, el prototipo presentado ahora solo puede entender y hablar en alemán, español y polaco y es capaz de determinar una acción de respuesta adecuada (entre las que se hallan, por ejemplo, responder a preguntas específicas sobre temas médicos, asesorar en distintas materias sobre salud o leer algún artículo). Uno de los aspectos que se ha trabajado más en este prototipo es que el asistente genere una voz de salida de lenguaje natural para cada respuesta.
KRISTINA ya ha hablado con posibles usuarios
Uno los puntos fuertes del proyecto KRISTINA es la coordinación de equipos interdisciplinares para su desarrollo. En el mismo se están integrando tantos equipos tecnológicos altamente especializados, departamentos de I+D de universidades y empresas, hasta la Cruz Roja Alemana o la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria.
Gracias a esta integración de equipos, el proyecto KRISTINA ya ha estado testeando los desarrollos científicos con ciudadanos reales, susceptibles de recibir su asistencia. SemFYC, la Cruz Roja Alemana y EKUT (Eberhard Karls Universität de Tübingen) han estado probando el primer prototipo con grupos de usuarios finales (entre los que se hallan ancianos y cuidadores con antecedentes migratorios). Concretamente, EKUT se ha ocupado de realizar los test entre población anciana de origen turco en un contexto de geriatría y dependencia; la Cruz Roja Alemana está evaluando la interacción entre la KRISTINA y un grupo de cuidadores de origen polaco que trabajan con personas con demencia en Alemania, y la SemFYC es el responsable del segundo caso piloto, evaluando la información de los inmigrantes del norte de África.
El proyecto KRISTINA cuenta con el apoyo de la Unión Europea, que lo financia íntegramente. Esta línea de trabajo surge del Plan de Acción de la Comisión Europea sobre salud en línea 2012-2020, que proporciona una hoja de ruta para empoderar a los usuarios, pero también para vincular dispositivos y tecnologías e invertir en investigación hacia la asistencia sanitaria y geriátrica personalizada del futuro.