Redacción Farmacosalud.com
Investigadores del Hospital Clínic y el IDIBAPS (Barcelona) lideran un estudio internacional en el que han desarrollado un predictor genómico que permitirá predecir la respuesta del cáncer de mama a la quimioterapia. El Clínic será el primer hospital en el mundo en implementar este test de tercera generación, un procedimiento que se basa en los datos producidos por el test PAM50, de segunda generación, y para el que el Clínic es uno de los centros de referencia. El artículo, que publica la revista ‘Clinical Cancer Research’, ha sido coordinado por el Dr. Aleix Prat, jefe del Servicio de Oncología Médica del Clínic, del grupo Genómica traslacional y terapias dirigidas en tumores sólidos del IDIBAPS y del grupo Genómica traslacional del Vall d'Hebron Instituto de Oncología (VHIO).
En el estudio han participado varios hospitales de España dentro del grupo cooperativo de cáncer de mama GEICAM, investigadores de la Universidad de Carolina del Norte (EEUU), del Royal Marsden Foundation Trust de Londres, de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda) y de la Universidad de Edimburgo (Escocia).
El beneficio de la quimioterapia en un riesgo intermedio de recaída es incierto
Cerca de un 70% de los cánceres de mama son hormonosensibles. Sin embargo, este grupo es muy heterogéneo desde un punto de vista clínico y biológico. Desde hace unos años, la incorporación de tests genómicos de segunda generación en la práctica clínica asistencial ha permitido identificar un grupo de pacientes con un bajo riesgo de recaída, que no necesitan quimioterapia, y otro grupo de alto riesgo, que sí la necesitan. En cambio, el beneficio de la quimioterapia en el grupo de pacientes con riesgo intermedio es incierto.
El equipo que lidera Prat ha analizado los datos genómicos de los tumores de más de 2.000 pacientes con cáncer de mama tratadas en 8 estudios clínicos. Con estos datos moleculares y herramientas bioinformáticas complejas han descubierto y validado un nuevo test genómico de tercera generación que es capaz de detectar mejor la sensibilidad de los tumores al tratamiento con quimioterapia que los actuales tests de segunda generación. Este nuevo método se basa en el análisis de los datos producidos por el test genómico de segunda generación conocido como PAM50. "Los tests genómicos de segunda generación que estamos utilizando actualmente permiten predecir la supervivencia de las pacientes con cáncer de mama hormonosensible y esta información es útil para tomar decisiones sobre la necesidad de indicar quimioterapia. Con este nuevo test de tercera generación hemos dado un paso adelante y ahora ya podemos predecir directamente el beneficio que se obtendrá de la quimioterapia, así como el de la hormonoterapia", explica el Dr. Prat.
Además, esta prueba es especialmente útil en un subgrupo de pacientes con cáncer de mama que tienen un riesgo intermedio de recaída durante los primeros 10 años de seguimiento y que representan un tercio de las pacientes a las que se les realiza un test de segunda generación. "Este es el grupo más difícil de tratar ya que, actualmente, no se ha establecido cuál es la opción terapéutica más conveniente. Pues bien, en este contexto, el test nos ayuda a decantarnos por un tratamiento u otro, o los dos", señala Prat. "Este nuevo test genómico nos acerca más a la medicina personalizada o de precisión; es decir, proporciona una información más detallada sobre los beneficios y los riesgos de la quimioterapia y la hormonoterapia. Esta información también ayuda a empoderar a las pacientes en la toma de decisiones sobre su tratamiento", concluye. El nuevo test será implementado asistencialmente en el Hospital Clínic a finales de este año.