Redacción Farmacosalud.com
Zacharias Vamvakousis y Rafael Ramirez, miembros del Grupo de Investigación en Tecnología Musical (MTG) del Departamento de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (DTIC), presentan y evalúan una nueva interfaz: el EyeHarp[1], un instrumento musical digital controlado a través de la mirada en que la interacción y la expresividad con el instrumento lo realiza el usuario seleccionando los acordes y arpegios, la melodía y el volumen, sólo a través de su mirada, ha informado la Universidad Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona. En estudios previos se ha visto que aprender música o tocar algún instrumento aporta beneficios importantes, más allá de las competencias meramente artísticas. Tanto en niños como en adultos, el aprendizaje de música se ha asociado a cambios estructurales en el cerebro. Por ejemplo, los músicos presentan algunas regiones cerebrales más grandes que están relacionadas con la visión y el oído; más materia gris en el área de Broca, un área relacionada con el lenguaje; las fibras nerviosas que conectan los dos hemisferios cerebrales más largas, etc., en comparación con las personas que no son músicos. También en niños se ha podido comprobar que la música incrementa la memoria no verbal, el coeficiente de inteligencia, la comprensión aritmética y la concepción espacial.
Las personas con discapacidad motora tienen dificultades a la hora de aprender a tocar un instrumento musical. Por ello, no se pueden beneficiar de las ventajas de aprender música. A pesar de que se han desarrollado interfaces musicales digitales adaptadas (ADMI), esta alternativa es insuficiente para personas con incapacidad motora severa con parálisis muscular completa. Para estas personas, una buena alternativa podría ser la tecnología eye-tracking o de seguimiento de la mirada.
Una prueba piloto que ha sido prometedora
Hasta el momento, los investigadores Vamvakousis y Ramírez, han hecho una fase piloto para estudiar cuantitativa y cualitativamente la usabilidad del EyeHarp desde la perspectiva del intérprete. Este experimento lo realizaron con 8 personas sin ningún tipo de discapacidad y con conocimientos musicales. Un segundo experimento ha permitido estudiar la interfaz desde la perspectiva del público. En este experimento participaron 31 personas que actuaron como audiencia y que valoraron dos conciertos: una interpretación para EyeHarp solo, y otra para EyeHarp, dos guitarras y flauta.
Como indican Vamvakousis y Ramírez, en un estudio publicado en Frontiers in Psychology, "los resultados obtenidos indican que, al igual que los instrumentos musicales tradicionales, el instrumento musical digital que hemos desarrollado tiene una curva de aprendizaje muy pronunciada y permite producir interpretaciones expresivas, tanto desde el punto de vista del intérprete como del público". Estos resultados abren camino para poder disponer del Eye-Harp para personas discapacitadas y facilitar el aprendizaje y la interpretación musical, disfrutando, a su vez, de las ventajas cognitivas que, según han evidenciado varios estudios previos, ofrece esta actividad. Este proyecto ha recibido financiación del programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea, así como de los proyectos españoles TIN (Tecnologías Informáticas para la Sociedad de la Información) dentro del proyecto TIMUL.
Mejora de la asistencia psicológica a las personas con acondroplasia
Por otra parte, la Fundación ALPE Acondroplasia ha visto incrementado el número de participantes en su programa de asistencia psicológica online desarrollado en colaboración con el Real Patronato sobre Discapacidad. La entidad referente tanto a nivel nacional como internacional que se dedica al ámbito de la displasia ósea cuenta ya con más de 70 usuarios. Esta asistencia especializada es resultado de la adenda al convenio marco de colaboración entre el Real Patronato sobre Discapacidad, organismo autónomo de la Administración General del Estado, y la fundación cuyos efectos entraron en vigor el pasado 11 de julio. De esta manera se acordó dar continuidad a la ayuda que desde el año 2007 viene prestando la entidad estatal a esta causa.
El objetivo es desarrollar proyectos específicos tendentes a la cooperación e integración social de las personas con discapacidad, más concretamente de las personas con displasia ósea, cuya forma más común es la acondroplasia. Así, la Fundación ALPE Acondroplasia ha perpetuado este año su servicio de psicología online que viene prestando desde hace dos años y medio. Mediante la figura de una psicóloga experta de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), la fundación que tiene su sede en Asturias, ofrece respuesta a los problemas de aceptación, especialmente en el caso de los padres, de una discapacidad de tipo crónica en la que están, en consecuencia, implicadas todas las fases del desarrollo de los hijos. Según la directora técnica de la fundación, Cristina González, este programa “surge ante la demanda de las familias que se ponen en contacto con nosotros”. Para la creación de este servicio gratuito que abarca todos los países de habla hispana la fundación escogió a la UNED debido a los diversos estudios y tesis doctorales que han desarrollado y, además, han sido presentados ante la comunidad internacional. Los temas centrales de estas investigaciones no se ciñen a las causas de la acondroplasia, sino que profundizan en el sentimiento de ninguneo que sienten las personas con este tipo de discapacidad en una sociedad internacional “que todavía se burla, tanto en medios de comunicación como en la misma calle, de las personas que siguen llamando enanas”, explicó.
“Forjar el concepto de valía personal y ‘autorrespeto’”
Históricamente se ha visto a las personas con problemas de crecimiento como un objeto de mofa que sólo podían dedicarse al mundo del espectáculo en circos y escenarios cómicos de entretenimiento. Así, la directora técnica de la fundación que fue reconocida con la Cruz de Oro de la Orden Civil de la Solidaridad Social otorgada a la entidad por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales en 2006, ha explicado que este proyecto pretende “forjar el concepto de valía personal y ‘autorrespeto’ porque no es algo intrínseco a la herencia genética, sino que se va consiguiendo a través de las relaciones y experiencias de vida que forjamos”.
En este sentido, el trabajo hace hincapié en la atención a familiares y allegados que son “junto con la escuela, el primer y segundo estadio que acoge al individuo. Estas son las formas de socialización primaria y secundaria donde se encuentra figuras clave para los niños”. El servicio que se completa con la atención presencial a todas aquellas personas con posibilidad de desplazarse a la unidad de Psicología Clínica de la UNED, consiste en sesiones que se organizan para un público abierto. A través de preguntas de los usuarios vía correo electrónico la psicóloga y responsable del desarrollo del programa, Paloma González, responde de manera grupal manteniendo el anonimato del remitente.
Las sesiones se completan con la respuesta y atención que la psicóloga ofrece más allá de estas sesiones grupales e individuales. Además, tienen como perspectiva de futuro la formación de padres convertidos en casi expertos que a lo sumo puedan ser “guías competentes para otras familias afectadas, descentralizando y haciendo más accesible la continuidad de este proyecto”, aseguró la fundación. Para la jefa de Servicio del Área de Programas y Actividades del Real Patronato sobre Discapacidad, Elena Jariod, la firma de este nuevo proyecto “viene a demostrar el buen hacer de la fundación desde que comenzamos a colaborar en 2007 y potencia un ámbito como el de la salud mental que para este tipo de situaciones es fundamental”.
Referencias
1. Zacharias Vamvakousis, Rafael Ramírez (2016), "The EyeHarp: A Gaze-Controlled Digital Musical Instrument", Frontiers in Psychology, http://dx.doi.org/10.3389/fpsyg.2016.00906.