Redacción Farmacosalud.com
Sanofi y Regeneron Pharmaceuticals, Inc. han presentado los resultados del estudio en fase III en monoterapia SARIL-RA-MONARCH, que ha demostrado superioridad del fármaco en investigación sarilumab frente a adalimumab (comercializado por AbbVie como HUMIRA®) en la mejora de los signos y síntomas presentados por adultos con artritis reumatoide (AR) activa. Los resultados del estudio se han presentado en la Asamblea Anual del Colegio Estadounidense de Reumatología (American College of Rheumatology, ACR) en Washington D. C. y se han publicado también en la revista científica ‘Annals of the Rheumatic Diseases. The EULAR Journal’. “Alrededor del 30 por ciento de las personas que padecen AR reciben tratamiento con monoterapia biológica debido, fundamentalmente, a su intolerancia al metotrexato”, declara el Dr. Gerd Burmester, de la Universidad de Medicina Charité de Berlín (Alemania) y autor principal del estudio. “En el estudio MONARCH en monoterapia, sarilumab fue más eficaz que adalimumab, el cual se considera uno de los medicamentos biológicos de uso más frecuente en la actualidad”.
El estudio SARIL-RA-MONARCH incluyó a 369 adultos con AR activa que mostraban una respuesta insuficiente al tratamiento con metotrexato (MTX), que eran intolerantes a dicho tratamiento o que no eran candidatos adecuados para recibirlo. Se aleatorizó a los pacientes para que recibieran, o bien adalimumab en monoterapia (40 mg cada 2 semanas), o bien sarilumab en monoterapia (200 mg cada 2 semanas) por vía subcutánea. En el caso de los pacientes que mostraron una respuesta insuficiente a adalimumab, se les cambió la pauta pasando a una administración a una vez a la semana. En marzo de 2016 se anunciaron los resultados preliminares.[1]
“Hasta un 30% de los pacientes no toleran el metotrexate”
En España el estudio se ha realizado con 21 pacientes a través de 6 centros hospitalarios. El Dr. Antonio Gómez, jefe de la unidad de biológicos de la Corporació Sanitària Parc Taulí es uno de los investigadores del estudio en España y apunta que “hasta ahora las recomendaciones de las distintas sociedades científicas aconsejaban la utilización de tratamiento biológico en combinación con metotrexate. Sin embargo hasta un 30% de los pacientes no toleran el metotrexate y deben ser tratados con fármacos biológicos en monoterapia. Sarilumab, ha demostrado su superioridad en monoterapia respecto a Adalimumab, el bloqueador del TNF más utilizado a nivel mundial. Estos resultados confirman que en caso de no poder utilizar el tratamiento con metotrexate, el bloqueo de la IL-6 (como es el caso de Sarilumab) es más efectivo que el bloqueo del TNF. De esta manera se ofrece a los pacientes y a los reumatólogos nuevas armas para tratar una enfermedad grave como la artritis reumatoide.”
El criterio de valoración principal del estudio consistía en el cambio en la puntuación DAS28-ESR desde el momento basal hasta la semana 24, que reflejó una diferencia estadísticamente significativa a favor de sarilumab (-3,28 con sarilumab frente a -2,20 con adalimumab, p <0,0001).[1] La puntuación DAS28-ESR evalúa la actividad de la AR a partir de la evaluación del dolor a la palpación y de la inflamación en 28 articulaciones del organismo, del estado de salud general por el paciente y del ESR (erythrocyte sedimentation rate [velocidad de sedimentación globular]), un parámetro analítico de la inflamación).[2] El estudio también cumplió otros importantes criterios de valoración, como la mejora según los criterios del Colegio Estadounidense de Reumatología (ACR) y el Cuestionario de evaluación de la salud-Índice de discapacidad (Health Assessment Questionnaire - Disability Index, HAQ-DI).[1] Entre los resultados, cabe destacar:
• Una mayor mejora de los signos y síntomas de la AR con sarilumab, medida según el porcentaje de pacientes que logran un 20 por ciento de mejora según los criterios del ACR (el 72 por ciento con sarilumab frente al 58 por ciento con adalimumab, p <0,01). El porcentaje de pacientes que logran los criterios del ACR50 también fue mayor con sarilumab (el 45 por ciento con sarilumab frente al 29 por ciento con adalimumab, p = 0,0017), así como en el caso de los del ACR70 (el 23 por ciento con sarilumab frente al 11 por ciento con adalimumab, p = 0,0036).[1]
• Los índices de remisión de DAS28-ESR (puntuación <2,6) fueron más altos con sarilumab frente a adalimumab (el 26 por ciento con sarilumab frente al 7 por ciento con adalimumab, p <0,0001).[1]
• Sarilumab también presentó mejores resultados que adalimumab en cuanto a la mejora confirmada mediante el HAQ-DI. Así, el cambio en el HAQ-DI desde el momento basal hasta la semana 24 fue del -0,61 con sarilumab frente al -0,43 con adalimumab (p = 0,0037).[1]
Mejora mayor respecto a la discapacidad funcional, el dolor y la fatiga
En el estudio también se ha podido observar una mayor respuesta numérica en el Índice de actividad clínica de la enfermedad (Clinical Disease Activity Index, CDAI), que se refleja en un cambio desde el momento basal hasta la semana 24 del -28,9 con sarilumab frente al -25,2 con adalimumab. También se observaron mayores índices de remisión según la puntuación del CDAI (el 7 por ciento con sarilumab frente al 2 por ciento con adalimumab).[1] Además, los adultos que recibían tratamiento con sarilumab alcanzaron una mejora mayor respecto a la discapacidad funcional, el dolor y la fatiga que los tratados con adalimumab. Estas mejoras se vieron reflejadas en los resultados notificados por los pacientes —que se cuantificaron mediante el cuestionario de salud SF-36 (Medical Outcomes Short Form 36 Health Survey)—, en los resultados de las puntuaciones de los componentes sumarios físico y mental (physical component summary score, PCS, and mental component summary score, MCS), así como en los de la evaluación funcional para el tratamiento de enfermedades crónicas y fatiga (Functional Assessment of Chronic Illness Therapy-Fatigue, FACIT-F).
La incidencia de acontecimientos adversos (el 64 por ciento en ambos grupos), acontecimientos adversos graves (el 5 por ciento con sarilumab frente al 7 por ciento con adalimumab), infecciones (el 29 por ciento con sarilumab frente al 28 por ciento con adalimumab) e infecciones graves (el 1 por ciento en ambos grupos) fue en general parecida entre los grupos. La neutropenia, que no se asoció a infecciones, fue más frecuente con sarilumab (el 14 por ciento con sarilumab frente al 1 por ciento con adalimumab), como ya se ha observado en estudios previos con inhibidores de la IL-6. El eritema en el lugar de la inyección (el 8 por ciento con sarilumab frente al 3 por ciento con adalimumab) fue también más frecuente con sarilumab.[1] Ninguna autoridad sanitaria ha evaluado plenamente la seguridad y eficacia de sarilumab.
IL-6: la citocina más abundante en el suero y líquido sinovial en AR
La AR es una enfermedad inflamatoria crónica de origen autoinmunitario que conlleva una importante carga para el paciente.[3,4] En la AR, el sistema inmunitario ataca el tejido de las articulaciones, lo que causa inflamación, dolor y, finalmente, daño articular y pérdida de funcionalidad.[3,4] La AR afecta a unos 1,3 millones de estadounidenses, de los cuales casi el 75 por ciento son mujeres.[3,5] Suele afectar a personas de entre 30 y 60 años de edad, aunque puede presentarse en adultos de cualquier edad.[6]
Sarilumab es un anticuerpo monoclonal humano dirigido contra el receptor de la IL-6 que inhibe la actividad inflamatoria en la AR mediada por la vía de señalización de la IL-6. La IL-6 es la citocina más abundante en el suero y líquido sinovial de los pacientes con AR y se asocia a la actividad de la enfermedad y a la destrucción articular. [7-15]
Referencias
1. Burmester G. et al.#3321 Efficacy and Safety of Sarilumab Versus Adalimumab in a Phase 3, Randomized, Double-blind, Monotherapy Study in Patients With Active Rheumatoid Arthritis With Intolerance or Inadequate Response to Methotrexate. Arthritis Rheumatol. 2016; 68 (suppl 10).
2. Arthritis Foundation. “Measuring Disease Activity in Rheumatoid Arthritis.” http://www.arthritis.org/living-with-arthritis/life-stages/remission/measuring-disease-activity.php. Last accessed October 2016.
3. American College of Rheumatology. “Rheumatoid Arthritis.” Available at: http://www.rheumatology.org/I-Am-A/Patient-Caregiver/Diseases-Conditions/Rheumatoid-Arthritis. Last accessed: August 2016
4. Mayo Clinic. “Rheumatoid Arthritis.” Available at http://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/rheumatoid-arthritis/basics/definition/con-20014868. Last accessed July 2016.
5. Centers for Disease Control. “Rheumatoid Arthritis.” Available at http://www.cdc.gov/arthritis/basics/rheumatoid.htm. Last accessed October 2016.
6. Arthritis Foundation. “What is Rheumatoid Arthritis?” Available at http://www.arthritis.org/about-arthritis/types/rheumatoid-arthritis/what-is-rheumatoidarthritis.php. Last accessed October 2016.
7. Wong PK, et al. Arthritis Rheum. 2006;54(1):158-168.
8. de Hooge AS, et al. Am J Pathol. 2000;157(6):2081-2091.
9. Nakamura I, et al. J Rheumatol. 2009;36(2):459-460.
10. Van Leeuwen MA, et al. Ann Rheum Dis. 1995;54(1):33-38.
11. Hashizume M, et al. Rheumatology (Oxford). 2008;47(11):1635-1640.
12. Maggio M, et al. J Gerontol A Biol Sci Med Sci. 2006;61(6):575-584.
13. Ducreux J, et al. Arthritis Rheumatol. 2014;66(1):15-23.
14. Garnero P, et al. Arthritis Rheum. 2010;62(1):33-43.
15. Ishimi Y, et al. J Immunol. 1990;145(10):3297-3303.