Redacción Farmacosalud.com
¿Cuántas veces no se ha acercado hasta la mesa de una terraza de cafetería un paciente psiquiátrico para pedir un cigarrillo, y una vez que ya se ha marchado con el pitillo entre los labios, alguien de la mesa, dirigiéndose a sus contertulios dice -sin mala intención, aunque con cierta incorrección paternalista- alguna frase del estilo ‘déjalo que fume, que así disfruta’? Bueno, pues disfrutar, lo que es disfrutar, es una ilusión debida al efecto nicotínico, porque desde un punto de vista estrictamente sanitario las cifras vitales que se esconden detrás del hábito de fumar en las personas que padecen un trastorno mental son realmente espeluznantes: “El 50% de muertes en pacientes psiquiátricos tienen su origen en el consumo de tabaco, según revelan los estudios existentes”, asevera la doctora Àngela Martínez Picó. De hecho, los pacientes psiquiátricos fuman mucho más que el resto de la población... pero ahora las cosas pueden empezar a cambiar, y mucho, por dos razones: en primer lugar, porque una investigación ya avala la eficacia y seguridad de los tratamientos antitabaco -como la vareniclina- en el colectivo de personas con trastorno mental, y en segundo lugar porque la sensibilización ha llegado también hasta ellos mismos, tal y como afirma la doctora: “Muchos pacientes psiquiátricos que fuman quieren dejar de fumar… ¿Quién ha dicho que no quieren?”
El estudio EAGLES concluye que las personas con trastorno mental pueden ser tratadas con cualquiera de los fármacos que se encuentran en el mercado para dejar de fumar sin que empeore su estado. Martínez Picó comenta que hasta hace poco se consideraba que la patología mental de esos individuos era algo “mucho más importante que la adicción a la nicotina que presentaban. Las evidencias científicas en los últimos años nos están demostrando que estos pacientes sí que son susceptibles de llegar a tratamiento y sí que son susceptibles de tener éxito a la hora de abandonar el tabaco, todo ello siempre supervisado por un especialista”.
Cambio de mentalidad en relación al consumo de tabaco
“Igual que en la población general, con el transcurso de los años hemos tenido que cambiar de mentalidad para pasar del ‘bueeeno, el tabaco es un vicio y uno fuma porque quiere’, hasta llegar al hecho de considerar la adicción al tabaco como una enfermedad. Hasta ahora la vareniclina no se podía dar a los sujetos con trastorno mental porque científicamente no había estudios adecuados que sustentaran la eficacia y seguridad de dicha administración. Ahora, el estudio EAGLES -una investigación realizada a nivel mundial que incluye a miles de personas- ha demostrado que la vareniclina es eficaz y segura en pacientes psiquiátricos”, explica. La Terapia Sustitutiva con Nicotina (TSN) a base de parches, comprimidos, chicles y pulverizadores “ha sido el tratamiento de elección para estos pacientes”, mientras que el bupropión presenta una serie de “efectos secundarios” que limitan su uso, señala Martínez Picó, que es psicóloga clínica, máster en drogodependencias y presidenta de la Societat Catalana d’Atenció i Tractament del Consum de Tabac (SCATT) de l’Acadèmia de Ciències Mèdiques de Catalunya [Sociedad Catalana de Atención y Tratamiento del Consumo de Tabaco (SCATT), de la Academia de Ciencias Médicas de Cataluña].
Según el doctor y psiquiatra Néstor Szerman, las personas con patología dual (individuos que presentan una adicción y un trastorno mental) ostentan una prevalencia del hábito de fumar que llega hasta el 45-70%, cifra que en la población general se sitúa entre el 25%-30%. ‘Uno de cada dos cigarros que se venden en la calle (estancos, etc.) los compra un enfermo mental’, de manera que ‘el principal cliente de las tabacaleras son los enfermos mentales’[1], revela Szerman en una noticia publicada en www.farmacosalud.com. “Estoy completamente de acuerdo -sostiene la doctora- con lo dicho por Szerman; incluso la cifra de 45-70% podría ser, quizás, un poco más elevada… ¿El estudio EAGLES es el principio del fin de esas cifras? Lo que está claro es que, como en cualquier otra patología, cuantos más tratamientos podamos ofrecer al paciente, mucho mejor. Hasta ahora sabíamos que la vareniclina era un tratamiento seguro y eficaz, pero no sabíamos si lo era en pacientes psiquiátricos. Ahora ya sabemos que sí, y por tanto ya tenemos más tratamientos para poder ayudar a este tipo de enfermos”.
“La adicción a la nicotina es mucho más compleja de lo que nos pensamos”
Así pues, el camino del antitabaquismo para este colectivo empieza a estar despejado… pero no del todo. “La enfermedad de la adicción a la nicotina -indica la facultativa- es mucho más compleja de lo que nos pensamos. Cada paciente es diferente, y por eso hay gente que puede dejar de fumar sin necesidad de tomar ningún medicamento. Lo que sí está claro es que la nicotina es una sustancia adictiva, una droga; es una sustancia que genera una alteración a nivel neuronal en unos receptores y esa alteración, de alguna manera, pide al paciente que consuma más nicotina para no tener sintomatología de abstinencia. Cuando decimos que las personas con trastorno mental consumen muchísimo más tabaco que la población general estamos diciendo que necesitan más consumo y que, si no fuman, tienen más sintomatología de abstinencia. O sea, si tienen ansiedad no es por su enfermedad de base, sino por la enfermedad de la adicción. Entendemos, pues, que la ansiedad que puedan presentar no está en la base de su patología psiquiátrica, sino en el hecho de consumir más tabaco, algo que implica necesitar más nicotina para equilibrar el nivel de ansiedad”.
Vamos, que es como un círculo vicioso: a más consumo de tabaco, más nicotina, y más ganas de fumar, y más síntomas de abstinencia… y entonces hay más tabaco, y más nicotina, y más ganas de fumar, y más síntomas de abstinencia aún. En resumidas cuentas, lo que la presidenta de SCATT intenta explicar es que cuando a un paciente psiquiátrico se le da un cigarrillo, no es que se quede más sosegado y presente menos ansiedad con las primeras caladas porque su patología mental ‘entra’ en un momento de calma, sino que se queda más sosegado y presenta menos ansiedad porque la irrupción de la nicotina en su cuerpo calma la necesidad de recibir precisamente eso, nicotina. Luego está el tema de la variabilidad personal a nivel cerebral, dado que no todo el mundo tiene las mismas cantidades de receptores de nicotina. La variabilidad también se da en otras afecciones: hay pacientes con niveles altos de colesterol a los que una dieta baja en grasas ya les reduce satisfactoriamente dichos niveles, pero en otros casos la combinación de medicación, dieta e incluso práctica de deporte no logra los resultados deseados, por lo que se impone un aumento de la medicación para rebajar las cifras de colesterol.
El entorno también quiere que los pacientes psiquiátricos dejen de fumar
Sea como fuere, la práctica de dar un cigarrillo a determinados pacientes psiquiátricos para ‘calmarles’ -lo que de rebote, y en determinadas circunstancias, permite una cierta relajación de su cuidador- podría ir entrando poco a poco en fase de desuso debido a la nuevas creencias que van surgiendo alrededor del consumo de tabaco. A juicio de Martínez Picó, “nuestra sociedad civil ha madurado mucho sobre este tema y, si la sociedad civil ha madurado, lo ha hecho también la sociedad científica. Muchos pacientes psiquiátricos que fuman quieren dejar de fumar. ¿Quién ha dicho que no quieren? Lo que pasa es que hace un par de décadas se fumaba en los bares, en los cines, en las televisiones… cambiar todos estos conceptos mentales nos ha llevado todo este tiempo, todos estos años… pero bueno, todos hemos trabajado, incluso mediante el uso de las leyes, para llegar a este punto. ¿Qué punto? Pues el punto de que un paciente psiquiátrico quiera dejar de fumar y nosotros, los profesionales sanitarios, estemos preparados y formados para ofrecerles un tratamiento que sabemos que puede tener éxito… éxito incluso en estos enfermos, que son más difíciles de tratar a la hora de abordar el tabaquismo”.
“Además, la gran mayoría de familiares y entorno de esos pacientes también quieren que éstos dejen de fumar. Se puede empezar con lo que se llama ‘reducción de daños’, o sea, consumir menos con el objetivo final de dejar de fumar”, agrega.
Casi el 70% de adictos a la heroína presenta una enfermedad psiquiátrica asociada
En otro orden de cosas, un estudio liderado por profesionales de la sección de Adicciones y Patología Dual del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Vall d’Hebron y del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR) [Barcelona] revela que 7 de cada 10 (el 67%) de los pacientes tratados en centros de salud de España por adicción a la heroína sufren, como mínimo, un trastorno psiquiátrico asociado.
El trabajo, que ha sido publicado recientemente por la revista ‘Psychiatry Research’, ha analizado los datos de 621 pacientes en tratamiento por esta adicción, proporcionados por 74 centros, cifra que lo convierte en el primero de este tipo llevado a cabo a nivel español. El estudio ofrece una imagen muy detallada de las problemáticas psiquiátricas derivadas del consumo de heroína, tal y como explica el coordinador del trabajo, el doctor Carlos Roncero, jefe de Sección de Adicciones y Patología Dual del Servicio de Psiquiatría Vall d’Hebron e investigador principal del grupo de Psiquiatría, Salud Mental y Adicciones del VHIR. El 84% de los pacientes que han participado en la investigación son hombres, con una media de edad inferior a los 40 años. El 47% no tiene empleo y el 19% tiene problemas legales. Casi todos, el 94%, están siendo tratados con metadona; la mayoría, el 82%, tiene otros tipos de adicciones (sobre todo tabaco, alcohol y cannabis), y el 59% padece también, como mínimo, una enfermedad infecciosa, como hepatitis C o infección por VIH.
Referencias
1. “No se presta atención a los pacientes de patología dual adictos al tabaco”. Declaraciones del Dr. Szerman. www.farmacosalud.com http://farmacosalud.com/las-autoridades-prestan-atencion-los-pacientes-de-patologia-dual-adictos-al-tabaco/