Redacción Farmacosalud.com
El doctor Josep Solé, coordinador de la Unidad de Patología Dual y del Centro de Atención y Seguimiento de Drogodependencias Benito Menni CASM de Sant Boi de Llobregat (Barcelona), advierte que el consumo masivo de alcohol de las últimas décadas está generando “alcoholismo en un segmento creciente de la población”, de tal manera que “el trastorno depresivo inducido por alcohol ha ido aumentando a un ritmo superior que los casos de trastorno depresivo independiente del consumo de alcohol”. La patología dual afecta a aquellas personas que padecen un trastorno mental y una adicción, por lo que el binomio depresión-alcohol es uno de los cuadros posibles de esta afección. “Se considera que hasta un tercio de pacientes con alcoholismo presentan también un trastorno mental”, informa Solé.
Por cierto, la minoría de edad y la patología dual asociada al exceso de alcohol también pueden estar correlacionados. “En todo el mundo se observa la tendencia a un inicio del consumo de sustancias cada vez más precoz. Y en el caso del alcohol esto no es nuevo. ¡Piénsese en cuántos niños españoles se han iniciado en la ingesta de alcohol comiendo pan con vino y azúcar* o bebiendo quina**! Las evidencias científicas al respecto no dejan duda ninguna: cuanto más temprano se empieza a consumir tóxicos -hay quien ya lo hace (o se lo dejan hacer) a los 8 años- más y mayores consecuencias para la salud se sufrirán y mucho más difícil resultará curarse, o mejor dicho, rehabilitarse”.
-Más del 50% de las personas que consumen alcohol en exceso -más de dos unidades de bebida estándar al día, en el caso de las mujeres, y más de cuatro en hombres- padece depresión. ¿El trastorno depresivo suele ser anterior a la etapa de alcoholismo o posterior?
En los casos de trastorno depresivo inducido por el alcohol, la depresión es posterior a la etapa de alcoholismo. Precisamente porque se asiste a un aumento del consumo de alcohol en todo el mundo a lo largo de las últimas décadas y este consumo masivo genera alcoholismo en un segmento creciente de la población, el trastorno depresivo inducido por alcohol ha ido aumentando a un ritmo superior que los casos de trastorno depresivo independiente del consumo de alcohol.
-El doctor José Martínez-Raga, UDP y PM del Hospital Universitario Doctor Peset, Universitat de Valencia y Universitat CEU-UCH, sostiene que “en un paciente con depresión y trastorno por consumo de alcohol coexistente, existe un riesgo de suicidio 7 veces mayor”. ¿El suicidio, ya de por sí tema tabú, lo es aún más en el ámbito de la patología dual asociada al alcohol?
Así es, ya que al tabú del suicidio se añade el del abuso de sustancias. Entonces, desgraciadamente, el estigma es doble.
-¿En qué cifras nos movemos cuando hablamos de patología dual -existencia de trastorno mental y una adicción- y alcoholismo?¿Beber alcohol en exceso y sufrir una patología psiquiátrica está en ascenso, se mantiene o va a la baja en nuestra sociedad?
Se considera que hasta un tercio de pacientes con alcoholismo presentan también un trastorno mental. Lamentablemente, desde el Plan Nacional sobre Drogas o el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EMCDDA, por sus siglas en inglés) se nos viene diciendo que, actualmente, la gente bebe más, empieza a beber antes y sufre mayores consecuencias de todo tipo.
-¿Beber demasiado alcohol puede agravar una patología psiquiátrica?
Sí, absolutamente. El alcohol es un tóxico para el cerebro. Todos pensamos en el hígado como órgano diana del daño por alcohol, pero el cerebro no le va a la zaga. Hoy en día, incluso enfermedades graves como la esquizofrenia o el trastorno bipolar pueden ser tratadas con cierto éxito, pero si el paciente presenta además trastorno por consumo de alcohol, entonces el pronóstico se vuelve sombrío.
-¿Y al revés, el alcoholismo puede verse agravado por la manifestación de una enfermedad mental?
La respuesta también es sí, claramente. Piénsese en el deterioro cognitivo que aqueja con progresiva mayor frecuencia a personas mayores. Si a este deterioro involutivo se añade abuso de alcohol, entonces se está facilitando el camino a la demencia.
-Según el doctor y psiquiatra Néstor Szerman, las personas con patología dual ostentan una prevalencia del hábito de fumar que llega hasta el 45-70%, cifra que en la población general se sitúa entre el 25%-30%, de manera que ‘el principal cliente de las tabacaleras son los enfermos mentales’[1] ¿En el caso del alcohol, podemos decir que los bares tienen entre sus mejores clientes a pacientes de patología dual?
Patología dual es la denominación aplicada, en el campo de la salud mental, para aquellos sujetos que sufren de forma simultánea o a lo largo del ciclo vital una adicción y otro trastorno mental. Entre las adicciones más prevalentes se encuentra el alcohol.
La aseveración del Dr. Szerman obedece a que, en sentido estricto, fumar por ejemplo un paquete al día (20 cigarrillos al día) ya es un trastorno mental incluido en las clasificaciones psiquiátricas y, por tanto, puede diagnosticarse como adicción a la nicotina. A los bares, en cambio, van a consumir una variedad mayor de personas; no todas ingieren alcohol y, si lo hacen, no todas beben de forma excesiva. La Organización Mundial de la Salud lo viene aconsejando desde hace años: hay recomendación médica de no fumar y de beber alcohol de forma moderada, responsable.
-¿Un individuo con patología dual que tiene tendencia a consumir demasiado alcohol puede pasar desapercibido, en el sentido de que puede estar bebiendo en una barra de bar sin que se sepa que sufre un trastorno mental y que es adicto a la bebida? ¿O sea, pueden ‘disimular’ ambas condiciones?
Sí, claro, puede pasar desapercibido porque en aquel momento (todavía) no muestra síntomas de su enfermedad o porque no muestra síndrome de abstinencia que, por cierto, puede ser muy peligroso (delirium tremens) en el caso del alcohol. Más que de disimular deberíamos hablar de falta de visibilidad en un momento dado.
-En determinados casos, la gente se ‘aparta’ de las personas alcohólicas en los espacios públicos. ¿En el caso de un enfermo de patología dual que consume alcohol en exceso, qué hay que hacer: apartarse de él para no darle coba en su consumo, animarle explícitamente a dejar de beber mientras dicho paciente está consumiendo, o bien no dejarle solo mientras bebe alcohol, para evitar que llegue a mostrarse irascible o para evitar que, por ejemplo, se caiga al suelo por exceso de consumo y pueda lesionarse?
En general, lo que se recomienda es que, si queremos ayudar, tanteemos a la persona para determinar si es receptiva. Puede que no lo sea porque el trastorno por consumo de alcohol suele conllevar irritabilidad. Lo ético es no lavarse las manos y mirar hacia otro lado sino, por ejemplo, contactar con la policía de proximidad o con organismos, gubernamentales o no, expertos en el tema.
-¿En el ámbito de la patología dual y el alcoholismo, que espacio ocupan las mujeres? Lo decimos porque el consumo de la bebida siempre ha estado más asociado al segmento poblacional masculino…
Y continúa siendo así, a pesar de que un efecto adverso de la paridad entre géneros sea el aumento del consumo de sustancias adictivas como alcohol y tabaco entre las mujeres. Los trastornos por consumo de alcohol y de otras sustancias siguen afectando a los varones de forma mayoritaria, en un 80%.
-¿Por cierto, la minoría de edad y la patología dual asociada al exceso de alcohol también pueden estar correlacionados?
Desgraciadamente lo están, y mucho. En todo el mundo se observa la tendencia a un inicio del consumo de sustancias cada vez más precoz. Y en el caso del alcohol esto no es nuevo. ¡Piénsese en cuántos niños españoles se han iniciado en la ingesta de alcohol comiendo pan con vino y azúcar o bebiendo quina! Las evidencias científicas al respecto no dejan duda ninguna: cuanto más temprano se empieza a consumir tóxicos -hay quien ya lo hace (o se lo dejan hacer) a los 8 años- más y mayores consecuencias para la salud se sufrirán y mucho más difícil resultará curarse, o mejor dicho, rehabilitarse, es decir, abandonar el hábito de forma estable, sin recaídas.
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* Pan con vino y azúcar figura como una merienda en la cultura popular
** Quina o vino quinado: “Son unos vinos licorosos elaborados a partir de un vino dulce que se macera con sustancias vegetales, entre ellas la corteza de la quina, que le aporta un sabor amargo, y que se empleaba en la antigüedad para combatir la fiebre. Este tipo de vinos quinados se empleaban tradicionalmente para abrir el apetito de los niños”. Fuente: ‘Derivados del vino: conócelos’. Organización de Consumidores y Usuarios (OCU)
Referencias
1. “No se presta atención a los pacientes de patología dual adictos al tabaco”. Declaraciones del Dr. Szerman. www.farmacosalud.com http://farmacosalud.com/las-autoridades-prestan-atencion-los-pacientes-de-patologia-dual-adictos-al-tabaco/